Ancelotti: “Kroos y Modric juegan porque lo merecen, no por sus carreras”
El entrenador del Real Madrid reivindica la vigencia de su pareja inmutable de las grandes citas
Innegociable para Carlo Ancelotti en los partidos grandes, la eterna fórmula Kroos-Modric se ha convertido, sin embargo, en una cuestión por la que casi a diario termina dando cuenta en cada comparecencia pública. Su decisión sigue siendo la misma que hace ocho temporadas, cuando el alemán y el croata se juntaron en la primera etapa del italiano en el Real Madrid; pero la duda, paradójicamente, se ha instalado esta campaña en el ambiente. Como si la realidad de su pizarra y el debate del entorno fueran por caminos diferentes.
Este miércoles, después de pasaportar en la vuelta al Liverpool con un ejercicio de seriedad pese a los temores de “partido trampa” que expresó en la previa, el de Reggiolo no tardó en repartir elogios para su pareja fetiche, escoltada esta vez por Camavinga. “Ha sido un partido muy bueno de Kroos y Modric. El equipo podía tener un poco de miedo a la hora de manejar el balón para evitar la presión del rival, pero ellos sacan la pelota muy bien desde atrás”, argumentó el entrenador blanco, que poco después volvió a extenderse sobre el asunto. “Modric y Kroos no juegan por la carrera que han hecho, sino porque lo merecen”, zanjó Carletto.
La anunciada transición en el centro del campo se reduce, de momento, a las citas de entreguerras, ya que en las jornadas de cartel y máxima exigencia el dedo de Ancelotti continúa apuntando al mismo dúo, cuyos contratos expiran este junio y sus renovaciones aún son temas por resolver en los despachos. “La clave es la misma: la humildad de los veteranos, que no tienen ego, y la paciencia de los jóvenes”, señaló sobre una medular con variedad de perfiles y edades. Por ejemplo, la de Ceballos, en plena crecida hace un mes, en un tramo muy delicado del Madrid, y de nuevo a la sombra ante la acumulación de choques importantes en Liga, Copa y Champions.
“Somos un equipo moderno. Tenemos calidad, compromiso, energía y experiencia”, proclamó Ancelotti, que celebró que en el sorteo de cuartos de final de este viernes (12.00) se encuentren tres conjuntos italianos (Milan, Inter y Nápoles). De los otros siete clasificados, por cierto, cuatro figuran en su currículum (Chelsea, Bayern, Milan y Nápoles). “Al Milan [donde entrenó ocho años y jugó cinco] lo quiero en la final”, deseó Carletto.
No estará un Liverpool que rezumó melancolía en la Castellana. Hace 10 meses, solo una secuencia de milagros bajo palos de Courtois le alejó de la Orejona, y ahora malvive en la Premier y en Europa solo dejó 15 minutos de furia en su guarida, frenados en seco por Vinicius. “Llegamos [al Bernabéu] con una mochila y debíamos mostrar un rendimiento especial que no dimos. Solo un rendimiento bueno. El Madrid controló el partido y Alisson hizo dos paradas increíbles que nos mantuvo vivos, pero había que ser sobresalientes”, explicó el entrenador alemán, “más decepcionado que enfadado”.
Fue una noche tranquila en la Castellana para los locales, algo extraño en los últimos tiempos en una jornada de eliminatoria europea. La última vez que eso había ocurrido, Mohamed Salah jugaba en la Roma. Era 2016 y el Madrid había ganado 0-2 en el Olímpico. En la vuelta (2-0), el egipcio puso en marcha su contador de frustraciones con el Madrid enfrente tras varias ocasiones malogradas y la primera derrota de las cinco seguidas que ha sumado en este tiempo entre el conjunto italiano y el inglés. En Chamartín, como en Anfield, Nacho (otra vez aclamado por el público), lo mantuvo a raya.
En el minuto 90, el sector de aficionados red, sorprendentemente semivacío ya en el tramo final, se despidió de la Liga de Campeones con un apagado You’ll never walk alone. Poco después y en un gesto inédito, el Madrid les concedió a todo volumen por megafonía su afamado himno como agradecimiento al buen trato recibido en la ida, con el minuto de silencio a Amancio.
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