Klopp prepara la remontada en el Bernabéu
El técnico del Liverpool plantea jugar tres micropartidos para superar el 2-5 de la ida ante el Madrid
Jürgen Klopp reunió a los jugadores del Liverpool en la primera semana de marzo, en vísperas del partido de la Premier que los enfrentaría al Manchester United en Anfield. En el curso de una de las charlas tácticas, el entrenador alemán hizo un inciso para advertir a su audiencia que tenía un plan para remontar el 2-5 que les había endosado el Madrid en la ida de los octavos de final de la Champions disputada el 21 de febrero. Cuentan en la secretaría técnica del club del Mersey que tras oír al entrenador —verdadero brujo de la motivación— los veteranos de la plantilla se quedaron igual de entusiasmados que los más jóvenes. De pronto, lo que habían imaginado como una escalada vertical comenzó a presentarse como la travesía de un llano.
Los dirigentes del club son pesimistas —no creen tener más de un 5% de posibilidades de pasar a cuartos— pero entre los futbolistas crece la emoción. Desde hace una semana, el vestuario del Liverpool vive fascinado ante la idea de dar un golpe histórico en el Bernabéu. Nunca antes un equipo que perdió por una diferencia de tres goles en casa en la ida logró salvar la eliminatoria en campo rival.
Resuelto a evitar imágenes desalentadoras, Klopp persuadió a los jugadores para no plantearse la remontada como una única empresa en la que se les imponía ganar por tres goles de diferencia o más. En cambio, les dijo que pensaran en el partido del Bernabéu como en un proceso de tres micropartidos diferentes: primera y segunda parte, y prórroga. Si ganaban la primera mitad y luego la segunda, les advirtió, la eliminatoria estaría en su mano. El objetivo del primero de estos minipartidos consiste, dijo, en alcanzar el descanso con un gol de ventaja; en el segundo debían imprimir un ritmo alto pero sin precipitarse. Les bastaría con llegar al minuto 45 con otro gol más de ventaja. Si lo hacían, se daba por satisfecho. Quedaría el descuento para igualar la eliminatoria.
El Liverpool pretende mantener el plan de remontada en el más estricto secreto. Pero a los dirigentes y a los empleados antiguos, testigos de la historia de una entidad que ha conquistado seis Champions, la estrategia del alemán les resulta muy familiar. Todos recuerdan la remontada en la final de Estambul, el día que el Liverpool levantó al Milan un 3-0 en el primer tiempo después de lo que se conoce como El Milagro de Estambul: la obra maestra de Rafa Benítez, en 2005. Más allá de los ajustes tácticos, lo extraordinario de la charla del madrileño en el descanso fue la sencillez del mensaje. Llegó al corazón de la tropa. El impulso emocional fue decisivo. Así lo reconocieron Gerrard, Alonso y Carragher.
Benítez los arengó diciendo que la final estaba perdida pero que debían intentar al menos ganar la segunda mitad para confortar a las 30.000 personas que habían viajado hasta Turquía. Les pidió que saltaran al campo como si comenzase un partido nuevo. Bastaba con un 1-0 en los segundos 45 minutos. “Di una charla general, tratando de motivar al equipo anímicamente para que saliesen con energía y convicción”, contó Benítez años después. Tal vez sin proponérselo, conquistó la Champions y patentó una leyenda. Los jugadores le atribuyen gran parte del éxito. Klopp ha evocado aquellas sensaciones.
“Ahora pienso que la eliminatoria se ha resuelto”, dijo Klopp, inmediatamente concluido el 2-5 de la ida. “Pero dentro de tres semanas… Cuanto más nos aproximemos a ese partido, mayores serán nuestras oportunidades de remontar. Tenemos que ganar por tres goles de diferencia para empatar y ellos son muy buenos al contragolpe. Nuestra empresa es muy difícil. Pero iremos a intentar ganar el partido. A partir de ahí veremos qué pasa”.
“Yo me ocuparé”
“Se lo dije a los muchachos”, apuntó, “una derrota es una derrota si no aprendes de ella. Lo que debemos aprender de esta noche es que nuestro arranque fue fabuloso. Durante 45 minutos volvimos a ser nosotros. Claro que un 5-2 puede ser muy dañino. Yo me ocuparé de que no suceda”.
El vestuario lo daba todo por perdido. Pero a fuerza de insistir en que él se sentirá feliz con una victoria en Chamartín, cosa que todos creen posible, Klopp ha conseguido convencer a sus jugadores de que la eliminatoria no está cerrada. Van Dijk, Henderson, Salah y Roberston se muestran emocionados. Cuando le metieron 7-0 al Manchester United el pasado día 5 se probaron a sí mismos que pueden llevar al Madrid al límite.
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