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¿Un equipo de Dubái en la Euroliga?

Los grandes clubes europeos negocian con el emirato un acuerdo que puede materializarse en un nuevo conjunto en el torneo

Representantes de la Euroliga y de los clubes, en octubre en Dubái con Abdullah All Nabbodah.
Representantes de la Euroliga y de los clubes, en octubre en Dubái con Abdullah All Nabbodah.EL PAÍS
Juan Morenilla

Fútbol, tenis, fórmula uno, ciclismo, golf... ¿y baloncesto? La canasta es el último deporte al que tienta la chequera de Emiratos Árabes Unidos. Ya en octubre pasado Abu Dabi acogió dos encuentros de la pretemporada de la NBA, entre Atlanta Hawks y Milwaukee Bucks. Y ahora Dubái ha lanzado sus encantos económicos hacia la Euroliga. Los clubes europeos más potentes, aquellos que organizan y gestionan la máxima competición continental, mantienen conversaciones desde hace meses en busca de un acuerdo jugoso para las dos partes: el emirato busca saltar al parqué y la organización que desde septiembre preside Dejan Bodiroga anhela abrir mercado y aumentar el negocio. Un talonario con muchos ceros de por medio puede acelerar una firma.

La chispa prendió el 11 de octubre. Los 13 clubes que rigen la Euroliga y poseen la licencia para disputar cada curso el torneo (Madrid, Barça, Baskonia, Olympiacos, Panathinaikos, Anadolu Efes, Fenerbahce, Maccabi, Zalgiris, Armani Milán, CSKA Moscú, Bayern Múnich y Asvel Villeurbanne) volaron al emirato y se reunieron en el Coca-Cola Arena con Abdullah All Nabbodah, propietario del Dubai Basketball Club, uno de los empresarios más ricos del país y el hombre que está detrás de este nuevo proyecto. Sobre la mesa, como admitió la Euroliga, estaba tratar “las oportunidades de una potencial colaboración” entre los dos mundos. Y ahí las opciones son muy diversas para dar cuerpo a una alianza que no parece inminente. Desde convertir a Dubái en la sede de la Final Four de la competición en algunas de las próximas ediciones (este curso es Kaunas y el siguiente será Berlín) hasta la construcción de un equipo que reciba una invitación para plantarse en la élite.

La exclusión de los equipos rusos por el conflicto bélico en Ucrania abrió la puerta de esta temporada a otros concursantes. El Alba Berlín disfruta de una licencia concedida por dos cursos, el Mónaco renovó el pasaporte al clasificarse entre los ocho mejores de la última edición, el Virtus Bolonia metió la cabeza como campeón de la Eurocup, el Estrella Roja hizo méritos al vencer en la Liga Adriática, y Valencia y Partizán recibieron en el buzón otras cartas de invitación. La ruleta gira cada verano. Y es en esa subasta de los despachos donde puede encontrar su hueco el proyecto de Dubái.

El potencial económico se da por descontado para armar un bloque que tiente desde la cuenta bancaria a las grandes estrellas del baloncesto europeo y que incluso pueda cazar a algún descarte atractivo de la NBA. A cambio, la Euroliga se abriría a un nuevo mercado y a la firma de nuevos acuerdos de patrocinio. Turkish Airlines, que da nombre a la competición, acaba su vinculación con la competición en 2025. En la sala de espera ya se desliza la opción de Fly Emirates.

Aunque no todo es una alfombra roja. Josean Querejeta, presidente del Baskonia, ha manifestado su rechazo a la entrada de un socio que por su músculo financiero obligaría a abrirle casi un puesto vitalicio. Si se consuma ese desembarco y en el futuro se recupera la participación de los gigantes rusos, el paréntesis de las invitaciones se reduce mucho. Ahí puede entrar en juego otra idea aún de complejo encaje: ampliar progresivamente los conjuntos de la Euroliga de los 18 actuales a 20, 22, 24... Más espectáculo, un caramelo para el aficionado, pero también otra vuelta de tuerca en un calendario ya saturado y que solapa en ocasiones las citas europeas de los clubes con las actuaciones internacionales de las selecciones.

El tablero del baloncesto europeo no deja de moverse, renovado por el aterrizaje de Bodiroga en la Euroliga y por las elecciones el 20 de mayo en FIBA Europa, para cuyo sillón se postula el presidente de la federación española, Jorge Garbajosa. Las dos organizaciones ya han mantenido un par de reuniones para acercar posturas.

El tenis abrió la pista a torneos masculino y femenino de categoría 500 en Dubái y Abu Dabi; la F-1 cerrará el circo este curso en el trazado de Yas Marina; la estrella ciclista Tadej Pogacar corre para el UAE Team Emirates; la misma marca patrocina las camisetas del Real Madrid y el Arsenal; la familia real gestiona el Manchester City; el circuito europeo de golf se llama DP World Tour... El baloncesto europeo, que abrió en otras épocas sus competiciones a selecciones y clubes no continentales, también se deja querer.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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