La comunidad de las 100 yardas

100 yardas son 91,44 metros. La medida de un campo de fútbol americano. Y también un espacio virtual -en formato podcast, emitido por Cadena SER- en el que se encuentran los seguidores hispanohablantes del fútbol americano. Esa comunidad surgió como surgían los equipos y las instituciones a principios del siglo pasado. Alguien, en este caso el periodista José Antonio Ponseti, supo transmitir su pasión y tuvo el olfato para identificar a otras personas que la compartían y querían llevarla más allá. Así, fue sumando nombres y vivencias a un programa que se ha convertido, con el tiempo, en uno de los espacios polideportivos de radio no lineal más seguidos. Porque, igual que aquellos clubes que nacían hace ya más de un siglo, ofrecía un punto de unión y de encuentro a una comunidad que lo estaba esperando.

El libro 100 historias 100 yardas (Plaza & Janés), escrito a ocho manos por el propio Ponseti, los periodistas Javi Gómez e Iker Sagasti y el ex jugador español de fútbol americano Luis Jones -todos ellos participantes en el programa-, va un paso más allá y ofrece una perspectiva de Estados Unidos a través de uno de sus deportes estrella. Los cuatro han compartido muchas horas de radio en torno al balón ovalado. También un par de viajes para ver en vivo la Super Bowl. Esa camaradería se traduce en un libro que se centra en la parte humana y que no se mete en la parte técnica de un deporte que, a ojos de los recién llegados, puede parecer realmente complicado, y que mueve unas cantidades de dinero que alcanzan cifras espectaculares: los derechos de televisión de la NFL se vendieron en 2021 por algo más de 100.000 millones de euros para los siguientes 11 años.

Historias como la del día en que Tom Brady, siendo aún el cuarto quarterback del equipo, se atrevió en 2002 a reprender a sus compañeros porque estaban perdiendo en un encuentro benéfico contra un conjunto formado por bomberos. Remontó e hizo enloquecer al público. Historias como la del día en que Tom Brady, siendo aún el cuarto quarterback del equipo, se atrevió en 2002 a reprender a sus compañeros porque estaban perdiendo en un encuentro benéfico contra un conjunto formado por bomberos.

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