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Operación Conífera: más de 30 partidos del fútbol modesto amañados en tres meses

La Policía da por desmantelada con la segunda fase de la investigación una trama en la que estaban implicados 20 jugadores en activo

Óscar López-Fonseca
Dos jugadores del Gerena se abrazan celebrando un gol esta temporada.
Dos jugadores del Gerena se abrazan celebrando un gol esta temporada.Gerena FC

La Policía Nacional ha dado este martes por totalmente desmantelada la presunta trama de amaños de partidos de fútbol destapada en la llamada Operación Conífera y que implicaba a jugadores de equipos de la Primera y Segunda RFEF (las antiguas Segunda B y Tercera), pero también de la Liga Nacional de Gibraltar y la Liga de Andorra. En las dos fases del operativo, desarrolladas en junio y noviembre del año pasado, han sido detenidas 44 personas, entre ellas 20 futbolistas en activo de equipos del fútbol modesto, acusados de pertenencia a organización criminal, corrupción entre particulares en el ámbito deportivo y estafa a los operadores de juego. Además, hay otros seis investigados más.

Las pesquisas han permitido constatar la existencia de supuestos amaños en una treintena de partidos, celebrados la mayor parte de ellos en tan solo tres meses, los que van de abril a junio de 2022. Estas fechas coinciden con las últimas jornadas de aquella temporada, uno de los momentos que los expertos policiales consideran más proclives a los amaños, ya que muchos equipos no se juegan nada y existe el riesgo de que futbolistas se presten a este tipo de fraudes. No obstante, el número de encuentros puede aumentar, ya que los investigadores han descubierto en la segunda fase de la operación indicios de irregularidades en partidos de las ligas gibraltareña y andorrana.

La investigación se inició en mayo de 2021, cuando los sistemas de alerta de varios organismos detectaron irregularidades en el mercado de apuestas en torno a un partido de aquella temporada del Grupo X de la Tercera División del fútbol español. En concreto, el que disputaban dos equipos que en ese momento ya no se jugaban nada, el CD Gerena y el Conil CF, y que terminó con victoria local por 3-0. Entonces saltaron las alarmas en el Servicio de Investigación Global del Mercado de las Apuestas (Sigma), perteneciente a la Dirección General de Ordenación del Juego, del Ministerio de Consumo; la Liga del Futbol Profesional y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), así como en uno de los principales operadores privados de apuestas en internet. Ese último emitió días después del encuentro un informe en el que ya se apuntaba a la supuesta implicación de “jugadores o exjugadores” en el amaño. La trama se embolsó supuestamente por el amaño de aquel partido 22.000 euros.

Las denuncias llegaron al Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas (Cenpida, adscrito a la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta), dedicado a investigar la corrupción en el deporte. Fueron las pesquisas del Cenpida ―con la colaboración de Europol, Interpol y la Unidad Anti Amaños de la UEFA, el organismo del fútbol europeo― las que desembocaron el pasado junio en la primera fase de la operación, en la que fueron detenidas 21 personas en las provincias de Cádiz, Badajoz, Sevilla y Almería. Entre ellos estaban los dos presuntos cabecillas de la trama.

A finales de noviembre, se desarrolló la segunda, de la que ha informado este martes la Policía, que se ha saldo con 23 arrestos efectuados de nuevo en Badajoz y Cádiz, pero también en Ciudad Real, Córdoba, Tenerife y la ciudad de Ceuta. Las estimaciones cifran en 500.000 euros el dinero que se pudo embolsar la trama desde aquel partido de mayo de 2021 que provocó las primeras sospechas y el momento de las primeras detenciones, aunque la Policía apunta a que la red podía llevar operando desde mucho antes.

Según informes policiales, la trama se dividía en cuatro escalones. En el “liderazgo” se situaban presuntamente los dos presuntos cabecillas de la trama. Uno es Adrián R. R., interior izquierdo del CD Rota, un equipo del mismo grupo de la Tercera en el que se detectó el primer amaño. El segundo es José Miguel B. L., amigo suyo y ligado al Atlético Sanluqueño. Este segundo cabecilla tenía experiencia en el ámbito del juego, donde había ejercido de lo que en la jerga se conoce como tipster —consejero de apuestas— antes de volcarse presuntamente en la actividad de la trama.

En el segundo escalón se situaban los otros 19 futbolistas en activo detenidos que, según describe en su informes la Policía, “aprovechaban su condición” para organizar los amaños “en diferentes equipos de fútbol bajo su influencia”. En concreto, facilitaban “información interna de los equipos” ―como alineaciones de última hora, descartes, sistema de juego y otros aspectos no conocidos públicamente― a los cabecillas con los que se comunicaban a través de sistemas de comunicación “encriptados” para evitar ser detectados.

Supuestamente, tanto los dos cabecillas como los 19 jugadores ―los futbolistas tienen prohibido hacerlo en encuentros de la categoría en la que juegan― hacían las apuestas a través de identidades falsas o personas interpuestas. Para conseguir esto último, la trama contaba con dos escalones más en su estructura. Una de ellas eran los que la Policía denomina “conseguidores de identidades”, colaboradores que facilitaban a los presuntos líderes de la trama nombres y apellidos de terceras personas ajenas a la red para que pudieran hacer las apuesta en internet a través de ellos. Con estas identidades también abrían cuentas bancarias para canalizar el dinero. Este sistema buscaba dificultad el rastreo de los beneficios obtenidos y la vinculación de los investigados con la trama, ha destacado este martes la policía.

En el último peldaño se situaban las denominadas mulas en la jerga delincuencial, personas que la trama utilizaba para jugar de manera presencial en casas de apuestas y cobrar los premios obtenidos. En la segunda fase del operativo han sido detenidos ocho que vendían sus cuentas de juego para que los integrantes de la organización hicieran apuestas online. A cambio, estos implicados recibían 100 euros y un pequeño porcentaje sobre el dinero que la organización obtenía empleando sus identidades.

En el caso de las apuestas presenciales, un informe policial apunta que, para evitar ser detectados, la trama las fraccionaba para evitar que la cuantía de los premios fuese tan elevada que supusiera la comunicación a Hacienda del apostante. Las pesquisas apuntan a que los beneficios generados por los amaños eran canalizados hacia los dos presuntos cabecillas de la trama, quienes se encargaban posteriormente de “distribuirlo entre los deportistas implicados y el resto de miembros de la organización”.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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