La reacción en el último cuarto salva al Barcelona en la Euroliga
Victoria del Valencia ante el Bayern y derrota del Baskonia en Milán contra el Emporio Armani
Sufrió el Barcelona su propia dejadez durante unos cuantos minutos y tuvo que rearmarse para acabar ganando al Maccabi en la Euroliga (83-78). Desactivó a su rival en la primera parte, sobre todo en el segundo cuarto, y llegó a conseguir 11 puntos de diferencia y la posibilidad de ampliarla, pero se dejó ir. Los cinco puntos de renta en el primer parcial se redujeron a cuatro al descanso. No andaba del todo cómodo en ataque el Barça. Anotó 20 y 21 puntos respectivamente en los dos periodos de la primera parte y sumó también 21 en el tercer cuarto, pero apareció Baldwin, ex del Baskonia, para lo que suele hacer casi siempre, revolucionar el partido, y poner a los israelíes con 10 puntos a su favor en los minutos finales, 57-67. Sólo entonces reaccionó el equipo de Jasikevicius y pudo reducir la diferencia para irse al tiempo muerto con solo cinco puntos por debajo. Surgió Jokubaitis y paró la sangría. Llovía menos.
Pudo aguantar el tirón el Maccabi hasta cinco minutos antes del final, pero una profunda crisis anotadora del equipo visitante le hundió entre sus propias dudas. Apareció entonces la energía de Vesely, Laprovittola mejoró y de repente, el Barcelona se puso por delante en el marcador. Con una defensa bien ajustada, que impedía que los israelíes vieran la canasta, el parcial de 10-0 puso las cosas en su sitio, o donde Jasikevicius quería que estuvieran. Con más de cinco minutos sin encontrar el aro, el Maccabi terminó por deshacerse. Como apareció, Baldwin se esfumó. Había sumado 15 puntos en el tercer cuarto y no hizo ninguno en el definitivo. Del 68-74 se pasó al 80-74 mientras el Palau se regocijaba por la reacción fulminante de los suyos.
El Baskonia es capaz de remontarle 11 puntos al campeón de Europa y de caer unos días después ante uno de los colistas (89-83). Cuando le falta la chispa, puede pasar de todo y casi nada es bueno. Con ventaja mínima en el marcador del Mediolanum, no supo jugar con los nervios del Emporio Armani, que sólo llevaba seis victorias en su casillero, y se dejó llevar hasta la derrota final.
Defendió mal, reboteó peor, y si contra el Efes, la actuación coral del equipo y la aparición de varias individualidades sirvió para la hazaña, contra los italianos, el tono fue gris, aunque casi hasta el final conservó el equipo vitoriano opciones de ganar. Todo el partido fue muy igualado, aunque el Baskonia no acabó de arrancar nunca. Se acercaba en el marcador, lo igualaba y a veces se ponía por delante, pero nunca tuvo la inspiración para despegarse. Thompson y Giedraitis intentaron liderar al equipo, pero no tuvieron demasiados acompañantes en la tarea, aunque Costello se intentó unir a la causa en el último cuarto.
En un partido muy igualado de principio a fin, los detalles suelen ser los que cuentan. El Baskonia no estuvo tan fino en la anotación como frente al Efes; los porcentajes bajaron y eso, en los minutos finales, resulta crucial. Fallaron los vitorianos lanzamientos claros y propiciaron que el Armani, más clarividente bajo los tableros a la hora de rebañar rebotes en ataque, se distanciara a tres minutos para el final.
Mientras, el Valencia jugó con firmeza en la Fonteta para llevarse el triunfo ante el Bayern con una diferencia desahogada (82-73). Los hombres de Alex Mumbrú no flojearon en ningún momento, mandaron siempre y marcaron los tiempos. La actuación sólida del getxotarra Xabi López-Arostegui y el estadounidense Jonah Radebaugh empujaron hacia la undécima victoria al equipo valenciano, que se coloca en la frontera del acceso a las eliminatorias. Aunque resta mucho por recorrer, están en la pelea.
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