João Félix viaja a Londres para cerrar su cesión al Chelsea
El portugués jugará hasta final de temporada en el conjunto londinense y la operación supone un punto y aparte en la mala relación deportiva entre el jugador y Simeone
João Félix jugará cedido hasta final de temporada en el Chelsea. El jugador ha tomado un vuelo a Londres a las once de esta mañana para pasar el reconocimiento médico. Las desavenencias futbolísticas con Diego Pablo Simeone, que ya comenzaron a surgir desde los primeros meses de convivencia, han desembocado en esta ruptura momentánea que puede ser definitiva el próximo 30 de junio. El acuerdo con el conjunto londinense, que ronda los diez millones de euros por el préstamo más el salario del jugador (23 años), no incluye una cláusula de compra obligatoria, pero si en estos seis meses el jugador logra revalorizarse su regreso al Atlético se antoja complicado si Simeone sigue al frente del equipo.
Para que Miguel Ángel Gil Marín, máximo accionista de la entidad rojiblanca, desbloqueara una operación que ha tratado de evitar hasta que se convenció de que el jugador ya no aguantaba más bajo la dirección del técnico argentino, ha sido necesaria la ampliación hasta 2027 del contrato de João Félix, que expiraba en 2026. Este alargue del compromiso suaviza la amortización de los 127 millones de euros que el Atlético abonó por su traspaso al Benfica en el verano de 2019 para paliar la marcha de Antoine Griezmann al Barcelona, pero también es un mensaje al futbolista. El club considera que la inversión más cara de su historia no puede ser tratada como si fuera un jugador cualquiera para andar de cesión en cesión si no se diera un traspaso en verano. La dirigencia rojiblanca ha querido dejarle claro al luso que aún es un valor del Atlético y también que el precio por dejarle salir cedido debía ser recompensado por su parte con ese año de más.
Desde hace tiempo, el enquiste del problema abocaba a la disyuntiva a la que nunca quiso llegar el club, el entrenador o el jugador. El pulso lo ha ganado Simeone, aunque ha dejado secuelas en el crédito y la confianza que la dirigencia mantiene hacia su figura, ya desgastada por el paso de los años y la sensación, cada vez más acrecentada, de que el potencial del plantel no se corresponde con los resultados del último año y medio. El caso de João Félix se ha convertido en el gran exponente de esta conclusión que ha larvado en el seno del club. Son muchas las voces internas que cuestionan la gestión de Simeone con una contratación en la que había puestas muchas esperanzas.
Esta separación temporal se produce en la campaña en la que Simeone propagó en su inicio que sería la de “João Félix y diez más”. Seis meses después, la relación futbolística es imposible. El entrenador piensa que es un jugador incapaz de sostener el talento, que sí le reconoce, durante una temporada y este critica que los planteamientos del entrenador son demasiados defensivos. Tras sentirse humillado deportivamente por el preparador argentino tras comenzar a prescindir de él después de la derrota en el derbi con el Real Madrid, João Félix comunicó a su representante, Jorge Mendes, y a Gil Marín su intención de salir en este mismo mercado invernal. Este último nunca ha digerido bien las suplencias de su contratación estrella, encuadrada en una futura y jugosa venta si se hubiera dado una explosión definitiva del jugador en el Atlético. Esta no se ha dado en tres años y medio y todas las partes esperan que se produzca en estos seis meses en el Chelsea.
El atacante portugués y el técnico pocas veces se han sentido cómodos el uno con el otro. El precio pagado por un chico que por entonces tenía 19 años y solo seis meses de experiencia en el fútbol profesional fueron vistos por el entrenador como un problema que dificultaría la adaptación a su libreto. Los roces comenzaron desde los primeros partidos, cuando el Cholo hizo jugar a João Félix en la banda derecha y alejado del área. Las llamadas de Mendes a Gil Marín para que no jugara más en esa posición tuvieron su efecto, pero esa intromisión ya comenzó a deteriorar una relación que nunca ha terminado de recomponerse.
Simeone contó con el jugador cuando creyó que estaba en forma, pero este considera que siempre le ha señalado, incluso en público, y le ha mandado al banquillo a la mínima que su rendimiento bajaba y los resultados no acompañaban. En estos tres años y medio, 131 partidos y 34 goles, el mayor impacto del luso en el juego del equipo se produjo, antes de lesionarse de gravedad en el tobillo derecho, en los tres primeros meses de la campaña 20-21 en la que el Atlético se proclamó campeón de Liga. Desde entonces, los desencuentros han sido múltiples y João Félix no dudó en escenificarlos con gestos como mandar callar al técnico tras marcar un gol en Vila-real o tirar el peto al suelo tras no entrar al campo ante el Brujas después de estar calentando más de media hora. Esos ramalazos también terminaron por hastiar en el vestuario, donde también hay quien desliza que no siempre el trato de Simeone ha sido el más justo.
Deportivamente, el Chelsea es una apuesta arriesgada. No atraviesa un buen momento en la Premier League, pero es el único equipo puntero en el que João Félix tiene más opciones de jugar. Y sigue vivo en la Champions, uno de los “torneos cortitos”, para los que el entrenador dijo, durante el Mundial, que el chico sí vale, aunque este curso decidiera tratar de clasificar al Atlético para octavos sin su concurso en los partidos decisivos. Esa apuesta fallida de Simeone fue la gota que llenó un vaso ya desbordado por la falta de empatía futbolística entre ambos.
Solo tres delanteros a la espera de cerrar una cesión asumible
Tras el traspaso de Matheus Cunha al Wolverhampton y la cesión de João Félix al Chelsea, Simeone se ha quedado con solo tres delanteros en nómina: Morata, Griezmann y Correa. Si en el inicio de la temporada cinco atacantes le parecían muchos al preparador argentino, tres se le quedan cortos ahora. Desde el club rojiblanco aseguran que ficharán un cuarto delantero para estos seis meses si encuentran uno que cuente para Simeone y tenga un precio razonable.
Desde que la salida de João Félix comenzó a darse por hecha tras confirmar Gil Marín la mala relación del luso con Simeone, son varios los atacantes a los que se ha relacionado con el Atlético. El que sonó con más fuerza fue el de Borja Iglesias, pero el Betis no estaba dispuesto a traspasarlo por menos de 50 millones de euros. El inconveniente de reforzar a un rival directo por una plaza en la próxima Liga de Campeones también era un factor que dificultaba el trasvase. Las dificultades económicas del Betis eran un punto a favor, pero la entidad verdiblanca acaba de cerrar la venta del lateral Alex Moreno al Aston Villa por unos 15 millones de euros que han aliviado a corto plazo su situación financiera. El Atlético, al no contar con una oferta mínima, cifrada en 100 millones de euros, por el traspaso de João Félix, no puede afrontar ahora la compra de Borja Iglesias, que se encuentra con su club en Arabia Saudí para disputar la Supercopa de España. “Si alguien quiere que juegue en su equipo, debe hablar primero con el club, si no les convencen a ellos, yo estoy muy feliz aquí”, dijo ayer el goleador gallego en Radio Sevilla.
Con el fichaje de Borja Iglesias casi descartado, otros nombres como el de Enes Ünal (Getafe) y Marcus Thuram (Borussia M’Gladbach) están encima de la mesa. El último en salir a la palestra es el del extremo holandés del Barcelona Memphis Depay. El Atlético ha preguntado y el club azulgrana someterá a un debate interno con Xavi si le deja salir, una vez que el técnico ha asegurado que solo dejará marchar jugadores si le traen recambios.
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