Djokovic, a por Federer y a por la pasta
Nole resuelve contra Fritz (7-6(5) y 7-6(6) y se enfrentará a Ruud con la opción de igualar el récord de títulos del suizo y conseguir un premio récord: 4,6 millones
Con el pase a su octava final de la Copa de Maestros ya en el bolsillo, Novak Djokovic dice que ante Taylor Fritz ha tenido que jugar a “sobrevivir”, y que no se ha sentido especialmente “reactivo” ni “cómodo”. El día previo, el campeón de 21 grandes se había metido una paliza de aúpa para sellar el pleno en la fase de grupos –3h 11m, el duelo más largo de esta edición– y en su expresividad vuelven a advertirse síntomas de merma física, aunque ha vuelto a tirar de oficio para resolver ante el estadounidense (7-6(5) y 7-6(6), tras 1h 54m) e igualar el registro de finales del alemán Boris Becker; por delante de ellos solo figuran Roger Federer (10) e Ivan Lendl (9).
“No fue mi mejor día en términos de tenis, pero aguanté”, expone ante los aficionados del Pala Alpitour de Turín, testigo este sábado de una semifinal resuelta al todo o nada del tie-break, pero con la sensación siempre de que a la hora de la verdad, el serbio va a terminar imponiendo su ley, como así ocurre. Aun compitiendo al trantrán, sin necesidad de frivolidades, el veterano (35 años) acaba anulando la intentona de Fritz y el buen recorrido del norteamericano en el torneo; ahí quedan, no obstante, la victoria de este último contra Rafael Nadal y su férrea voluntad de consolidarse entre las raquetas más fuertes del circuito, ahora que cogen fuerza los nuevos vientos y se avecinan giros sustanciosos.
Ante esa realidad inevitable, Djokovic se rebela y se reafirma. Con 48 partidos (41 victorias y siete derrotas) y autodescartado de algunas citas de máximo alcance, el serbio cierra el curso erigiéndose como uno de los más destacados y aspira este domingo (19.00, Movistar) a convertirse en el campeón más veterano del torneo. En el caso de vencer al nórdico Casper Ruud –primer finalista nórdico desde Stefan Edberg (1990); 6-2 y 6-4 a Andrei Rublev– superaría el registro de Federer, triunfador en 2011 con 30 años. Su verdadero objetivo, en cualquier caso, es superior. Si logra su sexto laurel, igualará la plusmarca del suizo y, de paso, se hará con el botín económico más importante.
Invicto hasta ahora, Djokovic puede ingresar un cheque de 4,7 millones de dólares (casi 4,6 de euros), récord histórico de su deporte. El premio le reportaría también su quinto título esta temporada, los mismos que Carlos Alcaraz, al que apunta con decisión. El balcánico figura hoy día a 2.500 puntos del español en el ranking, pero tiene entre ceja y ceja recuperar el trono, y otro bocado maestro le acercaría a su propósito, toda vez que el primer trimestre de 2023 se presenta para él como una excelente oportunidad para sumar y sumar. “Estoy muy motivado y hambriento. Solo queda un partido, así que lo daré todo”, adelanta el ganador de 2008, 2012, 2013, 2014 y 2015.
Another year, another final. 👏
— ATP Tour (@atptour) November 19, 2022
2008
2012
2013
2014
2015
2016
2018
2022@DjokerNole | #NittoATPFinals pic.twitter.com/kPVUgLSTBx
Después de la última muesca, Djokovic falló en las finales de 2016 (Andy Murray) y 2018 (Alexander Zverev), de modo que agotará la munición en la cita de este domingo con el fin de resituarse y restablecer su jerarquía en el escenario oscilante de los últimos tiempos, con seis inscripciones distintas en los siete últimos años.
Ante Fritz, al que ya domina por un rotundo 6-0 en el particular, supo gestionar cada contratiempo y escapar a la situación más espinosa, cuando el estadounidense –campeón este año en Indian Wells y cuartofinalista en Wimbledon– sacó para hacerse con el segundo set y equilibrar; sin embargo, erró en un cómodo revés a media pista y habilitó la rotura del serbio, que al desempate no perdonó. Después de hacer cumbre en Shanghái y luego en el O2 de Londres, el de Belgrado pretende distinguirse también en el marco de Turín, donde ya solo Ruud –amenaza del número dos de Nadal– puede detenerle. En su salsa pese a la fatiga acumulada en este sprint final, Nole sigue elevándose.
“¿DINERO? NO OLVIDEMOS DE DÓNDE VENGO; SÉ LO QUE ES TENER CERO…”
Hasta ahora, la australiana Ashleigh Barty –retirada en marzo, a los 25 años– es la propietaria del mayor premio del tenis, al percibir 3,9 millones de euros en 2019 gracias a su éxito en la Copa de Maestras. Ahora puede desbancarla Nole, superior en la fase de grupos a Stefanos Tsitsipas, Rublev y Dannil Medvedev, y en la semifinal de este sábado a Fritz. Si redondea el trazado, el balcánico añadirá al reconocimiento deportivo el pelotazo financiero y coleccionará una plusmarca más.
Pero, ¿hasta qué punto piensa Djokovic en esa cantidad ingente de dólares? “No, yo pienso en euros y dinares [la moneda oficial de Serbia]”, bromeó al ser interrogado por el tema, citando a continuación una anécdota de su amigo Zlatan Ibrahimovic, delantero del Milan. “Hace un tiempo, cuando él jugaba en los LA Galaxy, un reportero le preguntó por qué había rechazado 100 millones de dólares para irse a otro equipo, y él contestó: ‘el dinero no es importante, mucho dinero sí, y 100 millones no son suficientes’. Fue gracioso, pero no me malinterpretéis, yo no pienso así, ¿eh?”, continuó el tenista, que solo por sus méritos en las pistas ya ha superado la barrera de los 160 millones de dólares (155 de euros).
Es el único en conseguirlo. El siguiente en la lista es Rafael Nadal (126) y el tercero Federer (125); Serena Williams (92) es cuarta y, a la vez, la primera mujer en dicha lista.
“La información es pública y la gente puede ver cuánto ganamos, pero sobre lo que no se escribe en los medios es sobre impuestos y otros gastos”, quiso precisar; “no puedo sentarme aquí y decir que el dinero es un problema para mí. He sido bendecido y soy muy afortunado. Pero esto es la consecuencia de mi éxito. Cada euro que he ganado ha sido con mucho sudor y lágrimas. No doy nada por sentado porque sé lo que es tener cero [euros] en la mesa; la guerra [durante los noventa], las sanciones, una familia de cinco miembros... No olvidemos de dónde vengo y de la época en la que crecí. Conozco el otro lado, lo cual me ha ayudado a apreciar más todo lo que gano”.
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