Ancelotti: “El árbitro se ha inventado el penalti”
El entrenador del Real Madrid carga contra la actuación de Melero López y asegura que “ahora es difícil tener un nivel alto de juego”
En el sonido ambiente del Bernabéu hay un chivato que rara vez falla a la hora de medir la temperatura del Madrid: cuando la grada empieza a cantar “hay que ponerle huevos”. La queja se suele entonar con el mismo escaso interés que, según se denuncia, muestran los jugadores sobre el césped. El resto del estadio puede que ni se percate de él, pero sirve de termómetro. Contra el Girona, se escuchó en el minuto 37, instantes antes de que quedara confirmado que los blancos andaban torcidos. El portero visitante, Paulo Gazzaniga, pegó un pelotazo hasta campo contrario buscando a Valery Fernández, este le ganó la pugna a Carvajal y cedió atrás para que Yangel Herrera hiciera el resto. El venezolano no tenía a ningún rival a 10 metros a la redonda, sin embargo, se hartó de fuerza y la estampó en el larguero. Una de las jugadas más viejas del fútbol acababa de destapar al cuadro de Carlo Ancelotti.
Media hora más tarde, el estadio escupió un gran alarido. En esa ocasión, nadie pudo no enterarse. Fue cuando a Fede Valverde le cayó una pelota cerca de la frontal sin nadie a su alrededor. La gente ya se imaginó otra pedrada del uruguayo, pero no. El medio iba a ser decisivo de otra forma. En la continuación, porfió por una pelota ante David López y conectó para el 1-0 de Vinicius, que había vuelto del descanso con uno de esos episodios de sobreexcitación tan suyos. Noveno tanto del brasileño más cinco asistencias, y siete dianas de Valverde más tres asistencias.
El grito de alivio del anfiteatro pareció anticipar el triunfo de los locales, pero tampoco. Un penalti en el minuto 80 por mano de Asensio, según juzgó el árbitro Melero López tras consultar en el VAR, devolvió el empate. Y ahí se posó la mirada postpartido de Ancelotti. Cauto casi siempre, el italiano se soltó esta vez sobre el colegiado: “No me gusta hablar de esto”, anticipó. Pero habló. “Es bastante claro. Simplemente, no le toca en la mano. He hablado con Marco, le da en el pecho. Se lo ha inventado. Esta situación son dos puntos menos”.
Respecto al gol anulado a Rodrygo, que hubiera supuesto el 2-1 sobre la campana, el italiano sí admitió que era “opinable” que la pelota la tuviera controlada el meta. “Lo que me sorprende es el penalti. Ha llegado en un momento clave del partido”, insistió. Ese fue el gran lamento del entrenador blanco después del patinazo y del segundo encuentro seguido sin ganar (venía de perder con el Leipzig). Con el pitido final, antes de marcharse al túnel de vestuarios sin su habitual saludo al trío arbitral, se le acercó Míchel, el entrenador del Girona, y le susurró al oído que a ellos también les habían anulado en Almería uno igual al de Rodrygo. “Futbolísticamente, es gol, pero la regla dice que hay que anularlo”, comentó el técnico visitante en rueda de prensa.
Más allá de polémicas, la tarde confirmó que al Madrid le cuesta un mundo atar los partidos. O llega con demora, como este domingo, o pierde el control a mitad de camino. Sobre este aspecto, Ancelotti se mostró comprensivo. “En este momento de la temporada, es difícil tener un nivel alto de juego”, señaló. “No hay un nivel excelente porque se juegan demasiados partidos y no hay tiempo para recuperar física y mentalmente. No veo equipos que jueguen espectacular, todos sufren”, subrayó el italiano, que lamentó los problemas de salud de la última semana. Perdió a Tchouameni antes del choque por una sobrecarga, venía de recuperar a Modric, Valverde y Ceballos, y todavía tiene a Benzema en la enfermería, duda para este miércoles contra el Celtic en Champions.
En la última media hora, casi todo giró alrededor de Marco Asensio, primer cambio de Carletto para airear el equipo. Gazzaniga le sacó el 2-0 en un disparo a la media vuelta —”esa fue la clave”, advirtió Carvajal—, al instante el balear no concretó una contra y luego Melero López le castigó con el penalti, acción por la que se quedó un rato hablando con el árbitro al final del duelo, sin que sus explicaciones le convencieran. “Definición de no mano que nos explican a principios de temporada. Increíble que hoy sí”, escribió después en sus redes el atacante.
Tanto se le torció al Madrid la jornada que acabó con la primera expulsión de Toni Kroos en un encuentro de Liga, en España y en Alemania. 426 partidos en total: 253 con el Madrid, y 173 con el Bayern y el Leverkusen.
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