Los Lakers desesperan a LeBron James

LeBron James cumple su cuarto año en Los Ángeles desesperado por ver cómo los Lakers, a los que llevó al anillo en 2020, se descomponen en sus manos esta temporada en la que el Rey persigue el récord de anotación de Kareem Abdul-Jabbar. Tras la primera semana de la competición, los angelinos no conocen la victoria, derrotados en los tres primeros partidos ante Golden State Warriors, Los Ángeles Clippers y Portland Trail Blazers, dejando la imagen de un equipo asaltado por las dudas. Desde la temporada 2018-19, la primera de LeBron en Los Ángeles, los Lakers no empezaban tan mal una campaña.

Este domingo, los 17 veces campeones de la NBA certificaron su crisis ante los Blazers (106-104), liderados de nuevo por un Damian Lillard estelar. El base sumó por segundo partido consecutivo 41 puntos, anotando seis triples, uno de ellos decisivo a 12 segundos del final. La canasta estuvo precedida de una jugada que sacó los colores a LeBron. Russell Westbrook llevaba el balón con ventaja en el marcador (101-102) a falta de 30 segundos. Pero el MVP de 2016, en lugar de buscar alargar la posesión, se decidió por un lanzamiento en suspensión que rebotó en el aro. James se quedó haciendo aspavientos en el centro de la cancha mientras Dame llegaba justo a tiempo para dinamitar el Staples.

Tras el partido, LeBron reconoció que la situación es crítica: “No acertamos ni con un alfiler en el océano”, ironizó, tratando de explicar por qué los Lakers fallaron 17 de los primeros 18 triples, terminando con un seis de 33 (18% de acierto). Después de los tres primeros partidos, los angelinos son el equipo con peor acierto desde el perímetro (21,2%), a pesar de ser el séptimo equipo que más triples lanza (39,3 por encuentro). Esa cifra, según datos de ESPN, coloca a los Lakers como el equipo que, habiendo lanzado al menos 100 triples en tres partidos, cuenta con el segundo porcentaje más bajo de la historia. Solo Atlanta Hawks de 2018 empeoran sus números (21%).

Los Lakers vuelven a jugar en la madrugada del miércoles al jueves ante los Nuggets de Nikola Jokic en el Ball Arena. Una nueva derrota sumiría a los angelinos en su peor arranque de temporada desde 2015, la última campaña en activo de Kobe Bryant, cuando también comenzaron con cuatro partidos perdidos.

Al otro lado de la cancha, los Portland Trail Blazers se ilusionan con el mejor arranque de la franquicia en más de una década. Los de Portland marchan segundos en la Conferencia Este por detrás de Utah Jazz, invictos ambos con tres victorias, un registro que no lograban desde la temporada 2011-12. Esta madrugada, se medirán a los Nuggets en busca de igualar el logro de la temporada 1999-00, la última en la que los Trail Blazers comenzaron el curso con cuatro victorias. En aquel entonces, el equipo estaba liderado por Scottie Pippen y Arvydas Sabonis, y alcanzaron la final de Conferencia ante los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Ahora, es Lillard (34 puntos de media en estos tres partidos) el que monopoliza la ilusión de Portland con exhibiciones como la del domingo en Los Ángeles.

Los Lakers, junto a Sacramento Kings, Oklahoma City Thunder, Houston Rockets, Orlando Magic y Philadelphia 76ers, son los equipos que aún no conocen la victoria esta temporada tras la primera semana de competición. La presencia en la cola de la clasificación del conjunto dirigido por Doc Rivers (76ers) sorprende especialmente al tratarse de uno de los principales candidatos al anillo. “He pasado por situaciones así. Todavía no estamos listos para ganar”, lamentaba Rivers tras la derrota ante los Spurs (105-114), en la que los Sixers fueron abucheados en su propio pabellón. Se trata del peor arranque de la franquicia desde 2017 y escuece, teniendo en cuenta que tras caer ante Milwaukee y Boston, rivales a los que aspira a medirse en el Este, este era un encuentro que debían ganar sí o sí.

Los Spurs de Gregg Popovich se encuentran en plena reconstrucción y habían recibido 131,5 puntos de media en sus dos primeros partidos. Embiid hizo su trabajo con 40 puntos, pero nadie de su equipo le acompañó. El dato más sangrante fue que San Antonio anotó otros 40 puntos de jugadores salidos del banquillo, por solo 10 de los suplentes de Philadelphia.

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