Gayà, de estar a la venta a la renovación en el Valencia

Pep Claramunt sube los peldaños que separan el túnel de vestuarios de la pradera del viejo Mestalla, detrás de él lo hace Ricardo Arias y segundos después Fernando Gómez. Tres históricos, tres capitanes, tres leyendas. Todos reflexionan sobre el significado de portar el brazalete de la senyera con el escudo del Valencia CF junto al corazón, en el vídeo con el que el club anunció ayer la renovación de José Luis Gayà hasta 2027. “Es la ilusión de cualquier niño cuando juega al fútbol”, dice Claramunt, capitán del equipo entre mediados de los 60 y principios de los 70. “Son muchas cosas, no solamente un trozo de tela; conlleva mucha más responsabilidad de lo que parece”, cuenta Ricardo Arias, que llevó el brazalete desde mitad de los 80 hasta su retirada en 1992. “Para un jugador valenciano significa lo máximo”, agrega Fernando, capitán en la década de los 90. Los tres se pasan el brazalete hasta que Fernando se lo ciñe a Gayà, el último en aparecer en escena. “Por toda una vida. Soy José Luis Gayà y Mestalla es mi casa”, dice el lateral de Pedreguer para cerrar el vídeo.

El último capitán del Valencia ha renovado su contrato con el club de Mestalla hasta 2027. Finalizaba en junio de 2023 y el objetivo del club, después de intentar venderlo sin éxito este verano debido a su crisis económica, era blindarlo antes del Mundial de Qatar. El nuevo vínculo es de cinco temporadas, pero se activa de manera inmediata para este curso, por lo que el acuerdo pasará a finalizar el 30 de junio de 2027. Para entonces, el jugador, que llegó a Paterna con 11 años, cumplirá 32. Su camino es el de convertirse en un One Club Man como los históricos Puchades, Claramunt o Arias; los tres tienen una lona en la fachada de Mestalla. La de Gayà espera colgarse en el nuevo estadio cuando el zurdito cuelgue las botas. El club, que alardeaba este miércoles de renovar a su estandarte con la etiqueta en redes sociales #DeCapitánaLeyenda, lo ha tenido a la venta en las dos últimas ventanas de fichajes. A Peter Lim, el máximo accionista de la entidad, no le importaba deshacerse de un tipo comprometido como Gayà. Para cuadrar números, Lim necesitaba traspasar este verano a varios de los activos más importantes de su vestuario: Guedes, Gayà o Carlos Soler; cualquiera de ellos. Daba igual.

“Jesús Vázquez va a ser nuestro lateral izquierdo el año que viene”, dijo el expresidente Anil Murthy en una reunión con empresarios de la ciudad antes de ser destituido. Horas después de que trascendiera esta conversación, Murthy viajó a Barcelona junto a Joey Lim, el director ejecutivo, también destituido semanas después, para ofrecerle al presidente del Barcelona, Joan Laporta, la venta de Gayà y Carlos Soler. El intermediario era Jorge Mendes.

Finalmente, Gonçalo Guedes salió hacia el Wolverhampton y Carlos Soler al PSG. Con ellos se recaudó lo suficiente. A Gayà no se le encontró comprador. Su mercado era más reducido. Y el zurdo de Pedreguer, que priorizaba quedarse, ha decidido olvidar la tardanza premeditada del club en cerrar su renovación, y la intentona de venderlo los dos últimos veranos para hacer caja, y ha firmado. Su sentimiento se ha impuesto a sus dudas respecto a la deriva del club con Peter Lim gobernando. “En ese momento tuve dudas, no me gustó nada escuchar lo que dijo Murthy, pero el presidente ya no está y creo que con Layhoon y Gattuso se ha organizado todo mejor”, comentó el jugador en rueda de prensa.

La última oferta llegó, curiosamente, tras el cierre del mercado. Hoy, Meriton convierte a Gayà en el jugador mejor pagado de la plantilla, le ofrece cinco temporadas y mantiene su cláusula de rescisión en 100 millones de euros. “No podemos estar más orgullosos de continuar este camino con él. Por modelos como él, la antorcha del capitán puede mantenerse muchos años”, apuntó la presidenta Layhoon en el acto, que incluso habló en valenciano.

“Creo en el proyecto. En tres años he tenido la opción de jugar dos finales. Mi ambición es hacer el club más grande. Nos teníamos que entender. Es lo que yo quería”, insistió el lateral, que debutó con 17 años en el primer equipo en una eliminatoria de Copa en Llagostera en 2012.

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