La escaladora iraní que compitió sin velo en Seúl vuelve a Teherán y afronta una posible pena de cárcel
Los allegados de Elnaz Rekabi no han podido contactar con ella desde este domingo. Un medio iraní en el exilio asegura que tras su retorno ingresará directamente en prisión
Elnaz Rekabi, la escaladora iraní que compitió el domingo sin velo en la final de cuerda de los campeonatos asiáticos de escalada en Seúl, vuela ya de regreso a su país este martes, según la embajada de Irán en Corea del Sur, un retorno adelantado dos días que alimenta el temor a las represalias del régimen iraní contra la deportista, cuyo gesto se ha interpretado como una muestra de apoyo a las protestas lideradas por mujeres en ese país por la muerte bajo custodia policial el 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini. Los allegados de la escaladora habían denunciado antes al servicio en persa de la BBC que llevaban desde el domingo sin poder contactar con ella y que los responsables deportivos del país habían confiscado el teléfono móvil y el pasaporte de Rekabi. De acuerdo con fuentes citadas por Iranwire, un medio iraní en el exilio, nada más aterrizar en Teherán, la atleta será conducida directamente a la prisión de Evin.
Poco después de que la legación diplomática iraní en la capital surcoreana asegurara en un tuit que la deportista estaba regresando a Irán “junto con los demás miembros del equipo” y negara “las informaciones falsas sobre su detención”, alguien publicó un texto en la cuenta de Instagram de Rekabi. En él, se recogen unas supuestas disculpas de la escaladora y se atribuye a “un error involuntario” el haber competido sin el velo: “Saludos a todos mis seres queridos. Soy Elnaz Rekabi y pido disculpas por todas las preocupaciones que he causado. Tuve un problema mientras participaba en la competición de escalada en roca y mi hiyab [velo] cayó involuntariamente debido a la inapropiada programación y la llamada intempestiva para escalar. Ahora estoy volviendo a Irán con el equipo de acuerdo con el calendario programado”.
الناز رکابی سنگنورد ایرانی که در مسابقات سئول بدون روسری مسابقه داده بود در استوری اینستاگرامش پس از چند روز سکوت نوشت که،«سهوا پوشش بنده دچار مشکل شد و در حال حاضر طبق زمانبندی از قبل تعیین شده به همراه تیم، در حال بازگشت به ایران هستم» pic.twitter.com/0UUvCnHpIF
— BBC NEWS فارسی (@bbcpersian) October 18, 2022
Esta publicación de Instagram, recogida en un tuit del servicio en persa de la BBC, contradice lo afirmado por las fuentes citadas por Iranwire, que precisaron que la deportista “tomó su decisión de presentarse sin hiyab [en la competición] hace aproximadamente un mes”, es decir, prácticamente al inicio de las protestas desencadenas por la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini. La joven kurdo-iraní de 22 años había sido detenida tres días antes por la policía de la moral en Teherán, acusada de llevar mal colocado el velo. La represión de estas manifestaciones, las más importantes en el país desde 2019, ha causado ya al menos 215 muertos, incluidos 27 niños, y miles de detenidos en el país islámico, de acuerdo con los datos de la ONG Iran Human Rights.
La fuente citada por el medio iraní alude luego a la supuesta razón por la que Rekabi no ha pedido asilo político en Corea del Sur tras competir sin el velo que las autoridades de la República Islámica imponen a todas sus atletas, incluso en torneos internacionales. De acuerdo con dicha fuente, la escaladora no ha pedido protección internacional “porque su marido está en Irán y quería volver después de la competición. Siempre toma decisiones audaces”.
La legislación iraní prevé penas que van desde multas a condenas de prisión por infringir la obligatoriedad de cubrir totalmente el cabello. Según esas leyes, aprobadas en 1983, la deportista podría ser encarcelada, como asegura el portal iraní. Iranwire cita a fuentes del aeropuerto internacional Imán Jomeini de Teherán, que sostienen que Rekabi será trasladada directamente del aeródromo a la prisión de Evin, conocida por albergar a presos políticos.
Según el medio iraní en el exilio, después de competir este domingo, la escaladora se avino a penetrar en la embajada de su país en Seúl por una promesa “engañosa” de Reza Zarei, presidente de la Federación de Escalada del país, que le aseguró que si volvía a Irán, se garantizaría su seguridad. La orden de confinar a la atleta en la sede diplomática y trasladarla después al aeropuerto de la capital surcoreana para su inmediata repatriación a Irán partió, siempre según esa fuente, de Mohammad Khosravivafa, presidente del Comité Olímpico iraní, que a su vez recibió instrucciones de la Guardia Revolucionaria de Irán, el ejército paralelo que funciona bajo la autoridad directa del máximo líder del país, el ayatolá Ali Jamenei.
Apoyo de la Federación
La Federación Internacional de Escalada (IFSC) ha emitido este martes por la mañana un comunicado en el que declara “su apoyo a los derechos de los atletas, sus decisiones y la expresión libre de su discurso. Tras estar en contacto con Elnaz Rekabi, así como con la federación iraní de escalada, entendemos que se encuentra viajando de regreso a Irán. Es importante señalar que la seguridad de nuestros atletas es crucial para nosotros y defendemos cualquier esfuerzo por mantener a salvo a un miembro destacado de nuestra comunidad envuelto en una complicada situación”. Erik Noya, miembro del equipo español de escalada de velocidad y subcampeón del mundo de la disciplina en 2021, considera que el mundo de la escalada “tiene mucho que decir en apoyo de Elnaz Rekabi.”
El pasado 29 de septiembre, los jugadores de la selección masculina de fútbol iraní protestaron por la muerte de Mahsa Amini y por la represión de las manifestaciones lideradas por mujeres en su país. Los futbolistas mostraron su repulsa tapando con una chaqueta negra la bandera de su país que figura en su equipación nacional antes de un partido contra Senegal.
Rekabi, que terminó cuarta en la competición de escalada en Seúl, es una de las primeras deportistas iraníes que osa desafiar el rígido código de vestimenta de su país, que obliga a las mujeres a competir tapadas, y la primera que lo hace, al menos que se conozca, desde el inicio de las protestas por la muerte de Mahsa Amini.
En abril de 2019, Sadaf Khadem fue la primera boxeadora iraní en participar en un combate oficial que se celebró en Francia. Nunca regresó a su país, alertada por SMS de que a su regreso sería detenida por las autoridades locales. ¿El motivo? Había competido sin hiyab (pero con casco) y luciendo pantalones cortos y camiseta de tirantes. Khadem, que se ganaba la vida como profesora de fitness en Teherán, no podía entrenarse con hombres ni tener entrenador masculino, en un país donde aún no se ha celebrado un combate entre mujeres. “Solo espero que mi ejemplo abra las puertas a todas las chicas que deseen practicar este deporte”, señaló entonces a las cámaras francesas sin usar velo ni cubrirse la cabeza en ningún momento. Sadaf Khadem, que llegó a temer por su vida si regresaba a su país, reside ahora en la localidad francesa de Royan (Charente-Maritime) tras obtener el estatuto de refugiada política en el país galo.
Las restricciones que afrontan las iraníes a la hora de practicar o disfrutar de cualquier manera del deporte no solo afectan a atletas de élite como Rekabi o Khadem. La estricta segregación de sexos que imponen los líderes religiosos del país impide, por ejemplo, a las aficionadas asistir a encuentros deportivos en los que haya hombres presentes, incluso si acuden acompañadas de un familiar varón. En 2014, según denunció Amnistía Internacional, varias mujeres iraníes fueron abofeteadas e insultadas y algunas —como la joven de 25 años Ghoncheh Gavami— encarceladas en régimen de aislamiento en la prisión de Evin solo por haber intentado asistir en un estadio a un partido de voleibol durante el mundial de ese deporte que se celebró en Irán en junio de ese año.
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