Una caída y dos tragedias: Flora, madre del piloto Victor Steeman, fallece 48 horas después de la muerte de su hijo

La familia Steeman ha perdido a un hijo y una madre en menos de 48 horas. Ese es el resumen del cruel desenlace de la semana negra que han vivido. Flora Van Limbeek, que conoció el fallecimiento de su pequeño Victor la noche del 11 de octubre, tres días después de su fatal accidente en la última prueba del Mundial de Superbikes en la categoría SSP300, sufrió un paro cardíaco el pasado jueves 13 por la tarde en su casa de Lathum. A pesar del esfuerzo de los médicos, no pudo ser reanimada y a los 59 años se unía al trágico destino de su hijo menos de 48 horas después.

La familia, que expresó la voluntad de procesar con espacio y paz su inmenso dolor en una nota compartida con los medios neerlandeses, pidió que no se envíen flores ni cartas de recuerdo a su domicilio. Willem, padre y esposo, había acompañado a su hijo a la última carrera del certamen en Portugal, donde tenía opciones matemáticas de proclamarse campeón del mundo. En la primera prueba del fin de semana, el 8 de octubre, el piloto perdió el control de su Kawasaki Ninja 400 en medio del grupo con la mala fortuna de que otro competidor le embistió de lleno por detrás. Como consecuencia de las graves lesiones tras el accidente, el joven moría en el hospital de Faro, en la región del Algarve.

“Ha ocurrido algo de lo que siempre hemos tenido miedo como padres de un piloto de motociclismo. Nuestro Victor no pudo ganar su última carrera. A pesar de la insoportable pérdida y el dolor, estamos orgullosos de compartir que nuestro héroe, en su muerte, fue capaz de salvar a otras cinco personas como donante de órganos. Queremos dar las gracias a todos quienes nos han acompañado estos últimos días. Vamos a echar muchísimo de menos a Victor”, expresó la familia entonces a través de un comunicado.

La muerte de Flora, que ni siquiera pudo recibir el cuerpo de su hijo en casa, les ha dejado sin palabras. Evert Slager, amigo de la familia y propietario del portal especializado racesport.nl, resumía así la trágica semana de los Steeman: “Ese golpe ya fue despiadadamente duro. Que su madre y mayor admiradora también murieran tan poco tiempo después de cruel e impensable”.

Polémica por la peligrosidad de la categoría

Maverick Viñales, que perdió a su primo Dean Berta el año pasado tras un accidente similar en la misma categoría, se mostró muy crítico con la organización después de conocer la muerte de Steeman. “Siempre he tenido la misma opinión sobre las Supersport 300, y lo dije antes de que Dean tuviera su accidente. El problema es que las motos pesan 160 kilos, no tienen velocidad, van en grupo y, por supuesto, si alguien se cae delante de ti es imposible esquivarlo. Para mí no se trata de la edad, no se trata de los pilotos, se trata de las motos”, aseguraba el de Roses desde Australia. La del neerlandés es la segunda muerte en dos temporadas en la misma categoría del Mundial de Superbikes (WSBK), también organizado por la empresa española Dorna, que gestiona MotoGP.

Por si no quedaba clara su opinión, el catalán no se cortó la lengua. “No tienen potencia, pesan como una MotoGP, los frenos son una mierda, el basculante es como el de una moto de calle. El problema es la categoría, no los pilotos. Y no es la edad, porque cuando tenía 13 años corría en 125GP y no pasaba nada porque no éramos 20 en un pelotón. Si esto sigue igual van a pasar muchas más cosas”, avisaba. La FIM, Dorna y WSBK mostraron sus condolencias pero no han anunciado por ahora ninguna revisión de los estándares técnicos y la normativa de la categoría.

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