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España toma aire ante una Grecia sin Antetokounmpo

Lorenzo Brown y los hermanos Hernangómez lideran la victoria de la selección (87-80) en el segundo amistoso de preparación para el Eurobasket

Willy Hernangómez celebra una canasta durante el amistoso entre España y Grecia este jueves en el Wizink Center.
Willy Hernangómez celebra una canasta durante el amistoso entre España y Grecia este jueves en el Wizink Center.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)
Luis Villaescusa

Cuando el pasado martes España fue trasquilada en Atenas por la selección griega en el primer partido amistoso de preparación para el Eurobasket, Sergio Scariolo señaló que el equipo necesitaba dar un paso adelante para medirse a este tipo de rivales tan fuertes. Este jueves, de nuevo con la selección helena como rival, aunque esta vez sin Giannis Antetokounmpo, España reencontró su camino al calor del Wizink Center. Con Lorenzo Brown a los mandos y los hermanos Hernangómez liderando desde los dos lados de la cancha, la selección encontró la fórmula para recuperar el balance ofensivo y defensivo que tanto había faltado en Atenas.

Volvió el juego exterior, seña de identidad durante los últimos años, y la defensa se mostró mucho más segura respecto. En definitiva, el plan de Scariolo salió a la perfección e hizo vibrar al pabellón madrileño, que terminó ovacionando a Lorenzo Brown. El norteamericano fue recibido por el público de Madrid entre aplausos y pitos, aunque leves. Hubo quién mostró su desacuerdo con el base, que disputó su primer partido en tierras españolas desde su nacionalización, pero los abucheos se tornaron en celebraciones con el paso de los minutos. Decisivo tanto en defensa como en ataque (ocho puntos, cuatro rebotes y cinco asistencias), Brown demostró sus mejores virtudes y se asoció con la pareja llamada a liderar a la selección en el Eurobasket, Juancho y Willy Hernangómez (33 puntos y 18 rebotes entre ambos). Ambos pudieron disfrutar de un partido mucho más cómodo gracias a la ausencia de la gran estrella de la selección griega, Giannis Antetokounmpo. Sin el poderío del ala-pivot de Milwaukee Bucks, Grecia es mucho menos Grecia.

Anteto era la gran atracción del duelo. Las gradas del Wizink mostraban una mezcla entre camisetas de España y de los Bucks con el 34 a la espalda. La expectación por ver al gigante heleno era máxima después de que el pasado martes arrollase a España con 31 puntos y 10 rebotes. Pero los aficionados se quedaron con las ganas de ver al dos veces MVP de la NBA vestido de corto. La Federación griega informó de que sufría unas “leves molestias” en la rodilla y se quedó en el banquillo únicamente para dar consejos a sus hermanos Kostas y Thanasis. Sustituir a uno de los mejores jugadores del planeta es una tarea imposible y Grecia notó su ausencia, a pesar del empeño de Kostas por emular las maravillas de su hermano cuando se eleva en el aire. Pero Giannis solo hay uno y el mediano de la saga, aunque esforzado a la hora de pelear en la pintura, no pudo con la defensa española, bien pertrechada.

Giannis Antetokounmpo sentado en el banquillo de Grecia durante el partido.
Giannis Antetokounmpo sentado en el banquillo de Grecia durante el partido.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

España demostró amplitud de recursos y Scariolo una buena lectura del partido. Cuando Grecia acumulaba gigantes que cerraban el camino a la canasta, el seleccionador daba entrada a Llull o Rudy para que los capitanes castigaran desde el triple. En cambio, si los helenos prescindían de sus hombres fuertes, los Hernangómez podían adueñarse de la zona y hacían mucho daño con las rápidas transiciones que lanzaba Lorenzo Brown.

Tras un primer cuarto en el que ninguno de los dos equipos mostró sus cartas, España comenzó a reventar el partido antes del descanso con un parcial de 11-2, coronado con tres triples consecutivos, de Rudy, Llull y Brown. El grupo de Scariolo trató de mantener la ventaja al comienzo de la segunda parte, pero llegaron los mejores minutos del equipo griego, que logró empatar el marcador tras un ataque de orgullo. Giannis, sentado en el banquillo con ropa de calle, gritaba casi tanto como su entrenador, dando indicaciones a sus compañeros en busca de la remontada.

Pero España ya había encontrado el camino y en el último cuarto, derrumbaron la esperanza helena. Los de Scariolo sacaron el orgullo que les faltó en el partido de Atenas y cuando parecía que podía apretarse, subieron el nivel de intensidad. De nuevo Willy Hernangómez, el mejor jugador del encuentro (23 puntos y 10 rebotes) sentenció el encuentro con un triple lejano que ponía a España con +7, distancia que no se rebajaría hasta el final.

Tras el mal trago de la derrota en Atenas, esta victoria carga de moral a un combinado que no tenía claro como iba a funcionar su juego. Aunque la baja de Antetokounmpo haya facilitado las probaturas de Scariolo, la formula parece clara: ser un equipo.

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Sobre la firma

Luis Villaescusa
Periodista de EL PAÍS desde 2020, especializado en información deportiva. Ha cubierto la Eurocopa 2020 y los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, y se centra en la información de baloncesto y fútbol. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, es un apasionado de los datos y las infografías para explicar el deporte.

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