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La encrucijada de Raúl de Tomás en el Espanyol

El ariete, sin estrenarse en pretemporada ni entenderse con el técnico, no tiene ofertas para irse de un club que quiere venderlo

Jordi Quixano
Raúl de Tomás
De Tomás, en un calentamiento previo a un partido del curso pasado.Mariscal (EFE)

Después de ejercitarse en solitario o con los descartados —Aleix Vidal, Vargas, Dimata y Vilhena— durante 12 días en Marbella, donde el Espanyol hizo unos días de estadía, Raúl de Tomás (Madrid, 27 años) salió del hotel, cogió un taxi y se marchó al aeropuerto para regresar a Barcelona. Al rato, el resto de la plantilla se subía a otro avión con escala en Inglaterra porque tocaba un amistoso ante el Brighton, sonora paliza (5-1) en la que se evidenció que al equipo le falta gol, un delantero que sea santo y seña. Con la Liga a la vuelta de la esquina porque la próxima semana se estrenan ante el Celta a domicilio, queda poco tiempo para resolver la patata caliente de RDT, que sigue entrenándose con los descartados en el campo contiguo de la ciudad deportiva del Espanyol. Una encrucijada de difícil solución con el cronómetro marcha atrás.

De Tomás se incorporó 10 días tarde a la pretemporada con permiso del club, pues había estado con la selección en verano. Esa mañana, el técnico Diego Martínez, le llamó a su despacho y mantuvieron una conversación que se tensaba a medida que pasaban los minutos. Mientras que el técnico —reforzado por la directiva— exige jugadores de equipo que se amolden a sus ideas, el punta cree que no hay nadie mejor que él en la plantilla y que se debería jugar para sus botas. Sus goles hablan por él, máximo artillero con diferencia en los dos últimos cursos con 40 dianas (23 y 17), seguido por Puado (18). Pero con eso no le alcanza a Martínez, que siempre recuerda que no quiere individualidades sino sentido colectivo, más generosidad que egos. “Con Raúl tenemos una relación muy fluida”, resolvió el entrenador hace un par de días; “pero llegó con unas molestias y me comentó que necesitaba entrenarse a un ritmo diferente. Cuando él sienta que está en condiciones de estar con el equipo…”. Un discurso que no se ajusta a la realidad porque desde ese primer día el diálogo entre jugador y míster ha sido mínimo, lacónico.

Sucede que el club le garantizó a Martínez un equipo remodelado siempre y cuando se fraguara la venta de De Tomás. Algo necesario porque se sabe que el presidente Chen no va a poner más dinero ni hará otra ampliación de capital (la última de 38 millones, precisamente, sirvió para que no se vendiera a RDT en el pasado mercado). “Raúl sí tiene cabida en mi proyecto. En mi Espanyol quiero a los mejores y que estén totalmente focalizados en el equipo”, señaló el técnico; “uno no sabe lo que puede pasar. Es una decisión del jugador, la dirección deportiva y el club. Yo no pinto nada”. Pero tampoco es así porque desde el área deportiva le han dado poderes para confeccionar el equipo. Aunque poco se puede hacer sin la marcha de De Tomás, enquistado en el Espanyol porque el club se remite a su cláusula de rescisión (75 millones) y no ha recibido una sola oferta en firme, por más que se rumoreara que el Madrid pretendía recuperarlo. No es así. Y de la venta, además, el Espanyol, que lo compró por 20 millones, deberá dar el 20% de la plusvalía al Benfica por contrato.

No hay signos de rebeldía del ariete, que siempre se ha presentado a la hora y en el lugar que le han dicho, pero sí una falta de entendimiento que está condenada a cambiar ante las necesidades deportivas del Espanyol, que solo ha podido fichar a Joselu y Brian Oliván (llegaron libres), además de las cesiones de Vinicius Souza y Benjamin Lecomte. Quizá por eso el club lo incluyó con el resto de los jugadores para hacer los vídeos personalizados de LaLiga para las alineaciones y los goles que se emiten por televisión. Pero llega la Liga y RDT no ha disputado un solo minuto en los amistosos de la pretemporada como tampoco viajó a Italia para el duelo de este sábado ante el Nápoles (0-0).

De Tomás entiende que el Espanyol se le ha quedado pequeño al tiempo que el técnico aprecia que le queda grande el papel de líder responsable. Algo similar a lo que piensa el vestuario, que ni se planteó darle la capitanía ahora que ya no están Diego López y David López. De momento, para De Tomás no hay brazalete ni botas, ni equipo ni fútbol.

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