Nadal reverdece en Hurlingham

Después de una semana de entrenamientos en Mallorca y de un par de días de rodaje en las instalaciones de entrenamiento de Wimbledon, Rafael Nadal dio otro paso adelante en su estreno en la exhibición de Hurlingham. El campeón de 22 grandes se impuso con holgura al suizo Stanislas Wawrinka (6-2 y 6-3) en la primera de las dos pruebas que efectuará esta semana antes del desembarco en el major británico, que comienza el próximo lunes. Fue un monólogo. Sin necesidad de apretar el acelerador, el español, de 36 años, doblegó la tierna resistencia de su rival, un veterano al que se le agota definitivamente la cuerda deportiva.

A falta de una lectura más fiable y completa, que no se producirá hasta que ponga el próximo martes un pie en la Centre Court y experimente con fuego real, Nadal se llevó un puñado de buenas sensaciones al bolsillo. El ensayo fue fructífero, resuelto en poco más de una hora y sin contratiempo alguno. En ningún instante enredó Wawrinka (37 años) y, lo que es más importante, tampoco lo hizo el pie izquierdo del mallorquín. Firme en los apoyos y los desplazamientos horizontales, certero también en los tiros, el tenista de Manacor sigue acumulando indicios positivos para determinar su presencia en el tercer grande de la temporada.

“Estoy muy contento de poder estar de vuelta tras la pandemia y la lesión del año pasado [que le impidió competir de julio a diciembre]. Es un placer jugar aquí”, expresó Nadal en unas declaraciones recogidas por la agencia Efe. Hacía tres años que el español –acompañado por los técnicos Francis Roig y Marc López, y su fisio Rafael Maymó– no disputaba un partido sobre el verde. Fue en 2019, en la semifinal contra el gran Roger Federer . “Poder jugar un par de partidos antes de Wimbledon es bueno, me ayuda de cara a la competición. Antes solía hacerlo en Queen’s [de categoría 500], pero ahora soy muy mayor para tantos partidos”, bromeó.

La nueva técnica a la que se ha sometido después de conquistar Roland Garros –dos sesiones de radiofrecuencia pulsátil en los nervios del pie lastimado– está dándole buenos resultados y cada día supone un avance para él. Está Nadal ante una oportunidad histórica –nadie logra el Grand Slam [ganar los cuatro majors el mismo año] desde que lo hiciera el australiano Rod Laver en 1969–, aunque prevalece el presente más inmediato: primero Hurlingham, después Wimbledon y, más adelante, ya se verá. Ahora bien, las sensaciones son positivas. El tratamiento responde y el tenista gana rodaje.

Debutará el martes

“Es la primera vez en su carrera que está en disposición de lograrlo, aunque de momento lo vemos lejano. Es un objetivo realista, porque él es el único que puede conseguirlo esta temporada, pero no le quita el sueño. Hay que ir poco a poco. Ahora mismo lo importante es que pase tiempo en pista y que el pie esté bien”, afirmó su preparador, Carlos Moyà, en unas declaraciones al canal Eurosport.

La semana pasada, Nadal se ejercitó durante cinco días sobre la hierba de Santa Ponça, en su isla. Después, como ya hiciera en 2018 y 2019, el mallorquín viajó a Londres y apostó por participar en la exhibición de Hurlingham, un coqueto club localizado en el barrio de Fulham. La puesta de largo contra Wawrinka salió a pedir de boca y este viernes, día en el que se sorteará el cuadro final de Wimbledon y conocerá su hipotético trazado, afrontará un nuevo test contra el canadiense Felix Auger-Aliassime. Ante el suizo, no hubo la más mínima discusión.

Sin no hay contratiempos de por medio, Nadal irrumpirá el próximo martes (fecha de su debut) en la central del All England Lawn Tennis & Croquet Club como un aspirante con mayúsculas al título que ya obtuvo en 2008 y 2010.

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