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El Real Madrid, finalista de la ACB tras ganar también al Baskonia el tercer partido (77-85)

El equipo blanco, dirigido por Chus Mateo tras el infarto sufrido por Pablo Laso, resuelve por la vía rápida ante los vitorianos. Este miércoles, Joventut-Barça (1-1)

Jon Rivas
PlayOffs ACB - semifinal - jornada 3
Baskonia
Baskonia
77 85
Finalizado
Real Madrid
Real Madrid
Chus Mateo dirige al Madrid contra el Baskonia este martes en Vitoria.
Chus Mateo dirige al Madrid contra el Baskonia este martes en Vitoria.L. Rico (EFE)

Subido a una escalera, un operario del Buesa le pasa la bayeta con cristasol al tablero de metacrilato; lo deja como los chorros del oro, que cualquiera sabe de dónde sale la expresión, aunque lo mismo da, porque es verdad que parece la pared invisible de cristal en la que se apoya un mimo, que está pero no está. Entonces aparece el Madrid en la cancha para calentar, 12 hombres sin piedad, y es recibido con silbidos, ¿Será por la posibilidad de que el trabajo del operario se desluzca a base de pelotazos o las huellas de esas inabarcables manazas de baloncestista?

No parece. Es más cuestión de rivalidad, porque luego sale el Baskonia, que hará lo mismo, y aquello es la apoteosis, o algo parecido. No es el tercer partido, es el partido, al menos para el equipo de casa; ganar o perecer. No tanto para el Madrid, herido por tantas flechas que ya no siente dolor, aunque tal vez no esté tan herido, ni tenga tanto dolor, y lleve bajo la camiseta un chaleco de kevlar que le hace indestructible.

Ni las lesiones, ni el susto de Laso, vitoriano y al que homenajea el Buesa puesto en pie le tambalean. Se sienta en el banco Chus Mateo, infalible como sustituto, que no cambia nada, claro, porque el equipo fluye y se articula alrededor de Tavares, que es como un imán que atrae balones a su posición, debajo del aro, y allí hipnotiza a los jugadores del Baskonia, incapaces de neutralizar sus 2,21m de altura, sus 2,35 de envergadura, que cuando extiende los brazos crea un campo magnético. Acaba la primera parte con cinco rebotes, 12 puntos, 22 de valoración y la impresión de que es muy difícil moverle, por mucho que lo intentan Enoch a veces y otras Fontecchio, que se carga de faltas.

Pero es el partido para el Baskonia, a vida o muerte, y después de un primer cuarto espeso, aprietan los dientes los cinco de la cancha, los siete del banquillo, y Spahija, y defienden duro; pero acercarse al Madrid es subir una cuesta tras otra, sin descanso. Resulta agotador y pasa factura, y aunque la grada inyecta energía, al equipo vitoriano le cuesta un mundo, y eso cansa, y luego, a la hora de elegir la mejor opción se nubla la vista y falla la puntería, pese a los 26 puntos de Baldwin, que se marcha con cinco faltas después de una técnica.

Núñez, de la Selectividad al pabellón

Por eso, después de sufrir para descontar la ventaja madridista, de ponerse a tres puntos en el inicio de la segunda parte (38-41), de nuevo estira la goma el Real Madrid, que se pasa el partido mirando por el retrovisor y, cuando ve acercarse a su rival, acelera (38-48).

Porque cuando el juego le queda lejos a Tavares, aparece Deck, que anota triples como quien lava, sin darse importancia; o salta Poirier, con sus zapatillas verdes, para dar descanso al fenómeno de Cabo Verde, y juega cinco minutos el canterano Núñez, que este martes hizo la Selectividad y el sábado cumplió 18 años. Todos son como máquinas que funcionan sin cometer errores.

Sólo vuelve la esperanza a la grada del Buesa cuando en un arranque de orgullo se acerca a cinco el Baskonia cuando quedan seis minutos, y entonces ruge la afición, pero es un destello apenas, porque el Madrid ni se inmuta y alcanza la final. Con la enfermería llena y Pablo Laso en su retiro temporal. El operario del Buesa ya no tendrá que sacar brillo con el cristasol y la bayeta a los tableros de metacrilato. No, al menos, hasta la temporada próxima. Este miércoles, el tercer partido de la serie entre Joventut y Barcelona (1-1, 21.00).

Baskonia, 77 - Real Madrid, 85

Baskonia: Baldwin (26), Fontecchio (16), Giedraitis (), Peters (9), Enoch (2) –equipo inicial–, Marinkovic (0), Costello (5), Granger (10), Wetzell (1).

Real Madrid: Hanga (18), Causeur (14), Deck (17), Yabusele (2), Tavares (23) –equipo inicial–, Rudy (3), Núñez (0), Randolph (0), Poirier (8), Taylor (0).

Parciales: 14-25, 22-16, 17-25, 24-19.

Árbitros: Hierrezuelo, Aliaga y Oyón. Eliminado Baldwin.

Fernando Buesa Arena. 9.748 espectadores.

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