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Casper Ruud y el efecto magnético de Manacor

Desde la inauguración de su academia en 2016, Nadal atrae al centro e inspira a numerosos profesionales como el finalista noruego, Osaka, Swiatek o Murray

Ruud pelotea en las instalaciones de la Rafa Nadal Academy, en una imagen cedida por el centro.
Ruud pelotea en las instalaciones de la Rafa Nadal Academy, en una imagen cedida por el centro.
Alejandro Ciriza

Dice Rafael Nadal que está pensando en el mañana, aunque en realidad, hace mucho que el tenista comenzó a diseñar el después de. Desde hace tiempo explota su faceta empresarial ―asesorado por su agente y su padre, especialmente―, y hay quienes le imaginan un futuro encorbatado, pero Nadal es tenis y el tenis es Nadal. Así que hace seis años, en 2016, cumplió su gran sueño el día que destapó aquella placa y se dio ese apretón de manos con el suizo Roger Federer. El fotograma inauguraba oficialmente la Rafa Nadal Academy, el centro de formación y entrenamiento que pretendía el jugador, feliz entre raquetas y los jóvenes. Uno de ellos es el propio Casper Ruud, que en 2018, con 19 años, ingresó y fue moldeándose hasta desembarcar en la situación actual.

El noruego es un producto genuino de la academia de Nadal, dirigida por su tío Toni y cuyas instalaciones se asientan a cuatro pasos del centro histórico de Manacor, a cinco de la costa y en un entorno fabuloso que atrae a los padres que desean enriquecer el porvenir personal y deportivo de sus hijos. Actualmente, allí estudian y aprenden a jugar al tenis 150 adolescentes procedentes de todo el mundo y alguno, caso del finalista nórdico de Roland Garros ―una excepción porque la criba hacia el profesionalismo frena al 99% de los que lo intentan―, está consiguiendo llegar lejos. Es el número seis del mundo y ahora mismo, sin duda, uno de los mejores jugadores sobre tierra.

“Hola, Ruud, bienvenido. Todo el mundo está emocionado de tu llegada a la academia. Te deseo lo mejor”, le dedicó a su llegada Nadal, consciente de que ese chico disciplinado y con muy buenos golpes apuntaba muy buenas maneras. Ahora lo tendrá al otro lado de la red. Será, de hecho, la primera vez que se enfrenten los dos, que suelen trabajar juntos y tienen complicidad.

“Me quedan años de tenis, pero hay un futuro y esta academia es parte del futuro. Esperemos que los que vengan disfruten al máximo, queremos que esta instalación sea un éxito profesional para ellos, pero también a nivel humano”, expresó el campeón de 21 grandes el día del pistoletazo de salida; “que aprendan a jugar al tenis, pero también educación y que salgan con la formación necesaria para afrontar la vida con garantías, ya sea en el deporte o en cualquier otro ámbito. Estamos haciendo algo que es especial y lo estamos haciendo aquí, en Mallorca, en Manacor, en casa. Por eso, es doblemente emocionante”.

Nadal y Osaka posan en la academia de Manacor, en una imagen cedida por la Rafa Nadal Academy.
Nadal y Osaka posan en la academia de Manacor, en una imagen cedida por la Rafa Nadal Academy.

La marca Nadal es sugerente, pero no solo para la formación de los menores. No son pocos los tenistas de primera línea que se han dejado caer por el centro y han pasado algunas temporadas preparándose, tratando de empaparse del espíritu del balear y disfrutando de un espacio perfecto para poder ejercitarse: sol, buen clima, al borde del mar. El listado es extenso ―Aliassime, Schwartzman, Bautista, Dimitrov, Andreescu, Davidovich, Isner, Sonego…―, pero hay tres nombres que destacan por encima del resto en el listado, los del escocés Andy Murray, la japonesa Naomi Osaka o la polaca Iga Swiatek, ya bicampeona de Roland Garros tras batir a Coco Gauff (6-1 y 6-3).

En 2016, cuando era el número uno del circuito, Murray ya escogió Manacor para afinar su puesta a punto de cara a la gira estadounidense de verano, y tres años después, mientras intentaba reengancharse a su deporte tras haber pasado por el quirófano un par de veces para reparar su carrera, disputó un challenger y se rodó durante el verano en las mismas instalaciones. Luego pidieron turno Osaka y Swiatek con el objetivo de pulir su juego sobre la arena.

Ruud devuelve la pelota durante la semifinal contra Cilic, el viernes en la Philippe Chatrier.
Ruud devuelve la pelota durante la semifinal contra Cilic, el viernes en la Philippe Chatrier.CHRISTOPHE PETIT TESSON (EFE)

“Fue inspirador, solo por el hecho de ver todos sus trofeos juntos… ¡Guau!”, apuntó la vencedora en París, que eligió Mallorca para asaltar Roma y llegar así a tono al Bois de Boulogne. Trató de hacerlo previamente Osaka. La nipona, cuatro grandes en su palmarés, tuvo la primera toma de contacto con la isla en 2019 y posteriormente repitió, observando las sesiones de Nadal para robarle algunos trucos en la arcilla que, en su caso, no han dado el resultado pretendido.

El efecto magnético de la academia sigue captando tenistas de élite y ha aupado a Ruud. “Creo que ser un deportista significa estar centrado las 24 horas y los siete días de la semana en tu trabajo, tomártelo en serio y crecer cada jornada”, indica el noruego, de 23 años y que ha adoptado de pleno la cultura del esfuerzo de Nadal bajo las órdenes del mallorquín Pedro Clar.

“Han entrenado muchas veces juntos y es cierto que se conocen muy bien”, concede el preparador en unas declaraciones recogidas por la web de la ATP; “se respetan y seguro que veremos una gran final, con puntos muy disputados, ya que el juego de ambos se basa en ser agresivos desde el fondo de la pista. Para la academia es algo impresionante y único”.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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