_
_
_
_

Pedro Martínez: “Lo del Baxi Manresa ha sido una anomalía”

El técnico, con 32 años en la élite, explica su forma de vivir el baloncesto y repasa la estupenda trayectoria del equipo en este curso

Jordi Quixano
PlayOffs ACB - cuartos - jornada 1
Real Madrid
Real Madrid
93 76
Finalizado
Baxi Manresa
Baxi Manresa
Pedro Martínez, entrenador del Baxi Manresa.
Pedro Martínez, entrenador del Baxi Manresa.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

Acaba el entrenamiento y Pedro Martínez (Barcelona; 60 años), técnico del Baxi Manresa, reúne a los jugadores en el centro de la pista. Hay un cumpleañero en el grupo y notifica que en un par de días se quedarán todos por ahí para hacer unas pizzas, para fomentar la unión del equipo. Se escuchan aplausos y él, tras darse media vuelta, sonríe. “La química del equipo es necesaria”, señala después en una entrevista a EL PAÍS en la que no mira el reloj, sino que disfruta al hablar alrededor del baloncesto y de su equipo, capaz de quedar subcampeón de la Champions y colarse en el playoff liguero —frente al Madrid (21.00, Movistar)— con uno de los presupuestos más bajos.

Pregunta. Después de 32 años entrenando en la élite, ¿aún conserva la pasión por el baloncesto?

Respuesta. Sí, claro. Siempre la he tenido: cuando jugaba porque disfrutaba mucho; cuando veía, por ejemplo, a Epi; o cuanto estoy sentado en el banquillo. Pero ahora sé relativizar mejor que cuando era joven. Por entonces, me ponía nervioso y llevaba peor ganar o perder. La experiencia te hace ver las cosas desde otro punto de vista y te afecta menos. Pero la ilusión por entrenar y la preocupación de que el equipo mejore me sigue motivando muchísimo.

P. ¿Le preocupa que sus jugadores se diviertan en la cancha?

R. Es un tema de equilibrio. Esto es un juego y en el deporte siempre hay una parte lúdica. Por mucho que seamos profesionales y que cuando se pierde se sufre, esto sigue siendo un juego. No lo podemos perder de vista. Pero tampoco se puede estar todo el rato de cachondeo porque hace falta esfuerzo, concentración y dar siempre lo mejor de ti.

P. ¿Eso ha conseguido esta temporada?

R. Lo del Baxi Manresa ha sido una anomalía. La razón es una buena gestión a la hora de contratar y también porque se ha producido una muy buena química interna en el grupo. Han encajado muy bien jugadores con hambre que han formado un equipo muy competitivo.

P. También es un equipo muy intenso en la cancha…

R. Sí, somos un poco diferentes del resto en cuanto a ritmo de juego. Somos el equipo que tira más rápido, aunque también el que más balones pierde. Esto se da porque los entrenadores pensábamos que jugando a un ritmo más bajo no nos daría para ser competitivos. Y acertamos en arriesgar. Pero el mérito es de los jugadores porque crecieron como equipo. Aunque no es una fórmula mágica porque no sé si otro equipo, con esta misma filosofía, tendría éxito.

P. Pero, ¿qué está por encima: el talento o la táctica?

R. El talento, sin duda, aunque es escaso. A los jugadores que son buenos ni se les encorseta ni hay táctica que les pueda dominar. Sí que se les puede generar dificultades, pero en cada época salen unos pocos que se salen de cualquier planteamiento. El ejemplo actual es Doncic.

P. ¿Buscaron a jugadores para este molde?

R. Sí. Incluso descartamos a alguno porque pensamos que no se adaptaría. Pasó de verdad. Este estilo supone un esfuerzo y un gran sacrificio para los jugadores y sea o no natural, deben verlo claro.

P. Así que usted también es muy intenso, ¿no?

R. En el deporte, sin exigencia no puedes dar tu mejor versión. Con el talento solo no le da a nadie. Hace falta sufrir, que te exijan y exigirte a ti mismo. Pero no se puede forzar, se debe convencer.

P. ¿Sin resultados no se podría quemar pronto el grupo?

R. Absolutamente. En los primeros seis partidos, por jugar así, tuvimos algún disgusto grande. Perdimos de mucho. No estábamos preparados para ir por este camino. Pero fuimos talibanes de la idea y el club no la puso en duda. Al revés, estaba convencido de que debíamos seguir en esa línea. Y el no dudar fue la clave.

P. ¿Es dialogante o mandón?

R. En determinados momentos, con la tensión de la competición, el carácter te lleva hacia un lado. Me gustaría ser dialogante y mandar lo justo. Pero somos humanos y nos equivocamos. Aunque con los años me he hecho más tolerante.

P. ¿Y qué es lo que no tolera?

R. La falta de esfuerzo. Es lo que más me crispa. Y actitudes que van en contra del grupo. La más grave y dañina es el egoísmo.

P. ¿Le preocupa más ganar o mejorar a sus jugadores?

R. Las dos cosas deben ir de la mano. Para mejorar hay que ir ganando. Si solo pierdes, te desmoralizas y la gente pierde la fe en ti. Y para ganar, hay que mejorar porque si no lo haces tú, lo hará el otro. Con el tiempo, sin embargo, me he obsesionado con la mejora porque depende más de mí.

P. ¿Todavía estudia baloncesto?

R. Sí. Veo y analizo muchos partidos. El baloncesto es mi vida y no solo soy entrenador las horas que me tocan. Por suerte, en casa ya me conocieron así. Y cuando uno se dedica a algo de esta manera, necesita un entorno que colabore. Con mi mujer, por ejemplo, hablo mucho de baloncesto. ¡Y me critica alguna decisión!

P. Usted dice que no tiene un gran talento como entrenador…

R. No siento que haya tenido facilidad para serlo. Yo no fui un jugador de élite que consiguió experiencias al más alto nivel para después poder transmitirlas. No lo critico, al revés. Simplemente, mi camino ha sido mucho más largo. He estudiado y le he dedicado mucho tiempo. Me he tenido que esforzar más. Lo que sí que tengo innato es que soy capaz de que un grupo vaya en la misma dirección. Y eso me ha ayudado porque el gran mérito de mi carrera es la longevidad más que los títulos. No son 32 años cómodos. Si hacemos recuento he perdido mucho más de lo que he ganado. Pero es lo normal.

P. Ahora juegan ante el Madrid en los playoffs

R. Nos hubiera gustado quedar un poco más arriba en la tabla. En una liga tan larga, nos ha faltado muy poco para no jugar de inicio contra el Madrid o el Barcelona, los transatlánticos. Pero no ha podido ser. Así que nos tocará contra el subcampeón de Europa. Es muy difícil. Y aunque perdió ante el Efes, está pasando por un gran momento. Claro que podemos tener opciones de poder competir y hacer las cosas bien, pero sabemos quiénes somos y no somos ilusos. Lo normal es que perdamos. Hemos de confiar en el camino hecho y en lo que nos ha traído hasta aquí. Creer en lo nuestro.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_