“¡Pero qué haces, chaval!”

Epi, un jugador legendario, el que más veces ha vestido la camiseta de la selección española (239), uno de los mejores aleros europeos de todos los tiempos, mantiene otra plusmarca que será difícil de superar: 10 títulos de Copa con el Barcelona entre 1978 y 1994, el mismo número que el madridista Clifford Luyk entre 1965 y 1977. A sus 52 años, este aragonés que completó los 19 años de su carrera profesional como azulgrana relata sus vivencias coperas.

La más emotiva. “Fue en 1978. Tenía 19 años. Se jugó en mi tierra, en Zaragoza, contra el sempiterno Real Madrid. Por entonces nunca se le ganaba. Nosotros contábamos con un equipo joven, una nueva generación, con Sibilio, con Solozábal, llena de chavales. Las sensaciones fueron maravillosas, muy intensas. Aquella final sigue muy viva en mi recuerdo. Teníamos que plantar cara a un Madrid que era campeón de Liga siempre, el mejor equipo de Europa. Nos entrenaba Kucharski. No salí en toda la primera mitad. Íbamos perdiendo. Entré en la cancha en la segunda parte. Guardo una anécdota que me hace mucha gracia. En la primera jugada en que participé, en un contraataque, me pasaron la pelota. Estaba a cuatro o cinco metros del aro. Cuando me estaba levantando para tirar vi de reojo a Flores levantando los brazos, como diciendo: “¡Pero qué haces, chaval!”. Cuando vio que encestaba, bajó los brazos de inmediato y se puso a aplaudir. El Madrid imponía muchísimo. Yo tenía que pegarme con Brabender y con Coughran”.

1978: Barcelona, 103; Real Madrid, 96. En Zaragoza con 12 puntos de Epi.

Equipo copero y alternativa al Madrid. “Logramos vencer la Copa del Rey durante seis años seguidos. Por entonces, se disputaba una vez concluida la Liga. Alguna vez, el Madrid, que lo ganaba todo, llegó algo relajado a la Copa. Pero empezaron a darse cuenta de que en el Barcelona formábamos un equipo cada vez más sólido, más solvente. Se trataba de destronar al mejor equipo de Europa. Ganamos esas seis finales seguidas desde 1978 a 1983, y también las Ligas de 1981 -con un partido de desempate que se disputó en Oviedo- y 1983. Algunas veces arrollamos, ante el Inmobanco por ejemplo; otras nos costó muchísimo, como el título que conseguimos ante el Madrid en 1982. Fue una final durísima. A ellos les eliminaron a cuatro o cinco jugadores por cinco faltas. Entre eso y que se lesionó Fernando Martín, acabaron jugando los últimos segundos con cuatro jugadores”.

1979: Barcelona, 130; Tempus, 113. En Pamplona, con 24 puntos de Epi.

1980: Barcelona, 92; Manresa, 83. En Ferrol, con 18 puntos de Epi.

1981: Barcelona, 106; Real Madrid, 90. En Almería, con 28 puntos de Epi.

1982: Barcelona, 110; Real Madrid, 108. En Badajoz, con 14 puntos de Epi.

1983: Barcelona, 125; Inmobanco, 93. En Palencia con 30 puntos de Epi.

Jugada para Sibilio y triple de Solozábal. “La final de Valladolid contra el Madrid en 1988 fue tal vez la más dramática. Habíamos perdido algunos partidos en la Copa de Europa. Además, en las primeras finales con un nuevo formato, con cuatro equipos en una misma sede, no nos había ido bien. Fallamos en Zaragoza, fallamos en Badalona y fallamos incluso cuando se organizó en el Palau blaugrana. No hubo mucho público. No sé si fue porque las entradas eran muy caras o por qué razón. En definitiva, que en 1987 vencimos al Joventut en Tenerife, pero a esa final de 1988 en Valladolid llegamos con muchísima presión. Y el Madrid seguía contando con un equipazo en el que estaban Biriukov, los hermanos Martín, Llorente, Romay, Branson y Alexis. Teníamos que jugar a un nivel muy alto. Una final que ganas en el último tiro queda para siempre. Lo que ocurrió es que, a falta de nueve segundos, hicimos una jugada con la intención de que lanzara Sibilio. Pero Llorente hizo una ayuda defensiva y dejó un poco suelto a Solozábal. Sibilio vio que él estaba muy bien defendido, con dos hombres encima. Tuvo la visión y la generosidad de darle el pase a Solozábal, que anotó sobre la bocina final. Contra el Madrid me tocó emparejarme con grandes jugadores, desde Brabender a Iturriaga, Biriukov, Petrovic o Isma Santos. Pero el Madrid se me daba bien. Tal vez el más duro para mí fue Santos, porque era un especialista, un defensor nato. Los otros eran más ofensivos. Pero por la concentración, por el compromiso de equipo o por lo que fuera, el Madrid siempre se me dio bien”.

1987:Barcelona, 110; Joventut, 102. En Tenerife con 16 puntos de Epi.

1988: Barcelona, 84; Real Madrid, 83. En Valladolid con 18 puntos de Epi.

El décimo y accidentado título. “Recuerdo que me pedían que posara con las dos manos con los dedos extendidos para simbolizar los 10 títulos de Copa que alcancé en la final de Sevilla. El décimo me hizo una especial ilusión. Ya era veterano, pero aquel año me encontré muy bien, estaba pasando un buen momento de forma. La final contra el Baskonia fue muy accidentada. El partido empezó con bastante retraso por un problema en el mismo aro del que, un día antes, se había caído en muy mala postura Marcelo Nicola, que sufrió un traumatismo craneal. Encima, nada más empezar se produjo una pelea entre Rivas y Massenburg y este fue descalificado. Pero lo sobrellevamos bien y siempre fuimos por delante en el marcador”.

1991: Barcelona, 67; Estudiantes, 65. En Zaragoza, con 5 puntos de Epi.

1994: Barcelona, 86; Taugrés, 75. En Sevilla con 12 puntos de Epi.