La frustración de Griezmann como síntoma de los males del Atlético
Las expectativas creadas con el regreso del atacante francés no se han cumplido y si el equipo de Simeone no se clasifica para la Champions su continuidad no está garantizada
Sin la clasificación para la próxima Liga de Campeones asegurada nada se da por seguro en el Atlético de Madrid. Ni siquiera la continuidad de Antoine Griezmann la próxima temporada, pese a que hay un acuerdo de cesión con el Barcelona por dos años, con derecho a compra obligatoria por 40 millones de euros si juega el 50% de los partidos en los que esté disponible. Su regreso el pasado verano respondió al empeño personal de Diego Pablo Simeone y este quiere que siga, pero fuentes del club aseguran que, sin los ingresos de la gran competición aún asegurados, es imposible concretar cualquier tipo de planificación. Sin la bolsa de la Champions, ningún futbolista está exento de ser transferible o de rebajarse el sueldo, incluido el del preparador argentino.
La frustración de Griezmann que observan en el Atlético por su bajo rendimiento entronca con la que viven Simeone, sus futbolistas y la hinchada por las expectativas creadas tras la conquista del pasado campeonato liguero y el retorno del francés en el último minuto del mercado veraniego. El Cholo esperaba a un delantero de jerarquía, con la piel más dura que João Félix para liderar el ataque y dotar al equipo de una mayor solidez competitiva. La realidad dicta que ese futbolista anhelado por el entrenador apenas se ha dejado ver.
Nueve meses después, Griezmann registra los peores números de su carrera, con solo tres goles en Liga, cuatro en Champions y uno en Copa. En la previa del último partido ante el Athletic en San Mamés, saldado con derrota (2-0), Griezmann y Simeone mantuvieron una charla que no tuvo el efecto deseado. El francés disputó los 90 minutos, pero su versión fue la que ha mostrado en la mayoría de los encuentros. Entregado a la disciplina táctica y al sacrificio que tanto le pondera el técnico, pero nulo para marcar diferencias. Lleva 13 partidos sin anotar y apenas hay huellas de acciones o destellos que le refuercen. Su trabajo diario en los entrenamientos es su mejor defensa. “Es cierto que no está convirtiendo goles desde hace algunos partidos, pero siempre trabaja, siempre tiene un compromiso con el trabajo colectivo y no tengo dudas de que saldrá de esta situación, es uno de los mejores jugadores del mundo y solo necesita confianza y volver al gol”, le defendió recientemente Simeone.
El curso ha sido complicado para Griezmann desde su inicio. Primero tuvo que lidiar con las reticencias a su retorno de gran parte de la afición rojiblanca por las formas en las que anunció su fichaje por el Barcelona. Reconquistada en gran parte la grada, una lesión en el muslo derecho en el derbi de la primera vuelta disputado el 18 de diciembre le dejó tres semanas fuera. Reapareció el seis de enero en la Copa ante el Majadahonda. En media hora hizo un gol y se resintió de la lesión, lo que hizo montar en cólera a Simeone porque perdió al futbolista otro mes y medio. La recaída, aseguran en el Atlético, ha sido un tormento anímico para un jugador que había destacado por su impoluto historial médico pese al desgaste físico que acostumbra a realizar en los partidos.
Meritocracia
Con João Félix lesionado hasta final de temporada, Griezmann estaba llamado a ser una pieza fundamental en estos cuatro partidos que deciden el futuro económico del proyecto. Sin embargo, hasta Simeone parece dudar ahora de su fiabilidad en la versión actual del atacante francés. Ni siquiera está garantizada su titularidad en el derbi de esta noche. Las pruebas de la semana del entrenador apuntan a Cunha y a Correa como titulares e incluso a Marcos Llorente como segundo punta en determinados momentos del partido, ya sea de inicio o a posteriori.
El propio Griezmann es consciente de que su continuidad en el Atlético no se discutiría con el equipo clasificado para la Liga de Campeones. Sin embargo, su edad (31 años), la floja temporada realizada y con sus altos emolumentos el desembolso de 40 millones de euros que debe realizar el club quedaría en el aire sin la bolsa de la Champions. Como suplente, Griezmann puede ver incrementada su frustración de ni siquiera poder contribuir a asegurar su futuro como jugador del Atlético en los cuatro partidos que restan. Dado su estado de forma, su condición de intocable en los últimos partidos levantaba recelos en la caseta. La necesidad de apelar a la meritocracia que la dirigencia del club le expuso a Simeone en el cónclave posterior a la derrota en el Metropolitano con el Levante también puede afectar a Griezmann a partir de este domingo.
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