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Medvedev destrona a Djokovic

El serbio cae en Dubái ante Vesely (6-4 y 7-6) y cede el número uno al ruso, la primera alternativa en el liderato a Nadal, Federer, Nole y Murray desde 2004

Djokovic se despide este jueves de los aficionados de Dubái.
Djokovic se despide este jueves de los aficionados de Dubái.SUHAIB SALEM (REUTERS)
Alejandro Ciriza

Este 24 de febrero de 2022 quedará grabado en la historia del tenis, porque llega un nuevo rey. Después de 361 semanas en lo más alto del circuito, 86 de ellas de forma consecutiva en la última etapa de su mandato, Novak Djokovic se inclinó en Dubái ante Jiry Vesely (6-4 y 7-6(4) en 1h57) y entregó, por tanto, el bastón de mando. Lo recoge a 15.000 kilómetros de distancia Daniil Medvedev, el tenista que, se decía y se adivinaba, más pronto que tarde iba a terminar gobernando. El relevo viene acompañado además de un dato histórico demoledor: desde el 2 de febrero de 2004, cuando Roger Federer desbancó a Andy Roddick y asumió por primera vez el liderazgo, solo el escocés Andy Murray había logrado inmiscuirse en la tiranía ejercida por el suizo, Rafael Nadal y el propio Djokovic. Ahora ya son dos.

Excesivamente corto de ritmo, Djokovic cedió en los cuartos de final del emirato contra Vesely, de 28 años y 123º del mundo. El serbio, cinco veces ganador del torneo, había logrado salvar las dos primeras escalas con nota; primero sorteó al italiano Lorenzo Musetti (doble 6-3) y después a Karen Khachanov (6-3 y 7-6(2). Este jueves, sin embargo, no pudo con un rival que en otras circunstancias seguramente no le hubiera generado mayores problemas. Pero el checo, que en su día alcanzó el 35º puesto de la ATP, llegó a Dubái en estado de gracia y después de superar la fase previa apeando a dos veteranos duros de pelar, Marin Cilic y Roberto Bautista, atrapó a una presa mayor. Quién lo hubiera dicho, marcó el final de una era y la apertura de otra que incide en la consolidación del relevo generacional.

“Que Daniil sea el número uno es inevitable”, advertía hace un par de días Djokovic, refiriéndose al tenista que más y mejores argumentos lleva exponiendo desde hace varios años. Sin duda, la alternativa más sólida. Desde que se hizo un hueco en el ático del circuito, el ruso (26 años) ha ido metiendo los codos, desmarcándose de opositores más inestables (Alexander Zverev y Stefanos Tsitsipas) y empujando con fuerza: cuatro veces ha derrotado a Nole, una a Nadal. Ninguna a Federer, eso sí. En todo caso, de la hornada intermedia llamada a asumir el poder ha sido y es el más regular, el mas hambriento y el que se ha postulado de una forma más rotunda, sin ambages.

Rudo, espigado y con una propuesta heterodoxa, dejó una pista fiable al ganar su primer grande en Nueva York, el pasado verano, y previamente otras muescas en la Copa de Maestros (2020) y varios Masters 1000 –Cincinnati y Shangái en 2019, Bercy en 2020 y Montreal el curso pasado–, además de haber jugado tres finales más en los majors. La última, muy reciente, en Melbourne contra Nadal. Tanto ese día como en la del US Open de hace tres años, el moscovita logró llevar al límite al español, que hace menos de un mes tuvo que remontar dos sets adversos para lograr su vigesimoprimer gran trofeo tras casi cinco horas de confrontación y desgaste.

El rey más alto de la historia

Se trata del líder de mayor estatura de la ATP. Con sus 1,98 centímetros, Medvedev adelanta a Marat Safin (1,93) y al grupeto de torres formado por Boris Becker, Guga Kuerten, Carlos Moyà, Yevgeny Kafelnikov y Murray, todos ellos de 1,91. Formidable desde el fondo de la pista y especialista en pista rápida, es el tercer jugador de su nacionalidad que se encarama a lo más alto del circuito, después de que lo consiguieran antes Kafelnikov (1999) y Safin (2000 y 2001, en dos periodos). Beneficiado por el tropiezo de Djokovic, tras alcanzar el miércoles los cuartos de Acapulco ya expresó su deseo de lucir el 1: “Lo he soñado desde joven, así que significaría mucho para mí”.

El inicio de este 2022 se ha transformado en un martirio para Djokovic. Primero fue detenido y deportado en Australia, por su negativa a vacunarse y las irregularidades cometidas a la hora de acceder al país oceánico, y después tuvo que dilatar su ausencia en las pistas hasta hace tres días, cuando finalmente pudo reaparecer en Dubái sabiendo que su horizonte es más que complicado. En principio, no podrá competir de nuevo hasta el comienzo de la gira de tierra, el 10 de abril en Montecarlo, y la decisión de no protegerse frente a la covid le impedirá participar en numerosos torneos de aquí en adelante. Ahora, otro mazazo: la pérdida del trono.

Las matemáticas elevarán a Medvedev, ya que la progresión del ruso en México le obligaba a alcanzar al menos las semifinales en el desierto. Sin embargo, se cruzó en su camino el zurdo Vesely, que ya le había batido en la segunda ronda de Montecarlo en 2016. Dos de dos para él. Hasta ahora, solo el australiano Nick Kyrgios y Safin podían presumir de no haber caído ante él, habiendo afrontado un par de compromisos. El golpe es un fiel reflejo del presente. Todo se tuerce para Nole, que no cedía ante un adversario con un ranking similar desde que cayera contra Martin Klizan (140º) en la segunda ronda del Godó de 2018.

“Necesito ritmo de partidos [su último duelo antes de reaparecer fue el 3 de diciembre, en las semifinales de la Copa Davis de Madrid]. No he podido jugar mucho en los tres últimos meses”, observó antes de despedirse. “Veremos qué ocurre a partir de ahora, cuando tenga la oportunidad de jugar lo haré. Confío en que sea pronto...”, añadió el balcánico, de 34 años.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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