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La patinadora española Laura Barquero da positivo en un control de dopaje en los Juegos de Invierno

La deportista madrileña, de 20 años, se entrena en Italia desde hace cinco y fue 11ª en Pekín en la prueba olímpica de parejas junto a su compañero, Marco Zandron

Laura Barquero y Marco Zandron, durante su exhibición de patinaje artístico en los Juegos Olímpicos de Invierno.
Laura Barquero y Marco Zandron, durante su exhibición de patinaje artístico en los Juegos Olímpicos de Invierno.KIRILL KUDRYAVTSEV (AFP)
Carlos Arribas

Kamila Valieva, la fenomenal patinadora rusa de 15 años, fue la reina, en todos los sentidos, de los Juegos de Invierno de Pekín, clausurados el domingo pasado. Pero, se supo este martes, no fue la única patinadora artística en cuya orina se ha encontrado una sustancia dopante. También un laboratorio ha hallado un producto prohibido, el anabolizante clostebol, en una muestra de la española Laura Barquero (Madrid, 12 de octubre de 2001), la más joven del equipo olímpico español, que participó en la prueba de parejas junto a su compañero Marco Zandron, y terminaron undécimos.

De ello informa la Agencia de control internacional (ITA), que envió a analizar al laboratorio de Pekín la orina de española el 18 de febrero, después de su participación en el programa corto. La deportista tiene ahora derecho a solicitar el contraanálisis. Si el segundo análisis en el frasco B de la deportista confirma el resultado del primero, la ITA iniciará un procedimiento por dopaje ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). La sanción mínima prevista en el Código Mundial Antidopaje por un anabolizante, una sustancia no especificada, es de cuatro años. Una suspensión tal impediría su participación en los próximos Juegos de Invierno, los de Milán-Cortina de 2026, el gran objetivo deportivo de la patinadora, la primera española que ha disputado una competición olímpica por parejas. Barquero ha contratado como abogado a Gorka Villar, hijo del expresidente de la federación española de fútbol, que ya participó en la defensa de Alberto Contador ante el TAS hace 10 años.

Ninguno de los dos deportistas, ni la federación española de hielo, han hablado ni comunicado si solicitarán contraanálisis ni avanzado ninguna explicación ni reacción. Fuentes cercanas al entorno de la patinadora señalan, sin embargo, que ya ha solicitado el contraanálisis. La federación solo ha dicho que hablará cuando haya resultado del contraanálisis. En el mismo sentido se pronunció el Comité Olímpico Español (COE), cuyo presidente, Alejandro Blanco, recibió la visita de la deportista y su padre, hechos polvo.

El clostebol es una sustancia muy conocida de las autoridades antidopaje y de los laboratorios, que se enfrentan cotidianamente a su hallazgo. Solo se comercializa, bajo el nombre Trofodermin, en las farmacias de dos países, Brasil e Italia, para uso tópico combinada con neomicina, para curar quemaduras, abrasiones, y acelerar las cicatrizaciones. Hubo tantos casos de dopaje por clostebol en ambos países, en los que las mujeres decían que se habían aplicado la crema para curar heridas en los dedos de los pies –o la esquiadora austriaca Therese Johaug, que la compró en una farmacia italiana, explicó, para aplicársela en los labios agrietados, y fue suspendida 18 meses hace cuatro años-- y los hombres que se habían contaminado tras mantener relaciones sexuales con sus parejas, que habían usado Trofodermin crema vaginal, que químicos de ambos países publicaron en revistas científicas sesudos estudios demostrando que, en efecto, la contaminación era posible. Como un deportista profesional está obligado a saber si un medicamento da positivo o no, lo difícil para Barquero sería demostrar que pese a actuar de la manera más cautelosa posible acabó con clostebol en su cuerpo. La sanción solo podría ser reducida a dos años o año y medio si la deportista pudiera probar que la sustancia acabó en su organismo sin que ella actuara con culpa o negligencia muy significativas. El descuido o la contaminación accidental, muy difícil de probar –como la historia de las carnes de reses engordadas con anabolizantes-- no suelen ser admitidos por los árbitros del TAS.

“Laura Barquero y Marco Zandron figuran en nuestro grupo de seguimiento y, aunque viven y se entrenan en Italia, y les hemos sometido a varios controles fuera de competición en la localización que nos envían, antes de los Juegos”, señala José Luis Terreros, director de la agencia antidopaje española (AEPSAD). “Y, evidentemente, todos dieron negativo”.

Justamente, los anabolizantes, sustancias que aumentan la masa muscular, la fuerza y la capacidad de recuperación entre sesiones de entrenamiento, se usan habitualmente fuera de competición y los deportistas que recurren a ellos controlan muy bien lo que tarda su organismo en eliminarlos para evitar dar positivo en competición. Así, a los especialistas les extraña que un deportista dé positivo por anabolizantes en unos Juegos. Sin embargo, Barquero es el cuarto positivo por ese tipo de sustancias en Pekín tras un esquiador iraní y una piloto de bobsleigh y un esquiador de fondo ucranianos.

Barquero empezó a patinar a los cinco años porque vivía muy cerca de la pista de hielo de Madrid, y allí iban sus primas a divertirse. Vive y se entrena en el IceLab de Bérgamo, al norte de Italia, desde los 14 años. Cuando rompió con su anterior pareja profesional, en agosto de 2020 empezó a patinar junto a su compañero sentimental, el italiano Marco Zandron, de 23 años. Poco después, junto a su equipo de entrenadores italianos, tomaron la decisión de representar a España. Zandron solicitó la nacionalidad española y el Consejo Superior de Deportes (CSD) debió solicitar la máxima rapidez al ministerio de Justicia para lograr que Zandron fuera español en diciembre pasado, con el plazo justo antes de los Juegos de Pekín. “Claro que nos ayuda nuestra relación de pareja para competir juntos”, decían ambos en una entrevista a un periódico bergamasco antes de Pekín. Creemos que la confianza que tenemos uno con otro ha sido clave para nuestra veloz compenetración. Y nos apoyamos y nos aguantamos de manera mucho más eficaz. Los dos somos muy ambiciosos y no paramos hasta que conseguimos lo que deseamos superando todos los obstáculos que nos encontramos en el camino”.

Nunca en la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno se había dado un caso de dopaje en el patinaje artístico, la disciplina, que une arte, danza, interpretación, mucha técnica y muchos años de aprendizaje, la aparentemente más alejada de la tentación de tomar sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento. Muchos patinadores, incluso, consideran los anabolizantes contraproducentes para su especialidad, de saltos más basados en juegos de equilibrio que en la fuerza, y en los que un impulso demasiado fuerte puede hundir una actuación.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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