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El calvario de Galarreta

El centrocampista del Mallorca, de 28 años y formado en la cantera de Lezama, sufre su tercera lesión grave de rodilla desde 2012

Galarreta es retirado del terreno de juego tras caer lesionado en el partido del Betis frente al Mallorca.
Galarreta es retirado del terreno de juego tras caer lesionado en el partido del Betis frente al Mallorca.Julio Muñoz (EFE)
Jon Rivas

A Iñigo Ruiz de Galarreta (Eibar, 28 años) le llamaban Galaxy en el vestuario del Athletic cuando era un pipiolo, acababa de llegar del juvenil, con el que había ganado la Copa del Rey, y empezaba a ganarse la confianza de Marcelo Bielsa, que decía de él que tenía “ángel”, y que le hizo debutar a lo grande, en el Parque de los Príncipes frente al PSG. Llevaba el número 27 a la espalda y una mochila cargada de ilusiones y buen fútbol. Aquel día el Athletic perdió, aunque ya estaba clasificado para la siguiente fase de la Liga Europa y el equipo parisino eliminado, pero Galarreta causó una gran impresión entre los seguidores del Athletic, siempre ávidos de buenas noticias de la cantera. Empezaban a ver en él al medio centro del futuro.

Bielsa le dio algunos minutos más. Debutó en la Liga y alternó con el filial. Para la siguiente temporada se esperaba mucho más de Iñigo, pero en octubre, en un partido con el Bilbao Athletic ante el Lleida en Lezama, la rodilla izquierda de Ruiz de Galarreta hizo crac. Era su primera lesión de ligamento cruzado. Fue operado en noviembre, se pasó la temporada en blanco y volvió al campo en el último partido del viejo San Mamés, que también fue la despedida de Bielsa.

Galarreta no tuvo vacaciones. Decidió prolongar su periodo de preparación después de la lesión. Se entrenó un mes más a petición propia; luego se incorporó a la pretemporada de Ernesto Valverde, que decidió su cesión al Mirandés. Allí se convirtió en el faro del equipo burgalés, pero su estrella duró poco. Ante el Numancia, en Anduva, en otro octubre negro, sintió un fuerte dolor en su pierna derecha. Conocía aquellas sensaciones, y no le traían buenos recuerdos. Volvió a Bilbao a hacerse pruebas que confirmaron lo que él mismo ya intuía: tenía roto el ligamento cruzado anterior.

De nuevo regresó en mayo, más de doscientos días después, a los campos de entrenamiento de Lezama. Al año siguiente fue cedido al Zaragoza. Jugó 41 partidos en Segunda División.

Encadenó la cesión con otra al Leganés, pero en junio de 2016, el Athletic le comunicó su desvinculación del club.

Ese día comenzó una nueva época para Iñigo Ruiz de Galarreta. Tenía 23 años, dos graves lesiones y muchas ganas de triunfar en el fútbol. Encontró hueco en el Numancia de Jagoba Arrasate, que le dio mucho protagonismo. Fue el mejor jugador del equipo soriano y llamó la atención en Can Barça, que le fichó para el filial. Curiosamente, Valverde, que apenas había contado con él en el Athletic, le hizo debutar en un partido amistoso del FC Barcelona. Tuvo el honor de que Leo Messi le sustituyera en el minuto 77. Tras el descenso del Barça B, Ruiz de Galarreta fichó por la Unión Deportiva Las Palmas. Pasó dos años al mando de la sala de máquinas del equipo canario, pero cambió de isla para enrolarse en el Mallorca, siempre en Segunda División.

Pero el equipo balear ascendió a Primera a final de temporada. Diez años después, Ruiz de Galarreta regresaba a la máxima categoría por la puerta grande. Luis García Plaza le dio galones. El futbolista guipuzcoano respondió. Llevaba ya 21 partidos en la máxima categoría hasta llegar al Villamarín y allí, de nuevo, apareció la sombra oscura de una lesión grave. Una entrada imprudente del bético Víctor Ruiz, que sólo vio tarjeta amarilla sin que el VAR entrara a calificar la jugada, le tumbó en el césped. Otra vez las mismas sensaciones, de nuevo la camilla, y las manos en la rodilla. Las pruebas de nuevo ratificaron lo que Iñigo ya sabía: rotura de la plastia del ligamento cruzado anterior de la pierna izquierda. Tendrá que pasar por las manos de los cirujanos y deberá someterse a una dura recuperación de varios meses. Tiene 28 años, mucha clase, tres lesiones muy graves y poca fortuna. Por eso, desde que debutó diez años atrás, sólo ha jugado 25 partidos en Primera División.

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