Danjuma destroza aún más al Granada
Un triplete del neerlandés desmonta al equipo de Robert Moreno y mantiene al Villarreal en la carrera por los puestos de Champions
En un partido con dos caras, tres penaltis, cinco goles y sucesivas visitas al videoarbitraje, el Granada remó y remó hasta la orilla de su mala racha. La quinta derrota consecutiva (1-4) llegó para el equipo que adiestra Robert Moreno, que se fue con la sensación agridulce de haberse rebelado en vano contra la superioridad del Villarreal en la primera parte, seguramente también contra sus propios errores e imprecisiones. El descenso aparece de nuevo en el horizonte para el cuadro granadino, que disputará la próxima jornada un duelo fronterizo, de nuevo en su feudo, contra el Cádiz.
El Villarreal golpeó al galope, sin un delantero referencial, con Danjuma al espacio. Ausente dos meses por lesión, entre diciembre y febrero, el velocista holandés sumó tres goles a los cinco (y cuatro más en Champions) que ya había anotado en su excelente comienzo de campaña. Es una estupenda noticia para el equipo amarillo que uno de sus jugadores más determinantes haya vuelto a afilarse justo en la víspera del duelo continental del martes contra la Juventus, pero no lo es tanto que el equipo se despistase como lo hizo tras el descanso en un partido que controlaba con claridad ante un rival desnortado.
Porque durante la primera parte el Granada fue un desastre, poroso en defensa, en especial por su flanco diestro; suicida en algunos despligues como el que generó el segundo gol, una acción en la que el equipo subió líneas para buscar pares mientras Asenjo controlaba la pelota y en la que un balón en largo del portero les desmontó mientras los centrales acudían a perseguir a los interiores y los laterales encimaban a los delanteros. Danjuma castigó los desajustes, el primero había propiciado un penalti que a punto estuvo de dejar al Granada con diez hombres por expulsión de Uzuni. El árbitro rectificó tras consultar el vídeo, un paseíllo que se repitió más veces de lo debido.
El Granada se descosió. Su entrenador varió el plan tras la tempranera lesión de Gonalons, el décimo percance muscular que sufre en dos temporadas y media. Se armó Moreno con un 4-4-2 que no le dio frutos y que rectificó en la caseta. Un nuevo dibujo con tres centrales, pero sobre todo con el industrioso albanés Uzuni por dentro, viró el partido porque coincidió además con un excesivo relajo del Villarreal, que pareció demasiado contemplativo en los primeros minutos de la segunda parte. El Granada le dio entonces un revolcón, le generó ocasiones de todos los colores y llegó al gol con un penalti de Aurier a Torrente, señalado tras el inevitable paso del árbitro por el monitor, y transformado por Milla.
Pudo llegar el empate. Lo buscó el Granada, lo tuvieron Uzuni primero y Puertas o el central Germán después mientras Emery se revolvía buscando en la caja de herramientas de su equipo. Encontró aliento en la velocidad, cuando a Danjuma le añadió otro estilete. Chukwueze o Pedraza le dieron salidas al Villarreal y explotó los espacios que dejó el Granada cuando el cronómetro le invitó a no vigilar las espaldas. Fueron esos dos refrescos los que fabricaron la sentencia del tercer tanto visitante, una excursión del lateral por la línea de fondo que acabó en remate del nigeriano y mano desplegada del central Torrente. Danjuma volvió a los once metros y ya todo se acabó para el Granada, castigado en la última jugada del partido, un gol de Moi Gómez que se anuló en primera instancia, pero que el omnipresente VAR llevó al marcador. La goleada, que podría sospecharse tres cuartos de hora antes, pareció excesiva.
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