El Barça desfonda al Manresa con una exhibición ofensiva
Los de Jasikevicius ponen rumbo a semifinales de la Copa, donde se medirán ante el UCAM Murcia, tras arrollar al Baxi con seis jugadores en dobles dígitos de anotación (107-70)
El Barça le echó rápidamente el lazo al vibrante Manresa de Pedro Martínez y después voló sin contención hasta su cuarta semifinal de la Copa del Rey en los últimos cinco años. En la primera semifinal de este sábado, el Madrid se enfrenta al Tenerife (18.30 #Vamos). Después, el Barça se medirá ante el sorprendente UCAM Murcia (21.30, #Vamos). El conjunto manresano no puso contener el potencial culé y se desfondó tras 10 minutos de intensas galopadas, a la altura de la fama acumulada esta temporada. En el resto del encuentro padeció un tormento ante un rival que lució pegada de manera inmisericorde, con un parcial de 66-27 entre el segundo y el tercer cuarto. El zarandeo azulgrana, con Abrines de vuelta (tras cinco meses fuera por una lesión en la rodilla izquierda), superó la frontera de los 30 puntos de diferencia tras un breve espejismo de equilibrio y hasta seis jugadores culés alcanzaron los dobles dígitos de anotación (Mirotic, Laprovittola, Davies, Exum, Jokubaitis y el propio Abrines), con ocho en dobles dígitos de valoración (107-70).
El duelo catalán comenzó precedido por la ovación con la que la afición del Barça respaldó la fiesta del Murcia, entre la empatía con el modesto y la perspectiva de un rival más abarcable para su equipo en unas hipotéticas semifinales. Pero el Manresa se esmeró, desde el salto inicial, en demostrar su condición de escollo pétreo para evitar la cuenta de la lechera. El dilema competitivo se resolvió en un santiamén. Después, la tropa de Jasikevicius se ganó un paseo militar en Granada.
El conjunto de Pedro Martínez desplegó sin complejos su juego intenso y asfixiante y sometió al Barça a un estresante vaivén en la puesta en escena. La pareja formada por Bako y Sima marcó territorio en la pintura y el Manresa se desató a campo abierto (6-18, m. 5). Los azulgrana eran corriente alterna y los manresanos corriente continua, hasta que Brandon Davies enseñó músculo para ajustar cuentas. El plan de Jasikevicius arrancó con ocho puntos del pívot estadounidense con pasaporte ugandés, la potencia de Exum y el posterior toque de yoyó de Calathes (22-26, m. 10). Al Manresa le saltaron los plomos y las costuras.
La trepidante transición del Baxi estiró a duras penas el resuello hasta que, iniciado el segundo cuarto, llegaron las primeras canastas de Mirotic. Tardó Laprovittola en encontrar el tiento y el pulso con el que ha lanzado estos meses a su equipo, pero la mezcla de Mirotic con Smits destartaló el tablero defensivo del Manresa. La movilidad de los cuatros del Barça tardó en ser descifrada por el Baxi que perdió definitivamente su cadencia de pedaleo (44-35, m. 17).
Bako, Sima, Moneke, Thomasson y Francisco fueron agotando el reprís y el acierto y el Barça aprovechó para dar otro volantazo agarrado al empuje incansable de Jokubaitis. Acto seguido, Abrines, desde el tiro libre, echó más combustible al depósito azulgrana (50-37, m. 29). Para entonces, el ritmo ya vestía de azulgrana. Atemperada la efervescencia del Baxi, los de Jasikevicius comenzaron a penalizar los desajustes y las pérdidas de balón de un equipo que cuando mejor se explica y se entiende es cuando funciona a doscientos por hora. El viaje de los 26 puntos encajados por el Barça en el primer cuarto a los 30 anotados en el segundo (52-42, m. 20).
A base de encadenar méritos, el reto del Manresa se había convertido en mayúsculo: derrotar al todopoderoso Barça por tercera vez consecutiva esta temporada, después de haberle derrotado en la final de la Liga Catalana en septiembre y en la 14ª jornada de la ACB, el 9 de enero en el Palau. “Se les puede sorprender, pero por tercera vez será mucho más difícil. El Barça irá con mucho más respeto”, pronosticó en la víspera el histórico Joan Creus, artífice del título de Copa manresano en 1996 con un triple que condenó a los azulgrana en los segundos finales de la prórroga. Y la realidad certificó el planteamiento de Creus.
La intensidad defensiva del Barça fue más demoledora que el rastro del esprint que quiso y no pudo recuperar el Baxi. Un 15-2 de parcial, con ocho puntos de Mirotic y la aportación de Calathes, Exum y Laprovittola, colocó a los de Jasikevicius en una autopista camino a semifinales (67-44, m. 23). Los azulgrana, con seis jugadores por encima de los dobles dígitos de anotación, arrollaron a un irreconocible y desfondado Manresa hasta el 107-70 definitivo. El campeón comenzó exhibiendo músculo y pegada en Granada.
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