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Otra derrota más en el saco del Baskonia

El Olympiacos diluye la rebelión vitoriana del último cuarto para llevarse el partido (62-72)

Papanikolau se escapa de Giedraitis
Papanikolau se escapa de GiedraitisL. Rico (EFE)
Jon Rivas
Euroliga jornada 25
Baskonia
Baskonia
62 72
Finalizado
Olympiacos
Olympiacos

Tuvo que llegar febrero para que el Olympiacos consiguiera la primera victoria del año. Fue frente al escuálido Baskonia que no arrancó en su momento, dio un par de acelerones y ha vuelto a quedarse tirado en la cuneta. Sonrió por fin Giorgios Bartzokas, con su aspecto de enterrador, su traje negro de duelo y su mirada triste de funeral, pero que supo llevar a su equipo a la victoria. Lo contrario que Neven Spahija, que con el marcador igualado a falta de tres minutos, se puso a jugar con sus hombres bajitos, se supone que para asegurar el juego, y lo único que consiguió es que se acumularan las pérdidas como en un negocio ruinoso, y el Baskonia volviera a la deriva de los partidos anteriores en la Euroliga.

El equipo vitoriano fue a remolque durante muchos minutos. Después de un comienzo penoso, con varios regalos, que se multiplicaron durante el partido, el equipo de Spahija cedió terreno muy pronto, aunque tampoco el equipo griego andaba muy fino. Por eso las diferencias, que llegaron a los once puntos a favor de los hombres de Bartzokas, se redujeron con el paso de los minutos. Los dos equipos se fueron igualando a errores, con poca anotación y exceso de precipitación.

En el Baskonia funcionaba a medias Alec Peters, pero su tocayo Lamar era un desastre y poco más se podía exprimir del juego local. Giedraitis, certero en el triple, se prodigó poco, como si no quisiera exigir a su muñeca. Apretó el equipo vitoriano en defensa y el Olympiacos, que tampoco era un ejemplo de virtudes atacantes, quedó un tanto neutralizado. Al descanso se llegó con un marcador exiguo (29-32), y la sensación de que la segunda parte no iba a ser un espectáculo estelar.

Y no lo fue. Apuró Papanikolau en los tiros de tres griegos, aunque fallara los de dos, y Vezenkov fue un poco chico para todo, en ataque y en el, rebote. Era una noche de viernes triste la que se vivía en la fría Vitoria, y sólo se animó en los minutos finales, cuando el Baskonia tuvo un arranque de genio y Baldwin lideró una fugaz reacción con un 9-0 de parcial. Empataron los vitorianos a 50, consiguieron ponerse tres puntos por delante, pero como si tuvieran hecho el trabajo, cedieron de nuevo y otra vez estaban por detrás en el panel luminoso del Buesa Arena.

Otra racha devolvió la emoción con el empate a 60 a falta de tres minutos, pero de ahí al final, con los bajitos que debían controlar, totalmente descontrolados y Giedraitis en el banquillo, el Baskonia sólo anotó dos puntos más, y las matemáticas no falla aunque puedan hacerlo las calculadoras: como en el mismo periodo, Dorsey cogió el timón y llevó al Olympiacos a sumar doce puntos, los griegos ganaron y se resarcieron en febrero de un enero ruinoso.

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