Dusan Vlahovic, el traspaso récord en este mercado de invierno

El traspaso récord del fútbol mundial en el mercado de invierno, 80 millones para pasar de la Fiorentina a la Juventus, responde al nombre de Dusan Vlahovic (Belgrado, 22 años). Un diamante por pulir que ya atesora los brochazos técnicos y físicos que identifican en el panorama futbolístico internacional a los grandes delanteros centros del presente.

De Cristiano Ronaldo hereda el 7 y la presión que lleva intrínseca la camiseta de la Juventus, alimentada por el precio del fichaje y alta ficha que cobrará, siete millones netos por temporada. Con Haaland comparte pierna dominante, la izquierda, y la facilidad para el remate en carrera sin importarle la posición y la distancia. Ibrahimovic seguirá siendo su primera referencia porque desde los 16 años, que firmó su primer contrato profesional con el Partizán, siempre fue el espejo en el que se miraba hasta reconocer públicamente que su sueño era ser el Zlatan de los Balcanes.

Y, por último, por mucho que con su traspaso a la Vecchia signora haya traicionado el corazón de los tifosi de la Fiorentina, como antes hicieran, entre otros, Roberto Baggio y Chiesa, para los viola siempre será el Batistuta del siglo XXI, que fue como le bautizaron la temporada pasada cuando comenzó a emerger con líder goleador.

Sus estadísticas del último año natural (2021) simplemente alimentan las sensaciones que ofrece sobre el terreno de juego. Sus 33 goles en 43 partidos solo fueron superados por Lewandowsky (43/34). Mejoró los números en cuanto a goles de Haaland (30/31), Benzema (30/38), Cristiano Ronaldo (25/39), Messi (24/32) y Mbappé (24/35). En lo que va de temporada, en la serie A, lleva 17 goles en 21 partidos y encabeza con Immobile (17/19) la tabla de goleadores.

El tópico, por sus 190 centímetros y espaldas de estibador, le definiría como un ariete a la vieja a usanza, pero reúne gran parte de las virtudes que más se valoran en el atacante moderno. Delantero centro puro, está en edad de merecer. Ya lo ha hecho en la Fiorentina, que lo pulió desde que lo fichó con 18 años y lo tuvo casi una temporada en el equipo primavera porque la Serie A le venía tan ancha como larga.

Nacido en enero de 2000, podría entrar perfectamente entre los futbolistas precoces del nuevo siglo. Ya acaparó la presencia de los ojeadores de los grandes clubes desde su llegada al Partizán con 15 años. Sacaba la cabeza a los que tenían dos y tres años más que él y sus zancadas estaban destinadas a la élite. Su mejor condición actual es el remate con la zurda perfilado en carrera, con especial habilidad para el remate cruzado ante la salida del portero.

En Italia ha aprendido a jugar de espaldas

En Italia ha aprendido a jugar de espaldas y aprovechar sus medidas, pero prefiere recibir y girar de primera con un control orientado para poner en potencia su descomunal tren inferior, que retener el balón entre sus piernas para jugarlo en corto con el compañero, que también lo hace.

Aunque casi un 80 por ciento de sus goles tienen como influencia la zona del punto de penalti, llama la atención su alta participación en las acciones en el ataque posicional y que se explican desde su buen entendimiento del juego colectivo y la perfecta coordinación de movimientos de un cuerpo moldeado en el gimnasio por un entrenador personal que le acompaña día a día y hasta en la selección serbia donde debutó con 20 años y ocho meses y lleva siete tantos en 14 partidos.

Donde tiene un amplio margen de mejora es en el juego aéreo. Sus 190 centímetros no sacan provecho al remate de cabeza. De los 49 goles que ha marcado con la Fiorentina solo cuatro fueron con la testa, uno de los últimos 22.

Su apodo responde al nombre de Duca y los que le conocieron desde sus inicios en Belgrado aseguran que tiene la cabeza sobre los hombros, vivió una infancia sin traumas y que acompañado de buenas compañías nunca se excedió en su vida privada.

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