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Ronald de Boer: “De Jong es el futuro, Busquets no”

El volante holandés que conquistó la Champions en 1995 examina a la última hornada del Ajax a la luz de las dificultades que encuentra para evolucionar

Ronald de Boer dirigiendo a los jóvenes del Ajax.
Ronald de Boer dirigiendo a los jóvenes del Ajax. via www.imago-images.de (imago images/Pro Shots / Cordon Press)
Diego Torres

Junto a Overmars, Kluivert, Finidi, Seedorf, Davis, Litmanen y su hermano Frank, Ronald de Boer (Hoorn, Países Bajos, 51 años) formó parte del último Ajax que ganó la Champions antes de experimentar la diáspora que históricamente desmantela al equipo holandés. Desde su cargo de entrenador de las categorías inferiores de la academia del club de Ámsterdam, De Boer reflexiona sobre el difícil tránsito que experimenta la última hornada holandesa, encabezada por Frenkie de Jong en el Barcelona.

Pregunta. Cuando fichó por el Barcelona en 1998 usted tenía 28 años y había ganado la Copa de Europa con el Ajax después de varias temporadas compitiendo en el máximo nivel del fútbol europeo. ¿Qué pensó cuando Frenkie de Jong, Hakim Ziyech, Matthijs de Ligt y Donny van de Beek fueron traspasados respectivamente al Barça, el Chelsea, la Juventus y el United sin que ninguno hubiera cumplido los 22 años, tras alcanzar una semifinales de Champions?

Respuesta. El fútbol ha cambiado. En mi época solo podían jugar tres extranjeros por equipo, ahora prácticamente no hay límite. Eso acelera todos los procesos porque los clubes inmediatamente buscan jugadores disponibles lejos de sus fronteras. El Milan de Sacchi tenía 18 italianos y tres holandeses; ahora el Chelsea juega con un inglés en el equipo titular. Eso es una diferencia enorme porque genera especulación. Los clubes grandes buscan oportunidades de mercado y se apresuran a fichar talentos jóvenes para desarrollarlos ante la expectativa de que en unos años su valor se duplicará. Esta cultura fomenta el riesgo.

P. ¿El riesgo es rentable?

R. Sí, porque cuando un jugador acaba su contrato, por joven que sea, si se queda libre puede ganar una increíble cantidad de dinero [en concepto de prima de traspaso]. Es difícil decir que no a ese dinero. Si los jóvenes mirasen exclusivamente por su desarrollo futbolístico, deberían completar al menos cuatro temporadas jugando un mínimo de 30 partidos cada una, antes de fichar por un club grande. Eso es fundamental. Pero si te llama un gran club y te ofrece cuatro millones de euros netos por temporada es difícil decir que no. Siempre piensas: “Me las arreglaré, me irá bien”. La mayoría de las veces no triunfas porque este es un mundo complicado. Le sucede a muchos jugadores. Especialmente a los que subestiman el tránsito a una cultura futbolística diferente: eso lo vemos con Ziyech en el Chelsea y Van de Beek en el United. Si Van de Beek hubiera fichado por un club alemán se habría adaptado mejor. Pero, ¿quién le dice que no al United?

La mayoría de las veces no triunfas porque este es un mundo complicado. Le sucede a muchos jugadores. Especialmente a los que subestiman el tránsito a una cultura futbolística diferente

P. ¿La competencia interna conspira contra los jóvenes?

R. Exacto. Cuando yo jugaba en el Ajax, si tenía un mal día, al siguiente partido era titular de nuevo. Ahora estás rodeado de grandes jugadores. Lo ves con Ziyech en el Chelsea. Por más que juegue bien un día y marque un gol, si baja su intensidad un poquito inmediatamente tiene que alternar sus titularidades con Mount, Pulisic, Havertz… Tuchel puede elegir entre muchos. Ziyech debe sentirse como cuando me ascendieron de la cantera al primer equipo del Ajax y tenía a Denis Bergkamp por delante. Era como el tiovivo de las ferias: jugabas un día y al siguiente te ponías a la cola a esperar tu turno.

P. ¿Por qué cree que De Jong está sufriendo tanto en el Barcelona, cuando en apariencia se trata del mejor ecosistema para que su juego prospere?

R. Está sufriendo ahora. En su primer año jugó muy bien. Incluso el año pasado estuvo a un buen nivel. Él sigue siendo un gran jugador para el Barça. Pero ahora mismo, cuando le veo moverse en el campo me da la impresión de que lo hace con mucha timidez. No muestra la energía que normalmente tiene. Parece un poco perdido. A veces pasas por esos periodos. No siempre estás en tu máximo nivel. Tienes altibajos. Ahora De Jong está en un bajón. No se le ve feliz. Está claro.

P. ¿Cuál cree que es el motivo?

R. El cambio continuo de entrenadores lo pudo afectar. Además del hecho de que Busquets siga siendo titular en el mediocentro. Esa es su mejor posición. Es un papel que él podría interpretar muy bien porque es capaz de defender muy bien. Es rápido, alto para ganar los duelos aéreos, cubre mucho espacio... Busquets es un jugador increíble pero necesita mucha protección. Si debe cubrir mucho campo se ve en problemas. Esto condiciona a todo el equipo y también a De Jong, a pesar de que en temporadas pasadas ha sabido jugar muy bien de ocho. Él puede ser un excelente volante de ataque.

Busquets es un jugador increíble pero necesita mucha protección. Si debe cubrir mucho campo se ve en problemas. Esto condiciona a todo el equipo y también a De Jong

P. ¿Cómo reconstruiría usted la confianza de De Jong?

R. Lo pondría de seis. Él es el futuro. Busquets está terminando su carrera. Camina en su pierna izquierda. Todavía está bien. Yo soy un amante de Busquets. Para mí es un genio. Ve las situaciones antes de que ocurran. Pero tiene sus años y a veces los clubes y los entrenadores se aferran durante demasiado tiempo a futbolistas que deben dar un paso al costado. El futuro es De Jong, Gavi, Pedri, Nico… ¡Con esos tienen un centro del campo increíble!

P. ¿Cómo jerarquizaría a De Jong entre los centrocampistas europeos?

R. Junto con Kanté, uno de los mejores. Pero la versatilidad de Frenkie es única: ningún centrocampista puede moverse con tanta naturalidad como seis y como ocho.

P. Ningún defensa de su edad tiene el potencial de Matthijs de Ligt. ¿Por qué cree que su encaje en la Juventus no está siendo más sencillo?

R. Por lo que sé, todos están locos con él en la Juve. No lo quieren vender. Será el rostro más emblemático de la plantilla en la próxima década. Si buscamos un tío que sea un adicto al fútbol, a la concentración y al rendimiento, ese es De Ligt. Tiene una madurez impresionante para sus 22 años. No lo desequilibras fácilmente. Él sabe perfectamente cuándo juega mal. Hará todo lo necesario para volver a su nivel habitual. Estará a la altura de las expectativas. No estoy preocupado por él. Sobrevivirá a la Juventus y a cualquier club.

P. ¿Por qué el fútbol holandés sigue siendo el mayor productor de talentos per cápita de Europa?

R. Por las bases. Tenemos una organización increíble del fútbol aficionado en todo el país. Los entrenadores están muy bien preparados. La base del adiestramiento son los ejercicios cognitivos. Los estándares son muy elevados y específicos por edades: de ocho a doce, de doce a dieciséis, de dieciséis a dieciocho. Siempre con el balón. Realmente no nos gusta defender. En cierto modo ese es nuestro punto débil. Pero siempre compensa ser fiel a tu filosofía.

Militao puede ser un gran defensor para el Real Madrid pero si lo viésemos jugar en el Ajax diríamos: “¿Qué clase de jugador es éste?”. Nuestra cantera es fantástica. Y la filosofía funciona.

P. ¿En qué cambió esa filosofía desde que a usted lo entrenaba Cruyff en la cantera del Ajax?

R. El sistema no ha cambiado: 4-3-3, presión elevada, jugar la pelota de pie largo a pie corto, dejar que la pelota haga el trabajo (lo que redunda en una forma de orgullo), que si construyes desde atrás debes buscar el uno contra uno… Militao puede ser un gran defensor para el Real Madrid pero si lo viésemos jugar en el Ajax diríamos: “¿Qué clase de jugador es éste?”. Esta postura es un poco ridícula porque es un buen defensor. Muy rápido. Como Davinson Sánchez, el que pasó por el Ajax y fue al Tottenham. ¡Pero los genuinos defensas del Ajax deben jugar con la pelota! Lisandro Martínez es algo pequeño para ser central en otro equipo, pero representa el verdadero estilo holandés. Y con De Ligt tienes los dos mundos: juega con la pelota y defiende con agresividad. Ese es el ideal. Yo ahora trabajo en la cantera del Ajax y el cambio en la metodología es increíble. Cuando tenía 14 años teníamos un solo técnico: el que nos dirigía en los partidos y en los entrenamientos. Ahora en esas edades tenemos entrenador de rendimiento, entrenador físico, entrenador mental, fisioterapeuta… Entrenamos con tres asistentes de campo. ¡Hay más personal de apoyo que jugadores! Esto es bueno para los chicos. Tiran muchas más horas en la ciudad deportiva de las que yo hacía, aunque yo luego pasaba más horas jugando en la calle que ellos. Yo tenía tiempo libre. Estos niños no tienen tiempo libre: van al colegio en la misma academia del Ajax. Todo es bastante intenso. Nuestra cantera es fantástica. La filosofía funciona. Ahora mismo hay un equipo de 14 años que son la mejor generación de jóvenes que yo he visto nunca. Desde que tenían 10 años han ganado todos los trofeos holandeses y mundiales por los que han competido.

P. ¿Qué haría para que los jóvenes cubran de un modo más eficiente la brecha que separa el fútbol formativo del de máximo nivel profesional?

R. Antes que nada, hay que hablarles de los peligros que van a enfrentar. El otro día hablé con uno de los grandes talentos de la cantera, un chico que sueña con debutar este año con el primer equipo. Le dije: “Tú puedes ser mejor futbolista que [Edson] Álvarez [el centrocampista mexicano del primer equipo], pero Álvarez tiene tal mentalidad, tal deseo de ganar cada duelo, cada pelota… ¡Eso es muy importante! ¡No necesitas ser el mejor jugador para estar en el primer equipo! Eso es solo un arma. Esto es mucho más que jugar bien con la pelota”. Intento explicarles a los chicos que la fuerza física, la mentalidad, la agresividad en las transiciones cuando pierdes la pelota, eso es determinante. No puedes quedarte mirando y esperar a que tus compañeros recuperen el balón para que te lo den. Eso solo lo puede hacer Messi, el resto del mundo debe jugar en equipo. Muchos jóvenes talentos no se dan cuenta de estas cosas que forman parte del aspecto psicológico del juego.

A los jóvenes les digo: “¡No necesitas ser el mejor jugador para estar en el primer equipo! Eso es solo un arma. Esto es mucho más que jugar bien con la pelota”

P. ¿Qué consecuencias tiene esta falta de agresividad?

R. El equipo sub-17 del Ajax produjo hasta doce jugadores para la selección absoluta de Países Bajos que disputó la Copa del Mundo de la categoría en Brasil, en 2019. ¡Eran un equipazo! Quedaron cuartos y cuando regresaron les dije: “Chavales, daría mis dos manos si aquí no hubiera siete jugadores del máximo nivel europeo. Pero dentro de dos años la mayoría me decepcionará, de forma que me quedaría sin manos”. Una cosa es alcanzar el nivel sub-17. Los siguientes pasos son los más difíciles. Lamentablemente yo tenía razón. De aquel grupo solo Brian Brobbey llegó a profesional: fue al Leipzig y ahora está de regreso en el Ajax.

P. ¿El hecho de que Holanda sea un país tan estable y rico no es un obstáculo para que los chicos progresen en el fútbol con la ferocidad necesaria?

R. Ese es un buen punto. Presumimos de nuestra buena organización y puede que eso no sea siempre decisivo. Esos chicos que vienen de Sudamérica juegan por sus familias. Quieren tener éxito porque de otro modo regresarían avergonzados a su casa. Hacen lo que sea necesario: matan por triunfar, metafóricamente hablando. Eso no siempre pasa con nuestros jóvenes. ¿Cómo podemos hacer que tengan más hambre? ¿Cómo les podemos enseñar que si quieren poner comida en su plato tienen que darlo todo y eso supone un esfuerzo increíble? Como entrenadores, como responsables de la formación, debemos ser conscientes de esto. Darnos cuenta de que las nuevas generaciones están más expuestas a confundirse, sobre todo por la influencia de las redes sociales. A veces los chicos están más preocupados por verse guapos en las redes que por jugar bien los partidos. Lo veo con mis hijas. El mundo está cambiando.

P. ¿Su generación era más dura?

R. Mi generación era más paciente. Estos chicos creen que el camino hacia el éxito es una línea recta hacia la cima. El camino del éxito nunca es recto y vertical: subes, bajas, vuelves a subir y vuelves a bajar. Estos chicos lo quieren todo de inmediato. Cuando un niño no juega, de repente ves que pide marcharse porque dice que el Ajax ya no cree en él.


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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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