Joan Barreda: 400 kilómetros de dunas y pistas para terminar tercero con una clavícula rota
El piloto de Honda se queda a menos de tres minutos del ganador de la etapa tras salir a competir con el hombro vendado y el manillar algo más retrasado para facilitar el pilotaje
La clavícula izquierda de Joan Barreda está fracturada. Las primeras observaciones tras la caída que sufrió el pasado jueves advierten que el hueso se ha partido en dos partes, aunque el desplazamiento es mínimo. Esas dos partes del hueso están contiguas, no en forma de ele, lo que podría reducir sensiblemente el dolor, que ya es mucho. Con ese diagnóstico, el piloto de Torreblanca salió a competir un día después de accidente, magullado, malherido, con el cuerpo hecho trizas. Terminó 14ª, tras ceder cinco minutos respecto al ganador de la especial, Daniel Sanders (GasGas). Y se fio a la etapa de descanso.
Un merecido reposo este sábado en Riad y muchas horas en la camilla del fisioterapeuta del equipo han devuelto a las pistas al Barreda más atrevido. Pese al sufrimiento. El de Honda salió a la etapa de este domingo, la séptima, confiado y con todo el arrojo que le dan los años de experiencia, de competir con dolor. Lo hizo con ese hombro izquierdo bien fijado con vendajes y con una moto ligeramente modificada para hacerle más llevaderos los 402 kilómetros de especial. “Su equipo ha cambiado la posición del manillar de su Honda para que pilotar sea algo menos incómodo. Ahora el manillar está un poco más retrasado, de modo que el corredor no tiene que abrir tanto el brazo”, explica un miembro del Monster Energy Honda.
El apaño debió funcionarle bien. Cuando llegó al final de la cronometrada había marcado el tercer mejor tiempo. Dirección a Al-Dawadimi, con 100 kilómetros de dunas para abrir boca y un laberinto de pistas a continuación, Barreda se dejó menos de tres minutos respecto al ganador de la etapa, su compañero de equipo José Ignacio Cornejo.
La etapa fue redonda para el español, que aspira a ganar su primer Rally Dakar. O como mínimo a subir al podio, un premio que todavía no ha conseguido. Es de todo o nada el de Castellón. Rápido como pocos. Y entre las lesiones y la mala fortuna nunca ha podido terminar la carrera entre los tres primeros pese a que es ya el tercer piloto en la historia del Dakar con mayor número de victorias: 28.
Este domingo, Barreda, pese a las complicaciones, dio un paso de gigante en la general, donde ahora figura séptimo clasificado, a solo 8m,33s del primero. Porque fallaron muchos de sus rivales. Y esa tercera posición en la etapa le permitió recortar distancias con el líder de la clasificación, que ahora es piloto de Yamaha Adrien Van Beveren, décimo este domingo, a 12 minutos, fue el gran beneficiado de la mala jornada de Sam Sunderland, hasta ayer, líder en motos.
Quedan cuatro etapas para que termine el Dakar. Y Barreda quiere estar en Yedda como sea. Si, además, logra remontar alguna posición más su segunda semana habrá sido toda una hazaña. Una más que sumar a su historial.
La especial de coches se la adjudicó Sébastien Loeb (Prodrive), que salía 23º y que logró con este segundo triunfo del año recortarle unos pocos minutos al líder, Nasser Al-Attiyah (Toyota), cinco minutos más lento que el francés en esta séptima etapa. El catarí sigue al frente de la general, con 45 minutos de margen sobre Loeb y 53 minutos de ventaja respecto al saudí Al Rajhi (Toyota). El español Carlos Sainz, aunque sin opciones de cara al podio final, terminó tercero la etapa, a siete minutos de Loeb.
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