Cinco minutos de furia del Espanyol le dan la primera victoria a domicilio
El equipo de Vicente Moreno pone fin a la racha de siete jornadas sin perder de un Valencia que se quedó con diez en el tramo final (1-2)
El Espanyol se levantó a tiempo en Mestalla para sumar su primera victoria a domicilio de la temporada. Seco como visitante, el once de Vicente Moreno, clave desde el banquillo en el triunfo con sus cambios, deshizo la resistencia de un Valencia exhausto con cinco minutos de furia en el tramo final del partido. El Valencia, permeable a la plaga de bajas que lo golpea jornada a jornada, deja atrás su racha de siete jornadas consecutivas invicto (cuatro victorias y tres empates) que lo había metido en el ring de Europa antes de enfrentarse a un enero terrible con duelos seguidos ante Real Madrid, Sevilla y Atlético de Madrid.
Correr detrás de la pelota mareó al Valencia, aunque hasta los goles la ocasión más clara fue un remate al palo de Maxi. Los de Bordalás se atascaban en el juego posicional cuando no podían romper a correr al espacio. Sus llegadas generaban mayor sensación de peligro, pero el Espanyol, cuando tenía la posesión, siempre encontraba una línea de pase. La movilidad de Embarba y Melamed, el tacticismo de Darder y la inteligencia desde la izquierda de Raúl De Tomás (RDT) se les atragantaron a los locales, maniatados excepto cuando se escapaban de sus marcas y podían transitar rápido con Hélder Costa y Guedes.
Thierry reapareció en el lateral derecho del Valencia después de una larga ausencia y fue constantemente exigido por las subidas de Adrià Pedrosa y las caídas a banda de RDT. Su exuberancia ofensiva fue interrumpida por el menudo Pedrosa y le costó una cartulina nada más empezar el duelo. Acabó lesionado de nuevo. En el otro costado, Jesús Vázquez, último producto del horno de laterales izquierdos de Paterna se defendía ante otro jugador habilidoso y dinámico como Embarba. El fútbol del canterano, hasta que se marchó agotado, fue tan sobrio que Vicente Moreno optó por cambiar a Embarba y dar entrada a Víctor Puado para percutir por ese costado, ciego para el Espanyol. La aparición de Puado fue decisiva.
Reacción local en el descuento
La llave del marcador se la guardaba en el bolsillo Hélder Costa. El angoleño, que conduce con el balón cosido al pie, solía quitarse la camisa de fuerza que trataba de colocarle Pedrosa, ganador en los duelos con Thierry pero con problemas ante el 11 local. Costa ganó un rechace en la izquierda y centró un balón delicioso para que Omar Alderete, en un salto acrobático, cabeceara con violencia al fondo de la portería de Diego López. El central apareció en escena con estruendo, como un meteorito, para marcar. Sin embargo, ese gol no le resultó suficiente a los locales.
La mayor agresividad del Valencia en el arranque del segundo acto fue decisiva, pero su paso atrás cuando marcó Alderete y la reacción desde el banquillo de Vicente Moreno lo pagó delante de Cillessen. También las lesiones de Jesús Vázquez y Thierry, que obligaron a Bordalás a parchear otra vez la línea defensiva. La expulsión por doble amarilla de Hugo Duro, que derribó a Jofre Carreras dentro del área, dejó noqueado al Valencia. Raúl De Tomás marcó el tanto del empate y abrió la senda hacia el primer triunfo a domicilio. Minutos después, Jofre centró y Víctor Puado cabeceó el tanto de la victoria. Entre los dos deshicieron la mermada defensa local.
Con uno menos, el niño de Paterna, Rubén Iranzo, estrelló la pelota en el travesaño. El Valencia se levantó en el descuento y Maxi desaprovechó una pelota dentro del área para igualar el partido. El balón le pasó por delante al uruguayo, pero no lo vio. El Espanyol resistió y cerró el año con unos meritorios 26 puntos.
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