El City consolida su liderato en una jornada señalada por los penaltis
El equipo de Guardiola conserva su ventaja gracias a una pena máxima (1-0) ante el Wolves, y el Liverpool y el Chelsea replican con dos victorias logradas desde sendos tiros desde los 11 metros
Raheem Sterling, once veces suplente esta temporada, uno de esos jugadores que pueden sentirse malqueridos por Guardiola, marcó de penalti el único gol del Manchester City ante el Wolverhampton. Fue una pequeña maravilla de la coordinación que dejó sentado al portero, José Sá, con un remate fintado al medio del arco, raso, suave, abriendo el pie. El 1-0, trabajadísimo ante uno de los equipos más defensivos de la Premier, cinco defensas, tres stoppers y dos puntas, consolida el liderato del City. El equipo de Manchester sumó 38 puntos en 16 jornadas y si no consiguió abrir la exigua brecha que le separa de sus perseguidores fue debido a los penaltis pitados en Anfield y en Stamford Bridge a favor del Liverpool (1-0 al Aston Villa) y del Chelsea (3-2 al Leeds).
La sobreexplotación ha producido tal agotamiento en los jugadores que con el correr de los días, según las competiciones se internan en los días lluviosos de diciembre, las defensas se fortalecen frente los delanteros. Poco a poco se van imponiendo los ejercicios de presión a la circulación de la pelota, tarea que resulta mucho más demandante en el plano mental y físico que simplemente cerrarse en bloque bajo. Lo pagan los equipos más creativos. Aquellos que intentan llevar la iniciativa, que suelen coincidir con los que disponen de mejores futbolistas. Como el el Liverpool y el City, que se hartaron de percutir frente a empalizadas de hombres sin más voluntad que cubrir sus tres o cuatro metros de perímetro de hierba. No fue el caso del Leeds, más atrevido que el Chelsea en Stamford Bridge, donde solo cayó merced a un penalti riguroso, pitado en el minuto 94. Jorginho lo metió y sus compañeros lo celebraron con el entusiasmo desbordado de quienes sentían que el tren de la liga les recogía in extremis.
“Todo lo que hacemos en esta vida es para que nos quieran, ¡todo!”, le confesó Guardiola a la socióloga Soledad Bacarreza. “Lo peor de todo esto, lo más difícil de entrenar a un equipo de fútbol, es dejar en el banquillo a 11 jugadores cada partido. ¡Porque ellos sienten que no les quieres!”.
Frente al Wolves, Guardiola dejó en el banquillo a Walker, Stones, De Bruyne, Mahrez y Foden, cinco jugadores esenciales en la conquista de la última Premier. El técnico español compuso su alineación con algunos retoques: Cancelo en el lateral derecho, Zinchenko en el izquierdo, Bernardo Silva como centrocampista con libertad de maniobra, Grealish en el extremo izquierdo, Jesús en punta y Sterling en el extremo derecho. La propuesta se pareció mucho a la de siempre. La mitad de los elegidos fueron tantas veces titulares como suplentes este curso, y la mezcla tardó en alcanzar su punto de sazón. El City jugó simplemente bien. No fue suficiente, sin embargo, para aflojar las bisagras de una de las defensas más tupidas del campeonato, un verdadero laberinto de marcadores estacionados en la frontal de su área formando dos líneas muy coordinadas. Rutina de un equipo que apenas ataca (lleva cuatro partidos sin marcar) porque emplea casi toda su energía en protegerse.
Ni la expulsión de Raúl Jiménez por doble amarilla en la primera parte facilitó la tarea del City, que prolongó su asedio sin más amenaza que dejarse distraer por la monotonía. “Fuimos mucho mejores contra 11 que contra 10″, analizó Guardiola después del partido. “¡Es muy difícil avanzar contra un equipo que no quiere jugar!”.
Hasta 24 veces remataron los jugadores de Guardiola frente a dos del Wolves. El partido parecía condenado al empate cuando Moutinho frenó con el brazo un centro de Bernardo Silva y el árbitro señaló el penalti.
Lo metió Sterling. Fue su tanto número 100 en Premier y lo celebró con rabia. Como reivindicándose después de tanto desamor.
Nostalgia de N’Golo, homenaje a Gerrard
Hay jugadores malqueridos y jugadores que se hacen querer cuando están ausentes, como N´Golo Kanté, o cuando se retiran, como Steven Gerrard.
Durante 17 años Steven Gerrard vistió la camiseta y portó el brazalete de capitán del Liverpool. Había ingresado en el santoral de la hinchada cuando se retiró en 2015. Regresó este sábado y lo hizo del modo más insospechado. Como entrenador del rival, el Aston Villa, un equipo con déficit de clase que ha irrumpido en el campeonato con la energía y el carácter que caracterizaron a su nuevo estratega. La muchedumbre roja alternó cánticos en favor de sus jugadores con otros en favor de Gerrard. Durante más de una hora, los jugadores del Villa resistieron al ataque progresivo del Liverpool, una oleada tras otra que acabó por romper el dique. De penalti, aparatoso, obra de Mingas sobre Salah, que hizo de justiciero ajustando el tiro al palo con un toque no apto para el marcapasos. La pelota pegó en la madera antes de entrar. De otro modo, la habría parado Emiliano Martínez.
“La vida sin N’Golo es más difícil”, declaró Thomas Tuchel, el entrenador del Chelsea, a modo de análisis y de premonición antes de recibir al Leeds este sábado, a la misma hora que el Liverpool recibía al Villa.
El Chelsea fue el equipo menos goleado de la Premier hasta que perdió a N’Golo Kanté por lesión. Sin su genial mediocentro, el vigente campeón de Europa empezó a mostrarse vulnerable. Tanto, que en sus últimos tres partidos ha encajado ocho tantos. Los últimos dos se los metió el Leeds de Marcelo Bielsa. El último, Joe Gelhardt, que salió en la segunda parte y convirtió el 2-2 en el minuto 83.
Tuchel lo vio y se sentó en el banquillo, como esos entrenadores que no soportan que se los identifique con el fracaso y buscan la protección del techo de metacrilato cuando sus equipos van perdiendo. La inercia era mala ante un Leeds desatado hasta la imprudencia. El 2-2 se congelaba en el marcador cuando Mateusz Klich tocó por detrás a Antonio Rüdiger y el VAR calibró que aquel contacto podía ser penalti. Así lo juzgó el árbitro, que permitió que Jorginho ejecutara.
El 3-2 deja las cosas como estaban. Tres en cabeza de la tabla distanciados cada uno por un solo punto. Gracias a los penaltis, el City es líder con 38, seguido del Liverpool con 37 y el Chelsea con 36.
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