El Valencia también saca tajada de Balaídos
El cuadro de Bordalás remonta el gol inicial de Aspas, que se fue lesionado, y se convierte en el sexto equipo que gana esta temporada en el campo del Celta (1-2)
Escala el Valencia, vencedor en Balaídos para mejorar una racha que indicaba que había ganado una sola vez en las últimas once jornadas de Liga. Ya son dos en doce. El quinto triunfo de la temporada llegó para el equipo que adiestra Pepe Bordalás tras remontar un gol inicial del Celta y sobreponerse a sus ausencias en defensa. Foulquier, Gabriel, Diakhaby y Thierry Correia no pudieron desplazarse con el equipo y Piccini, en precario tras meses de baja, no pudo acabar el partido. Le bastó para dejar atrás al Celta, que en Balaídos solo le ganó esta temporada al Granada. Dos de sus rivales empataron y el Valencia es el sexto equipo de nueve visitantes que se lleva los puntos de Vigo.
A los dos equipos les castigó su afán por buscar superioridades desde atrás. Alderete y Dituro se hicieron sendos nudos y la presión de los rivales hizo el resto. Primero falló el central del Valencia, al que se le hizo de noche en una zona sensible y ante malos clientes, Denis Suárez, Brais Méndez y Iago Aspas. El balón acabó en los pies del emblema del Celta, que maquinó una definición estelar, con bicicleta y recurso de puntera para llevar el balón a la red. Pero se lesionó en el lance, notó un tirón en el abductor de la pierna derecha y empezó a tomar decisiones mientras todos festejaban. Se quitó la camiseta para forzar la quinta tarjeta amarilla y cumplir ciclo la próxima jornada, que ya intuía que se iba a pasar en el dique seco. Ocurre que el código disciplinario federativo contempla ahora que este tipo de acciones se pueden castigar con un partido adicional. Igual tampoco es un problema si se considera que quedan apenas dos partidos antes del parón navideño y ese tipo de lesiones musculares las carga el diablo.
Aspas se fue y el Celta encajó gol, cuestiones que no fueron correlativas, pero sí inquietantes para un equipo nada sobrado de confianza. El tanto premió la ambición del Valencia para acudir a buscar al rival, pero sobre todo penalizó la displicencia del meta Dituro, que no estuvo vivo para hacer circular la pelota con los pies. Ahora se le pide a los porteros que sean Beckenbauer y el portero argentino no es ningún kaiser. Lo aprovechó Hugo Duro para empatar.
Poco sucedió desde ese episodio, aún no estaba mediada la primera parte, hasta el descanso. Todo se trabó y se manejó entre empellones. Nada quedó de la frescura inicial del Celta, que siempre está expuesto a la fragilidad de su defensa. Ahí tiene un problema el equipo vigués, una endémica tara que no cesa de condicionarle. El segundo gol del Valencia, que llegó tras un control y definición excelente de Maxi Gómez, llegó también tras abrirse un agujero monumental en el centro de la zaga celeste incapaz de responder a una internada y centro de Gayá. La última foto retrató al final a Araújo, pero debería de incluir una amplia panorámica.
La desventaja, el modo en que llegó, la ausencia de su mejor jugador, la estadística que mostraba que el equipo caminaba hacia un nuevo fiasco en su hogar después de ganar apenas un partido de los ocho que allí había jugado. Todo le dolía al Celta, que empezó a moverse en el alambre ante un rival que empezó a jugar con el reloj en la mano. Buscó el empate, llevó a Brais Méndez al área y trabajó las bandas con Solari y Nolito. Pero le faltó fútbol y le sobró rebumbio al equipo de Coudet, que no acaba de carburar y, por fuerza, no puede dejar de mirar hacia abajo: cuatro puntos le separan del descenso, once de Europa. “Hemos tirado el partido. Cometemos errores individuales que nos penalizan muchísimo”, sentenció Denis Suárez.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.