El Bayern recorta el salario de los jugadores que se niegan a vacunarse contra la covid
Al menos Kimmich, Gnabry, Musiala, Cuisance y Choupo-Moting engrosan la lista de quienes permanecen de baja por cuarentena y el club bávaro les quita más de un millón de euros
El Bayern de Múnich descontará 300.000 euros del salario de Joshua Kimmich debido a que el futbolista se niega a vacunarse y ello le ha impedido acudir a su puesto de trabajo durante una semana. El club sigue las directrices de la ley promulgada por el Estado de Baviera desde el 1 de noviembre. Según esta norma, las empresas podrían recortar la parte proporcional del salario de sus trabajadores cuando estos no puedan cumplir con sus tareas debido a que se niegan a vacunarse contra la covid-19. Kimmich, que fue contacto estrecho de una persona infectada del nuevo coronavirus, debe cumplir una cuarentena de una semana que le ha obligado a perderse los entrenamientos así como los partidos contra el Augsburgo de este viernes en Bundesliga y el de Champions contra el Dinamo de Kiev del martes próximo.
El pellizco estimado de 380.000 euros por semana de baja en el salario anual de casi 20 millones brutos que cobra Kimmich coincide con la cuarta ola de la pandemia en Alemania, la más virulenta. Se suma a los recortes impuestos a Serge Gnabry, Jamal Musiala, Michael Cuisance y Eric Choupo-Moting. Estos cuatro futbolistas tampoco han querido vacunarse. Obligados a permanecer aislados tras experimentar un contacto con un infectado la semana pasada, ahorrarán a la masa salarial del Bayern un total de más de un millón de euros debido a la baja de siete días que prescribe el ordenamiento sanitario de Baviera a los no vacunados que hayan estado junto a infectados por covid-19. De prolongarse la situación, cada vez que existan contactos estrechos el Bayern aplicará más recortes.
El jueves pasado el Bayern anunció la medida a todos los afectados. Según la prensa alemana, los jugadores mostraron su estupor. La noticia fue publicada este domingo por el diario Bild. Preguntado al respecto, Karl-Heinz Rummenigge, que fue presidente del Bayern hasta la primavera pasada, ha optado por no hacer comentarios. Es la clase de silencio institucional que el club ha preferido guardar, a modo de confirmación oficiosa.
El Bayern explicó este domingo que Kimmich, Gnabry, Musiala, Cuisance y Choupo-Moting “tuvieron contacto estrecho con una persona del entorno del club que ha dado positivo”. Estos cinco jugadores se suman a los defensas Süle y Stanisic, que también hacen cuarentena tras relacionarse directamente con personas infectadas, por lo que se presume que tampoco se han vacunado y engrosan el grupo de los futbolistas que ni en situaciones normales pueden pernoctar con el equipo en las concentraciones de víspera de los partidos, dependiendo del estado federal donde compitan, dado que determinadas leyes locales impiden el alojamiento hotelero a los no vacunados. En total, componen una lista de siete bajas que condicionarán la convocatoria de Julian Nagelsmann para el viaje a Kiev en un momento repentinamente complicado de una temporada que discurría sin sobresaltos.
El Bayern perdió este viernes en Augsburgo (2-1) sus primeros puntos en la Bundesliga, en lo que va de temporada. Fue la jornada 12º, primera vez que Kimmich no participaba como titular.
Medida ejemplarizante
La decisión del Bayern de hacer uso del poder que le brinda la ley para forzar a los empleados a vacunarse se produce en el contexto de una grave crisis sanitaria. La cuarta ola de la pandemia ha unido a las principales fuerzas políticas de Alemania en un frente común por el impulso de la vacunación. La canciller Angela Merkel, líder saliente de la Democracia Cristiana, ha fomentado en las últimas semanas una batería de medidas de control de la pandemia, según el grado de infección de la población de cada uno de las regiones del país. Los protocolos más estrictos prevén la vacunación o el certificado de anticuerpos para acudir al lugar de trabajo. Baviera, sede del Bayern, es uno de los territorios más castigados por la nueva ola. Los actos públicos se restringen progresivamente desde octubre. El ingreso a los estadios de fútbol solo se permite en fracciones limitadas de público y previa acreditación de vacunación o de haber superado el contagio. Markus Söder, el presidente del Gobierno bávaro, declaró el viernes que si los futbolistas se sometían a las mismas reglas que se aplican al resto de los ciudadanos, “esto incrementaría enormemente el sentido de identificación”. El sentido propagandístico gana valor en un concierto de gran escepticismo. Casi el 30% de la población alemana continúa sin inocularse.
El Bayern, la institución más popular de Baviera, y también una de las más oficialistas, siempre buscó situarse a la vanguardia de la lucha contra la covid. El recorte salarial de Joshua Kimmich, su joven líder de 26 años, sirve de ejemplo.
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