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El Extremadura va a la huelga por impagos y no se presentará al partido contra el Deportivo

Los futbolistas y el cuerpo técnico deciden parar después de siete meses sin cobrar, y una segunda incomparecencia supondría su exclusión de la Primera RFEF

Extremadura Deportivo partido
El once inicial del Extremadura antes de su partido del domingo pasado contra el DUX Internacional.

Desmoralizados tras varios meses de impagos, los futbolistas y el cuerpo técnico del Extremadura UD se han declarado en huelga y no jugarán este domingo contra el Deportivo en el partido que debería comenzar a las doce de la mañana en el estadio de Riazor. El club de Almedralejo, uno de los dos equipos de la región extremeña que juegan en Primera RFEF, la tercera categoría del fútbol español, perderá el partido por 3-0 y se le descontarán tres puntos de la clasificación.

Un comunicado emitido por la Asociación de Futbolistas Españoles advierte de que la huelga está convocada de viernes a domingo este fin de semana y el próximo, parón que afectaría también al partido contra el Calahorra fijado para el sábado 20 en el Francisco de la Hera. Si el Extremadura tampoco comparece, quedará excluido de la competición, descendido de categoría y con su continuidad seriamente comprometida. El trance es duro para un club fundado en 2007 cuando el CF Extremadura, que a finales de los noventa había llegado a jugar dos campañas en Primera, ya avanzaba hacia una disolución confirmada tres años después. Con todo, el sindicato de futbolistas apunta que se mantiene abierto a negociar y buscar soluciones para evitar un final abrupto.

Este segundo Extremadura partió desde Primera Regional y llegó a jugar en Segunda entre 2018 y 2020. Pero volvió a acumular deudas y el pasado mes de febrero, cuando los números rojos superaban los cuatro millones de euros, solicitó el concurso de acreedores con la expectativa de negociar una reducción en los pagos y encontrar viabilidad. El acuerdo con los acreedores se cerró hace dos semanas en un juzgado mercantil de Badajoz, con una quita y un calendario de pagos que se extiende durante diez años, pero durante ese tiempo en proceso concursal el club no cumplió con sus compromisos con los futbolistas y el resto de los empleados y acumula una treintena de denuncias por impagos.

A pesar de ello, el Extremadura UD inició el campeonato en Primera RFEF y no sufrió un descenso administrativo. Solicitó una medida cautelar al juzgado y salió a competir incluso sin depositar el aval requerido por la Federación. En las primeras jornadas lo hizo incluso sin sus colores azulgranas por carecer de camisetas. La plantilla denunció que tampoco disponían de servicios médicos y que la entidad carecía de trabajadores. “Nosotros mismos hemos preparado las fichas para salir a competir”, explicó la plantilla en un comunicado en octubre.

El propietario del club, Manuel Franganillo, prometió la llegada de un inversor del que hasta hoy nada se sabe. El equipo está clasificado en la decimosexta posición tras vencer a algunos de los grandes de la categoría como Rayo Majadahonda o Racing de Ferrol. Una eventual salida de la competición antes del final de la primera vuelta no supondría que los rivales del Extremadura sumasen los puntos que perdieron ante ellos, pero sí daría los tres puntos a los ocho equipos con los que todavía no se habían cruzado, como el Deportivo. “La competición queda condicionada”, lamenta Cristóbal Parralo, entrenador del equipo ferrolano, que como tantos otros piden soluciones para los profesionales y no entienden que en una categoría que anunció que se iba a acercar al fútbol profesional puedan estar técnicos y jugadores medio año sin cobrar.

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