La NBA no pagará a los jugadores que se pierdan partidos por no vacunarse
Las leyes de Nueva York y San Francisco impulsan las presiones políticas para multar a los jugadores sin inmunizar. El porcentaje de vacunados es del 91%, faltan 40 de los 450 de la liga
Faltan 19 días para que comience la NBA y la liga estadounidense trabaja contra reloj para resolver el problema que le ha surgido con los jugadores no vacunados. Según el acuerdo alcanzado hace 15 días, la inmunización solo era obligatoria para los árbitros, los entrenadores y el resto de los empleados de los equipos, no así para los deportistas. Pero las leyes decretadas por Nueva York y San Francisco, que exigen tener la pauta completa para trabajar en empresas y ejercer actividades en recintos cerrados, ha desatado el conflicto. Jugadores como Andrew Wiggins, de los Warriors, o Kyrie Irving, de los Brooklyn Nets, que han declarado públicamente su negativa a vacunarse, no podrían disputar los partidos que sus equipos disputen como local, 41 en la temporada regular. El dilema y el debate en la liga pasan ahora del esfuerzo por convencer a las sanciones para presionar.
Las 65 páginas de los protocolos de salud y seguridad de la competición para la temporada 2021-2022 incluyen, para los no vacunados, unas restricciones prácticamente idénticas a las que existían antes de la vacuna —estar separados de sus compañeros en comidas y viajes, mantener taquillas aisladas en los vestuarios, llevar mascarilla siempre que no estén en la pista, limitación de movimientos y contactos, y presentar una PCR negativa el día anterior a cada partido y otra el mismo día del encuentro, entre otras medidas—. Pero, ni cumpliendo con todo ello, podrían jugar en Nueva York y San Francisco los no vacunados de los equipos locales. Los jugadores con la pauta completa solo pasarán pruebas cuando presenten síntomas y las cuarentenas se limitaran a circunstancias excepcionales. Una búsqueda de la normalidad que se espera culminar con el aforo completo en los pabellones.
Pero, además de esas normativas, la organización y la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto (NBPA) ya trabajan en los descuentos, sanciones y multas que aplicarán a los no vacunados que se vean vetados a competir por su decisión. Los descuentos en las nóminas son, de momento, la medida más leve que va a tomar la liga, pero la presión política pide castigos mayores. “A los jugadores que opten por no vacunarse no se les pagarán los partidos que se pierdan”, confirmó el miércoles Mike Bass, portavoz de la NBA, que a su vez explicó que la liga había rechazado la petición de exención “por motivos religiosos” que hizo Wiggins, en cumplimiento de la orden del departamento de Salud estadounidense en pro de la vacunación. El jugador de los Warriors, con una ficha de 27 millones de euros, perdería más de 350.000 dólares, unos 298.000 euros, por cada partido que no pueda disputar.
“Tenemos un problema que hay que solucionar”, explicó José Manuel Calderón, asesor de la directora ejecutiva del sindicato de jugadores Michele Roberts. “Hay muchos parámetros sociales y legales que hay que analizar. Ninguno de los convenios y acuerdos que tenemos estaba preparado para algo así. Lo que está claro es que Nueva York y San Francisco han marcado la línea de o te vacunas o no juegas. Y esa ley está por encima de las pautas establecidas por la propia NBA”, analiza Calderón. “Todavía tenemos tiempo y se está trabajando para definir la situación concreta en la que quedarían los no vacunados”, cierra el exinternacional español.
El porcentaje de vacunación en la NBA, sobre los 450 jugadores de la liga, alcanza en este momento el 91%, muy por encima del 57% general de la población estadounidense. Tan solo restan por ponerse la vacuna unos 40 jugadores y se espera que esa cifra se reduzca aún más en los próximos días. Pero la magnitud del problema supera con creces al número de implicados. Y la política se ha cruzado con el deporte, llegando incluso al Congreso de los Diputados español. El tema lo sacó a colación el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión de control parlamentaria para responder a Miriam Nogueras, portavoz de Junts per Catalunya sobre la mesa de diálogo.
“Ahora mismo hay un problema en la NBA, hay varios jugadores que se han manifestado contrarios a vacunarse”, relató Sánchez. “Hay una estrella de la NBA (Kyrie Irving) que dice que no se quiere vacunar porque hay una conspiración para vacunar a los negros y conectarlos con un ordenador que tiene un plan satánico. Esto es verídico, es textual. ¿Dónde quiero llegar? Pues que, honestamente, señoría (...) ni usted se cree lo que está diciendo hoy aquí en las Cortes Generales”, concluyó el presidente del Gobierno esgrimiendo la actualidad baloncestística en el Parlamento.
Los iconos de la NBA, históricos y contemporáneos, también se han posicionado en el asunto con distinto grado de vehemencia. “Los deportistas deben liderar la batalla de la vacunación. No hay lugar en la NBA para jugadores que están dispuestos a arriesgar la salud y la vida de compañeros y aficionados”, señaló Kareem Abdul-Jabbar. “Los no vacunados no deberían estar en los equipos. Los jugadores son libres de no recibir la vacuna, pero también deben tener la suficiente valentía para que sus convicciones morales les dejen fuera durante toda la temporada”, subrayó el legendario jugador de los Lakers. “Yo era muy escéptico”, explicó LeBron James cuando le preguntaron por la vacuna. “Hice mi investigación y me pareció que era lo mejor, no solo para mí sino para mi familia y mis amigos. Por eso decidí hacerlo. Pero no es mi trabajo promover la vacunación. Es una cuestión individual”, completó la estrella de Akron. A 19 días del comienzo de la competición, el debate está abierto.
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