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Higgins hace soñar al Barça

Un tiro del escolta estadounidense en el último segundo liquida la resistencia del Milán (84-82) y, 11 años después, da el pase a la final de la Euroliga al equipo azulgrana

Robert Álvarez
Higgins, en el momento de lanzar la canasta que decidió el partido entre el Barça y el Milán. Reuters
Higgins, en el momento de lanzar la canasta que decidió el partido entre el Barça y el Milán. Reuters

Un tiro de Cory Higgins a falta de cinco décimas para la conclusión le dio al Barcelona un agónico y sufridísimo triunfo ante un exigente y bravísimo Armani Milán. El Barça puso así fin a la travesía del desierto, ausente de las fases finales desde hacía siete años. Se disputará la corona europea con el Anadolu Efes este domingo (20.30) . La última vez que disputó la final y se coronó fue una noche de mayo de 2010 en París, donde culminó un partido de ensueño, con Navarro, Ricky Rubio, Pete Mickeal... y con Xavi Pascual de entrenador. Desde entonces nada, apenas aquella aparición en una semifinal, en 2014, que prefiere no recordar porque fue arrollado por el Real Madrid.

En Colonia, ante el Milán, le costó un mundo al Barça responder a los aires de grandeza que ha adquirido esta temporada, con Mirotic y Pau Gasol, con el catálogo que administra Saras Jasikevicius. El entrenador lituano necesitó más que nunca de los secundarios en un partido enormemente exigente. Al Barça le fue de perlas la primera parte, pero el descalabro del tercer cuarto le pesó como una losa. Dejó de dominar el rebote, se encalló en ataque, lo acribillaron Punter, Shields y Sergio Rodríguez. La sequía anotadora azulgrana combinada con el chorro de puntos de los milaneses causó estragos. El Barça acusó el vertiginoso cambio, de la confortabilidad del 51-40 al descanso, al atormentador y amenazante 61-69 de ocho minutos después. El equipo azulgrana se adentraba en una zona de tinieblas. Estaba obligado a cerrar la hemorragia producida por Punter. Jasikevicius asignó su marcaje a Bolmaro. El base escolta argentino empezó bien y Messina le dio un descanso a su mejor hombre. La defensa del Barcelona paralizó el ataque del Milán y el marcador se cerró como un puño, con cortísimas ventajas de unos y otros.

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Faltaban ocho minutos y el partido transcurría en un puño. Cada pequeño detalle, acierto o error empezaba a pesar como el plomo. Jasikevicius y Messina se desafiaron con sus dos bases a la vez en la cancha. El lituano, además, utilizó en pequeñas dosis una defensa en zona. El Barcelona atascó el ataque del Milán, pero no acababa de disparar el suyo (77-76). Los segundos, los minutos transcurrían más rápido que los movimientos del marcador, igualado a 78, a 80 ya en los compases finales. Se lesionó Calathes. Bolmaro asumió definitivamente la manija.

Un triple de Punter volvió a igualar el partido a 82. Faltaba un minuto y los árbitros se fueron a ver una jugada confusa al vídeo. Le dieron el balón al Milán. Agotó su tiempo de posesión frente a una defensa muy bien plantada. La agonía se resumía en 50 segundos, en 31 tras un tiro fallado por Bolmaro. Tras anotar 23 puntos, Punter falló a siete segundos para el final. Tomó el balón Higgins, atravesó la cancha y anotó el tiro del partido: 84-82. Quedaba medio segundo. El Milán confió su último cartucho a Evans, aunque apuradísimo, tras un escorzo con Pau Gasol encima suyo, falló. El Barça estaba por fin en la final. Será la octava en su historia, con solo dos títulos, aquel de París en 2010, y el primero, el de 2003 en el Palau Sant Jordi, con Bodiroga al mando en la cancha y Svetislav Pesic en el banquillo.

La semifinal fue una sucesión de apariciones y apagones de ambos equipos. Abrines se las vio y se las deseó para responder a la movilidad del alero serbio Micov y Kuric para evitar los tiros en suspensión de su compatriota estadounidense Punter. En el otro lado de la cancha lo mismo les pasaba a los interiores estadounidenses Leday y Tarczewksi frente a Mirotic y a Pau Gasol.

La capacidad del pívot de Sant Boi para anotar desde fuera y para aprovechar las asistencias elaboradas y telegrafiadas por Calathes marcaron las primeras grietas en el marcador. Los dos equipos se atuvieron a sus libros de instrucciones, el milanés impoluto en la elaboración, sin pérdidas. El Barcelona compensó su peor balance en los robos y las pérdidas con su superioridad en el rebote y en la intimidación. Sergio Rodríguez y Shields contestaron a la primera salva de triples de Pau Gasol, pero Abrines y Calathes se añadieron al bombardeo exterior en el segundo cuarto. La ventaja azulgrana creció hasta los 11 puntos al final del primer tiempo (51-40). Un espejismo para lo que le esperaba después. Higgins tuvo que salir al rescate.

Barcelona, 84; Milán, 82

Barcelona: Calathes (17), Abrines (6), Higgins (11), Mirotic (21) y Davies (2) —quinteto inicial—; Bolmaro (4), Hanga (2), Kuric (8), Claver (0), Smits (3), Oriola (0) y Pau Gasol (10).

Armani Milán: Delaney (9), Shields (13), Leday (8), Micov (14) y Hines (4) —quinteto inicial—; Sergio Rodríguez (11), Punter (23), Roll (0), Tarczewski (0), Datome (0), Brooks (0) y Jeremy Evans (0).

Parciales: 27-24, 24-18, 16-29 y 17-11.

Árbitros: Radovic, Boltauzer y Latisevs.

Lanxess Arena de Colonia. A puerta cerrada. Final: Barça-Efes (este domingo, 20.30, DAZN).


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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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