Koeman se siente fuera del Barcelona
“No he notado el apoyo el club; si tiene que venir otro técnico, que me lo comuniquen”, se queja el neerlandés
A Joan Laporta nunca le convenció Ronald Koeman. Lo disimulaba, sin embargo, durante la campaña electoral. “Koeman tiene margen para seguir, pero ese margen lo establecerán los resultados y el juego. Es la ley del fútbol”, dijo, en diciembre, el presidente del Barcelona. Pero el equipo de Koeman despertó en 2021. El Barça comenzó a acechar al líder de LaLiga, el Atlético de Madrid, y en abril ganó la Copa. “En agosto hubiéramos firmado la temporada que hemos hecho. Hemos ganado la Copa y hemos luchado por LaLiga. La imagen del equipo ha sido buena desde el inicio del año y eso ha dado la esperanza de conseguir el título. En general, con todos los problemas y condicionantes que hemos tenido, la temporada no ha sido mala; ha sido buena”, se defendió el preparador antes del duelo frente al Eibar (18.00 horas, Movistar LaLiga), el último de la campaña para los azulgrana.
Koeman se ha comenzado a sentir aislado desde que el Barcelona cayó ante el Granada en el Camp Nou, un tremendo revés en la lucha por el título. Entonces, en el duelo ante el cuadro andaluz, el Barça dejó escapar la oportunidad de subirse a lo más alto de la tabla. Y aunque reaccionó contra el Valencia, empató ante el Atlético y el Levante y se hundió frente al Celta en Barcelona. “En el final de temporada, no hemos estado en nuestro mejor nivel en un par de partidos”, reconoció el preparador holandés. Coartada perfecta para que la directiva comenzara a soltarse de la mano del entrenador. “No he notado el apoyo el club. Entiendo que hay dudas por lo que ha pasado al final del curso. Si consideran que debe venir otro entrenador, que me lo comuniquen”, pidió ayer Koeman.
El entrenador tuvo un discurso directo y reivindicativo. “Hay que analizarlo todo. No es que considere que soy el mejor entrenador, pero me veo muy capacitado para continuar siendo el entrenador del Barça”, subrayó el neerlandés. Y sacó pecho de las buenas decisiones —”soy el responsable de los cambios que hemos hecho, de los jóvenes que han tenido oportunidades, de los momentos en los que no hemos estado bien”, expuso—, como también se hizo cargo del declive del equipo —”me duele haber fallado en el tramo decisivo, pero hemos tenido muchas cosas en contra”, reconoció—. No engaña Koeman. Lo mismo que detallo en la sala de prensa de Sant Joan Despí lo había conversado con los empleados del club. “No nos sorprendió lo que dijo. Sí, quizá, cuándo lo dijo. Fue como si ya se estuviese despidiendo”, explican desde la Ciudad Deportiva.
El nombre de Xavi Hernández volvió a aparecer en escena. Y la emisora catalana RAC1 aseguró que Hansi Flick, que dejará el banquillo del Bayern, era el favorito de Laporta. Situación que alteró a Koeman, como también el baile de nombres sobre las posibles salidas y fichajes para el próximo mercado. “Estamos hablando de un emblema del club, no es ni Setién ni Valverde”, aseguran las mismas fuentes. Koeman insistió: “Hay que respetar más al entrenador y a los jugadores. Los futbolistas están tocados, no merecen este trato. Hay muchas cosas que tenemos que hacer diferente”. Sin el respaldo de la directiva, el neerlandés también se sintió atacado por la prensa: “En este país los entrenadores son muy criticados. A veces se nos falta al respeto”.
La posible salida de Koeman ya se comentaba en el vestuario. “Todos se quedan en Barcelona hasta el lunes por si se tienen que despedir de Ronald”, cuentan desde el entorno de uno de los líderes del grupo. Cuando el expresidente Josep Maria Bartomeu fichó a Koeman tras la debacle de Lisboa ante el Bayern, tenía claro que necesitaba a un técnico que liderara la renovación del vestuario y con el crédito suficiente para dirigir la transición. Koeman se hizo cargo de las salidas de Luis Suárez, Arturo Vidal y Rakitic. Gestionó la situación de Messi, que había buscado abandonar el club con un burofax. Y se manejó bien durante el desgobierno del club, tras la renuncia de la junta de Bartomeu. “Muchas veces he tenido que ejercer de portavoz”, recordó el técnico. Se siente apartado y mira a Laporta: “Tenemos que cambiar cosas, pero quiero continuar. La última palabra la tendrá el presidente”, acabó Koeman, dolido porque le mueven la silla y no le ratifican.
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