La fortaleza de Alex Remiro
El portero de la Real Sociedad ha jugado todos los minutos en Liga y Copa
El 5 de noviembre del año pasado, Imanol Alguacil sorprendió con su alineación en el partido de Liga Europa frente al AZ Alkmaar. Decidió que la portería de la Real Sociedad la ocupara Miguel Ángel Moyá. El conjunto donostiarra ganó 1-0 y el portero balear completó un buen partido, pero no se le ha vuelto a ver sobre el césped en ningún campo. Todos los demás minutos, en todas las competiciones, los ha jugado Alex Remiro (Cascante, Navarra; 26 años), que ha completado todos los minutos de Liga y Copa, y sólo se perdió esos 90 en la competición europea. Ha jugado más de 4.200 minutos desde que comenzó la competición. Solo otros cuatro jugadores, todos porteros (Oblak, Courtois, Unai Simón y Pacheco), no han descansado nada en el torneo doméstico.
En su segunda temporada, después de que su actuación en la primera fuera más irregular, Remiro se ha convertido sin discusión en el portero titular de una Real que ya ha asegurado su presencia europea la próxima campaña y lucha ahora por ser quinta. Además, la lesión de Moyá le ha despejado la posible competencia, pero también le carga de responsabilidad, porque su suplente es Gaizka Ayesa, portero del Sanse, sin ninguna experiencia en la máxima categoría. Remiro tiene la obligación de no lesionarse.
El guardameta navarro, que procede de la cantera de Lezama y estaba llamado a sustituir a Kepa Arrizabalaga en el Athletic, pero no quiso renovar y fue apartado, es uno de los artífices de la magnífica temporada donostiarra, completada con la final de Copa frente a sus excompañeros, en la que no tuvo trabajo aunque neutralizó con una magnífica estirada la única ocasión rojiblanca en un disparo lejano de Iñigo Martínez. De aquella final ganada quedaron rescoldos, ya que en plena euforia imitó una celebración de Iñaki Williams, una acción que sentó mal en el vestuario del Athletic. El guardameta rectificó: “Me sentí avergonzado, le pedí disculpas a Williams”.
Los números avalan al arquero. Ha recibido 35 goles en 35 partidos (solo los cuatro primeros equipos han encajado menos), y seis fueron frente al Barcelona (1-6), que estropeó un tanto la estadística. Si la Real no recibe ningún gol en el Wanda, Remiro conseguiría mantener a cero la portería por decimocuarta vez en esta Liga, una cifra que su equipo no logra desde la temporada 2015-16, con Rulli bajo palos. Entre todas las competiciones, ha sumado 18 ceros en un curso para el rival, una marca sólo al alcance de dos guardametas históricos de la Real: Arconada y Esnaola.
Con grandes reflejos en el mano a mano, donde ocupa mucho espacio (mide 1,92m), y mucha serenidad a la hora de sacar el balón con los pies, el portero navarro es el encargado de comenzar el juego de ataque de su equipo y de echar el candado. El equipo de Imanol se ha creado una aureola de buen juego, pero si en algo ha cambiado el grupo desde la temporada anterior es en el aspecto defensivo (entonces encajó al final 48 tantos). Remiro no actúa mucho, pero lo hace con eficacia. En su debe, que todavía no parece tener la jerarquía suficiente como para ordenar a sus compañeros —apenas se le escucha gritar en el campo—, y las estiradas laterales, en las que a veces no tiene la potencia necesaria.
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