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El Barcelona se queda cojo en las áreas

Mientras el equipo palidece con los errores defensivos, solo Griezmann y Messi se subrayan en el remate

Jordi Quixano
FC Barcelona
Messi y Griezmann festejan un gol al Valencia en el último duelo liguero.Kai Försterling (EFE)

A pesar de que el Barça pelea por el título liguero, Koeman repite la misma tonadilla desde que comenzó la temporada. “Hemos cometido errores individuales” y “tenemos que acabar antes los partidos y ser más efectivos” son las frases que más repite el técnico azulgrana al finalizar los encuentros, exasperado porque es el cuento sin fin, flaquezas y pecados en las áreas que definen el curso de altibajos del equipo.

Languidez en su área. Un mal despeje de Frenkie de Jong que Luuk de Jong (Sevilla) convirtió en gol, una mala cesión de Piqué a Neto que Luis Rioja (Alavés) castigó, un saque de banda de Alba que Lenglet no controló y Negredo (Cádiz) penalizó, una pájara de Araujo que Kike García (Eibar) sentenció… Retahíla de errores que ante el Granada, en el penúltimo duelo liguero, repitieron Umtiti, Mingueza y Piqué. Así, la lista de pifias defensivas se multiplica a cada jornada como descifraron los centrales titulares del equipo tras superar al Valencia este domingo. “En los últimos partidos, cada ocasión en contra acaba en gol, lo pagamos caro”, expuso Lenglet. “Nos chutan menos que antes, pero todas van dentro”, se sumó Piqué. Y no les falta su parte de razón.

Ter Stegen ha recibido 226 remates en la Liga (ocho por encuentro) -hay que tener en cuenta que Neto disputó seis duelos-, mientras que Courtois (Madrid) ha tenido que hacer frente a 323 disparos (9,7 por choque), Oblak (Atlético) llega a los 316 (9,4) y Bono alcanza los 217 (7,9). Números similares que, sin embargo, subrayan la diferencia cuando se analiza cuántos van a puerta. Así, al Madrid solo le enfocan el 32,8% de los remates entre los tres palos; al Atlético el 34,8%; al Sevilla el 33,9%; y al Barça el 41,5%, sobre todo porque sitúa la línea defensiva a 40 metros del portero alemán. “Es que los otros equipos defienden más atrás y por eso no les dejan chutar tan fácil. Son diferentes apuestas, pero está claro que no es lo mismo un disparo desde fuera del área que una contra en la que corres hacia atrás a la desesperada”, argumentan desde los despachos de la ciudad deportiva. Por lo que no es de extrañar que el porcentaje de paradas de Oblak alcance el 80% de éxito, Bono y Courtois lleguen al 77,4% y Ter Stegen se quede en el 72,2%.

Otro parámetro para medir la flaqueza azulgrana en su área es la eficacia de evitación (porcentaje de acciones defensivas con finalización del rival que no acaban en gol), donde el Barcelona se sitúa el octavo de la Liga con un 93,7%, lejos de los tres primeros: el Atlético alcanza el 96,2%, el Madrid el 96,2% y el Sevilla el 95,6%. “Hemos hablado con el equipo para corregir los errores de posicionamiento”, apuntó Koeman tras el Granada. Pero más de lo mismo sucedió ante el Valencia y el Atlético está a la vuelta de la esquina, duelo capital para las aspiraciones ligueras.

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Solo dos francotiradores. La añoranza de Messi y el vestuario del Barça por Neymar tiene una explicación ofensiva, pues desde que el brasileño se marchara al PSG al acabar la temporada 2016-17, el Barça solo cuenta con dos jugadores que enfoquen la portería rival, pues no hay un tercero que al acabar el curso alcance los dos dígitos de goles en la Liga. Hace tres temporadas, Paulinho llegó a los nueve; hace dos fue Dembélé el que se quedó con ocho; en el ejercicio anterior Griezmann llegó a los nueve; y en esta, Dembélé cuenta con cinco raquíticos tantos y el siguiente es Ansu Fati, con cuatro, que está lesionado desde noviembre.

El problema es que ahora tampoco cuenta el equipo con Luis Suárez -19 dianas con el Atlético-, por más que Griezmann haya despertado en el tramo final y ya suma 12 tantos. “Pero nos falta otro goleador”, repiten desde el área deportiva como también lo reclamó Koeman al inicio del verano, frustrado su intento por contar con Depay (Lyon) porque no hay liquidez. Y tras Messi -que este lunes organizó un asado en casa con todos los integrantes de la plantilla para conjurarse frente al Atlético y lo que resta de curso- y el francés hay un páramo.

Resulta que Leo ha disparado 178 veces y en 91 ocasiones ha enviado el balón entre los tres palos (un acierto del 51,1%) y realizado 28 dianas, al tiempo que Griezmann se queda en 65 chutes y 32 a la portería (49,2%). Después, lejos ya, queda Dembélé (48 remates y 20 a puerta; 41,6%) y, ya en el horizonte, Coutinho alcanzó los 28 disparos, Trincão 23, Alba y Braithwaite 22, Pedri 20 -que tiene el segundo peor registro con 35% entre los tres palos y suma solo dos goles en la competición- y De Jong, 16. “Pero somos los que más ocasiones creamos”, señala Koeman con frecuencia. Y así es, pues el Barça ha realizado 536 remates y 229 a portería (42,7%) para firmar 80 goles. El Atlético ha hecho 396 disparos y 166 han ido entre los tres palos (41,9%) para marcar 61 tantos. El Madrid ha completado 489 remates con 159 para probar al portero (32,5%), y el Sevilla 398 remates con 128 entre los palos (32,1%). Lo mismo ocurre con la cantidad de remates para llegar al gol, pues al Barça le vale con 6,7 disparos, aunque el líder en la estadística es el Atlético, que solo necesita 6,5 chutes para llegar al festejo. Por detrás quedan el Sevilla (8,1) y el Madrid (8,4). Por lo que a falta de cuatro suspiros para acabar la Liga, el Barça se exige mejorar en las áreas para celebrar un título que hace unos meses le parecía una quimera.

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