El Betis resiste con 10 ante un flojo Athletic
La expulsión de Fekir a los 11 minutos aboca a su equipo a un empate trabajado (0-0)
El Betis se jugaba seguir pisando moqueta en la Liga y el Athletic solo intentar salir de la depresión, lo cual no es sencillo después de los fiascos de las finales de Copa. El partido parecía tener un guion previsible con esos dos argumentos, pero sucedió un imponderable. Fekir cometió un error muy grave a los 11 minutos. Su plantillazo a Unai Vencedor, revisado por el VAR, acabó en tarjeta roja.
Fue una entrada que pasó desapercibida a simple vista, pero que la máquina que todo lo ve, denunció. Tenía razón, y el Betis quedó condenado a jugar con diez el resto del partido, una fatalidad por culpa de una imprudencia. Le costó eso a su equipo, tener que jugar a remolque durante toda la primera parte.
No fue la primera imprudencia bética, porque unos minutos antes, Emerson se jugó un penalti en una entrada a destiempo a Morcillo que lo mismo pudo ser, que no. La bola cayó de su lado de la red. Penó el Betis, pero el Athletic llegaba con la condena de las dos finales perdidas, que pesan como la bola de un recluso, y eso se notó en su fútbol espeso. Aguantó el Betis con bastante solvencia, pero muy lejos de su manera de jugar al fútbol. No pudo dominar, sino que fue dominado, y tuvo que correr mucho detrás de la pelota. Tocaba picar piedra, y el equipo de Pellegrini sacó el pico para hacerlo, y así todo el partido. Trató de estirarse en los minutos iniciales de la segunda parte, con el vigor que le restaba. Pareció dominar al principio, y el VAR le sumió de nuevo en la incertidumbre por un gol anulado a Mandi por milímetros, pero después fue reculando y metiéndose en su área, mientras que los rojiblancos recuperaban el dominio.
Pero no estaba el Athletic para alegrías. Torpe dentro del área, lo intentó desde fuera, y sus mejores oportunidades llegaron en remates de Unai López, que cuando salió puso cierto orden, y Raúl García. Respondió las dos veces Claudio Bravo. Era un partido que sonaba a empate, aunque el instinto bético cuando pisa el campo contrario, pudo jugar en su contra primero, y a su favor después. En su último córner, ya en el descuento, dejó desguarnecida su zaga, y el contragolpe que condujo Unai López acabó en un disparo de Villalibre al larguero. Ya con el tiempo pasado, otra vez se lanzaron los béticos al área rival como si no hubiera un mañana, que no lo había, y Laínez recogió una pelota suelta que despejó Unai Simón. El partido acabó ahí, con un empate muy trabajado.
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