_
_
_
_
_

Rotundo despegue de Nadal en Montecarlo

Tras dos meses sin jugar, el campeón de 20 grandes luce piernas en la apertura de la gira de tierra contra Delbonis: 6-1 y 6-2, en 1h 20m. Este jueves se enfrentará en los octavos al búlgaro Dimitrov

Nadal saca durante el partido contra Delbonis en Montecarlo.
Nadal saca durante el partido contra Delbonis en Montecarlo.ERIC GAILLARD (Reuters)

Al pobre Federico Delbonis se le juntó todo. Venía tocado, con una cinta compresora envolviéndole el rotuliano derecho y otro vendaje rodeándole la rótula de la misma rodilla. Y, para colmo, la peor de las suertes porque enfrente estaba Rafael Nadal, en una de las pistas predilectas del mallorquín, y este con ganas de marcar territorio en una puesta de largo traducida en toda una declaración de intenciones: aquí mando yo. Quedó muy claro. Nadal, la tierra y Montecarlo, letal combinación para cualquiera. El infortunio de los infortunios para el argentino, resignado y que, sabedor de su más que probable destino, guerreó como pudo, lo poquito (muy poquito) que le permitió su rival: 6-1 y 6-2, en 1h 20m.

Más información
Nadal
Nadal, ante un asalto insólito a la tierra
Toni Nadal
Toni Nadal se alía con Félix Auger-Aliassime

En media hora, el español ya había cerrado el primer set. A prori, Delbonis era una buena piedra de toque para calibrar si las buenas sensaciones adquiridas durante los dos últimos meses de pretemporada, en el intervalo del Open de Australia hacia la estación de arcilla, tenían continuidad en el primer ensayo con fuego real. Y así fue. La “confianza” que transmitió el de Manacor en la previa del torneo se prolongó en una primera cita que al inicio apuntaba a aperitivo y luego sí le ofreció lo que más le interesaba; esto es, algo de ritmo y un cuerpeo mínimo con el argentino (30 años, 87º del mundo) para verificar los biorritmos. A tenor de lo visto, y después de 56 días sin competir, estos son más que positivos.

Fue una jornada placentera, a pedir de boca. Eso sí, desangelada, sin aficionados. Hacía fresquito en Mónaco, donde Toni Nadal, ahora aliado con Félix Auger-Aliassime, apeado en la primera ronda, no quiso perderse el estreno de su sobrino y lo presenció desde la balconada. Debió de gustarle lo visto. Nadal, de lila Real Madrid en la indumentaria, le pegó bien a la bola, encontró profundidad con la derecha y aceleración con el revés; testó con éxito la defensa, sirvió correctamente y, sobre todo, regresó a la acción con absoluta naturalidad en los movimientos. Piernas y más piernas para todo. A partir de ahí, disfrute, y Delbonis remando y remando para, al menos, proponer un minúsculo nudo al recortar en la segunda manga del 3-0 al 3-2. Lo sorteó sin ningún tipo de apuro el balear y este jueves (hacia las 15.00, #Vamos) se medirá al búlgaro Grigor Dimitrov (7-6(3) y 6-4 a Jérémy Chardy).

”En realidad, desde que volví de Melbourne no he estado parado casi ningún día. Tuve que frenar algunas semanas por la espalda [en Australia fue sometido a una infiltración cervical], pero seguí yendo al gimnasio”, contestó cuando le preguntaron sobre la pausa entre el 17 de febrero, cuando cedió en los cuartos de Australia contra Stefanos Tsitsipas, y la reaparición de ayer. “A estas alturas de mi carrera, si paras luego cuesta mucho trabajo poner en forma el cuerpo; por eso, debo buscar un equilibrio adecuado y hacer las rutinas diarias para estar listo”, continuó Nadal, que persigue su duodécimo título en Montecarlo y quitó hierro al susto de dos días atrás, cuando se anunció el positivo de Daniil Medvedev, con el que había compartido entrenamiento.

“Yo sí me voy a vacunar”

“Nunca estuve a menos de cuatro metros de él, excepto cuando nos acercamos para saludarnos”, explicó antes de pronunciarse, porque así se le planteó, sobre la vacunación: “Es la única manera de salir de esta pesadilla que estamos sufriendo desde hace más de un año. Siempre hay noticias que van saliendo, cosas que van sucediendo… Pero sin fijarnos en el pequeñísimo porcentaje, fijándonos en el interés general, que es lo que nos tiene que mover cuando hay tanta gente que está sufriendo, lo lógico es hacerlo. Yo sí voy a vacunarme”.

Antes de que él interviniera, Novak Djokovic superó con nota la envenenada prueba de Yannik Sinner, uno de los jóvenes que más alto apuntan y con hechuras de magnífico jugador. El italiano, de 19 años, suponía un escollo más que considerable para abrir boca, pero el número uno logró resolver el estreno con comodidad (6-4 y 6-2) y se enfrentará este jueves a Daniel Evans.

Durante el duelo, uno y otro exhibieron lo que son: el serbio, un fuera de serie que este año ha ganado los 10 partidos que ha jugado y que gobierna con soberana autoridad; el otro, un fabuloso proyecto que está en camino y que, pese a su juventud, ya es capaz de tutear en los peloteos a quien sea y donde sea, llámese Djokovic o el mismísimo Nadal, como ya hiciera en el cruce contra el español en el último Roland Garros.

Sin titubeos, Nole (33 años) arrancó el torneo con el turbo activado, intimidando con el revés y la dejada, recurso en el que como viene siendo habitual en los últimos tiempos, insistió una y otra vez. Le salió bien la apuesta y aplacó la impetuosa réplica del italiano, desinflado conforme el de Belgrado empezó a imprimirle más y más ritmo al partido. Djokovic cerró el primer parcial al resto y en el segundo, con Sinner intentando coger aire entre los intercambios, siguió impartiendo la lección. Es decir, el chico no se fue de vacío. Consciente de hasta dónde puede llegar, también comprobó que en el trayecto necesitará ganar varias marchas para desbancar a la vieja guardia.

BAUTISTA Y CARREÑO, TAMBIÉN ADELANTE

Junto a Nadal, también progresaron a los octavos Roberto Bautista y Pablo Carreño, uniéndose los tres al malagueño Alejandro Davidovich, que el martes había sellado el pase y este jueves se topará con el francés Lucas Pouille.

 

En su 31º cumpleaños, Bautista rindió por 6-3 y 6-4 al estadounidense Tommy Paul y tiene una cita con Andrey Rublev (6-3 y 6-2 a Salvatore Caruso), mientras Carreño, reciente campeón en el Andalucía Open, se deshizo del ruso Karen Kachanov (6-2 y 6-3) y afronta al noruego Casper Ruud (6-3 y 6-2 a Diego Schwartzman).

Puedes seguir a DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_