Muniain y Merino, de pamplonica a pamplonica
Los navarros Muniain, del Athletic, y Merino, de la Real Sociedad, son piezas fundamentales para el centro del campo de uno y otro equipo
Cuando Luis Enrique dio su última lista de convocados para los partidos de la selección española frente a Grecia, Georgia y Kosovo, a muchos les sorprendió la ausencia de Mikel Merino (Pamplona, 24 años). En San Sebastián, sin embargo, que su centrocampista de referencia no apareciera en los planes del seleccionador fue la mejor noticia que podía llegar desde Las Rozas. El futbolista navarro, pieza clave en la Real Sociedad, tendría así más tiempo para preparar la final de Copa de este sábado. Además, Imanol tenía un plan específico para él. Después del partido frente al Barça acabó con molestias en la espalda. El viaje con la Roja hubiera supuesto un contratiempo para la Real, que le ha tenido entre algodones.
Cuando las fuerzas fallan, a Mikel le queda una carrera más; cuando hay que meter el pie, ahí está el navarro para hacerlo. Si hay que empujar hacia el área rival, siempre se ofrece voluntario. Le gusta estar en la pelea, una labor que no esconde sus fundamentos técnicos. Es un centrocampista de largo recorrido, de área a área, con recursos de defensa central y apuntes de delantero centro. En la presente temporada ha marcado dos goles y ha dado cuatro asistencias. Además, por su físico, es capaz de ganar bastantes duelos por alto.
Cuando llegó a la Real despertaba muchas dudas después de su paso por el Newcastle y el Borussia Dortmund, aunque Roberto Olabe vio claro su fichaje, algo que no contempló de la misma forma —una mala apuesta—, la secretaría técnica del Athletic, que después de darle muchas vueltas acabó por descartar la llegada del futbolista nacido en Pamplona. Como su paisano Iker Muniain (28 años), que lleva ya doce temporadas en el Athletic y ha vuelto a ser una de las piezas en las que se apoya Marcelino García desde que llegó al club rojiblanco. Son de la misma ciudad, aunque la vida deportiva de Merino estuvo ligada desde siempre a Osasuna, el equipo en el que jugó su padre Miguel, y la de Muniain al Chantrea, equipo convenido del Athletic, al que llegó con apenas 13 años.
El futbolista precoz, que ya lleva más años en Bilbao que en Pamplona, ya se entrenaba con Joaquín Caparrós cuando el Athletic llegó a la final de Copa de 2009, y sufrió las derrotas en 2012 (Copa y Liga Europa), y 2015. Ya sabe lo que es una final, le sobra experiencia.
Muniain se encontrará en el medio campo con Merino, después de sumar números similares en su trayectoria hacia la final. El rojiblanco y el blanquiazul han jugado seis partidos, y el capitán del Athletic supera en pocos minutos al realista (476 por 469). Ambos han marcado un gol, y si el bilbaíno entró en contacto con el balón 367 veces, el donostiarra lo hizo en 371. Los pases buenos de Muniain fueron 256 (87,9%) y los de Merino 264 (72,3%). Los duelos ganados por ambos fueron casi similares: 58% para el primero, 55,6% para el segundo, aunque el realista disputó bastantes más (108) que el rojiblanco (69). A Muniain le hicieron 13 faltas (3 cometidas) y a Merino, 10. Cometió 14.
Final con sabor navarro
Los datos se resetearán el sábado. Una final es diferente. Lo saben ambos. “Saber gestionar la presión es fundamental y nosotros somos un equipo joven sin mucha experiencia a este nivel, aunque tenemos jugadores como Silva o Monreal que sí lo han vivido y nos pueden dar tranquilidad”, apunta Merino, y replica Muniain: “El equipo lo está viviendo todo con muchísima ilusión y también con tranquilidad. Sintiendo todo el apoyo que brinda la gente desde sus casas, cuando vas por la calle, con mensajes, pero a su vez aislándose y centrándose en trabajar, en hacer ajustes que nos permitan poder ganar ese partido tan importante”.
Dos pamplonicas pueden decidir una final de Copa con marcado sabor navarro —ambos equipos reúnen a nueve: cuatro los txuriudin, cinco los rojiblancos—, que divide al País Vasco y que trasciende incluso al Gobierno. “Me pondré la camiseta del Athletic”, dice la ministra de Asuntos Exteriores, González Laya, guipuzcoana de Tolosa. “Soy uno de esos bichos raros. Gipuzkoa es el mejor lugar del mundo, pero yo, en fútbol, soy del Athletic. Así que bizi ametsa [a vivir el sueño, lema rojiblano] y que tengan mucha suerte”.
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