“El fútbol es de los futbolistas, los técnicos solo ayudamos”
Athletic y Real Sociedad jugarán el próximo sábado una final de Copa inédita, una cita sublime para el fútbol vasco. Los técnicos de los respectivos filiales, Joseba Etxeberria y Xabi Alonso, conversan con el exseleccionador
La cuarta final de Copa entre clubes vascos, primera entre el Athletic y la Real, comienza a jugarse entre dos leyendas de ambos equipos y en la actualidad entrenadores de sus respectivos filiales. De rojiblanco, Joseba Etxeberria (Elgoibar, 43 años), tercer jugador de la historia del club bilbaíno con más partidos disputados (514), tras Iribar (614) y Txetxu Rojo (541). De blanquiazul, Xabi Alonso (Tolosa, 39), hijo de uno de los históricos de la Real —Periko Alonso— y quizá el canterano realista con más proyección internacional tras su paso por el Liverpool y el Bayern. Xabi se pensaba este pasado martes una oferta para entrenar al Borussia de Mönchengladbach que finalmente descartó para renovar con la Real. De árbitro-moderador, Vicente del Bosque. La cita es en Mondragón, a mitad de camino entre sus respectivas residencias. Terreno neutral.
Del Bosque. Vosotros representáis perfectamente a los dos clubes y ahora sois los entrenadores de los dos filiales. ¿Qué sensaciones tenéis ante la final?
Xabi Alonso. Para la Real es una final muy deseada. Volver a luchar por un título tantos años después se había convertido en una gran ilusión. Con la espera de un año, el deseo es aún mayor. Esta final recompensa mucho el trabajo hecho estos años en Zubieta. No se puede hablar de favorito.
Joseba Etxeberria. La verdadera pena es que vaya a celebrarse sin gente. Para el Athletic viene a reafirmar también el trabajo bien hecho. Y en muy pocos kilómetros a la redonda tenemos al Eibar, Alavés, Osasuna, que están compitiendo con los mejores. Le doy un 60 por ciento al Athletic y un 40 a la Real.
D. B. ¿Por qué os habéis convertido en técnicos? ¿Cuáles son vuestras inquietudes?
J. E. En los últimos años de jugador comencé a analizar a los equipos y la posibilidad de entrenar me estaba empezando a gustar. No pensaba que me iba a gustar tanto, la verdad. Empecé seriamente a los dos años de dejar de jugar. He tenido la suerte de vivir en un mismo año la diferencia entre categorías. Estaba en Tercera con el Basconia, después en Segunda B con el Amorebieta y acabé en Segunda con el Tenerife. No sé si me gusta más entrenar que jugar, pero lo que hago ahora me gusta mucho y aprendo mucho.
D. B. Ser entrenador de un filial tiene un punto distinto a dirigir a otros equipos. Normalmente hay una metodología de trabajo. Vosotros miráis por el equipo y por el club, pero a lo mejor otros solo miran por el club. ¿Tenéis consignas determinadas en cuanto a sistemas de juego, modelo de trabajo, o vais por libres?
X. A. En nuestro caso no hay consignas, pero sí hay un proyecto y tienes que seguir sus líneas. Hay líneas de sucesión. En Zubieta se tiene claro lo que se quiere para el primer equipo y a esa idea te tienes que adaptar y la tienes que sentir. Luego, tienes libertad para desarrollar tus ideas, tus pequeñas modificaciones.
J. E. La filosofía en el Athletic es parecida. Tenemos un estilo de juego muy definido. Una idea instalada a nivel social. Un fútbol muy dinámico, muy rápido, con mucha intensidad. Un poco como ha sido en gran parte de la historia. Dentro de ese patrón, tenemos autonomía para decidir los sistemas, los jugadores, la planificación del año. Hay unas pautas, pero con libertad.
X. A. Lo que queremos es ayudar al futbolista a que sea mejor. Luego, los buenos seguro que van a poder jugar en cualquier sistema y con diferentes entrenadores. El jugador bueno se sabe adaptar, sabe aprender y sabe conseguir que sus cualidades sean lo más eficaces posibles. Ayudar a mejorar a los jugadores está siendo muy enriquecedor. Ver jugadores que trabajan contigo y pasan al primer equipo es gratificante.
J. E. El hecho de verlos crecer, acompañarlos en ese camino y verlos en Primera te llena mucho.
D. B. No hay que ser un bendito, ni un santo, sino un tipo normal. La normalidad es tratar bien a los chavales. También tenemos la función de educarles. Muchos no van a llegar a nada y también tienen derecho a equivocarse. No los podemos marginar o echarlos.
X. A. Ese es el gran reto, llevar al complicado. Al que es fácil no hay problema. Tienes que hacer el esfuerzo con quien más le cuesta. Ahí es donde tienes que depositar tu energía. Si consigues que ese aprenda, madure de forma natural, eso es lo más grande.
J. E. Se dice que a todos hay que tratarlos por igual y eso es mentira. Detrás de cada futbolista hay una persona y cada uno es diferente. El secreto del entrenador es llegar y convencer. Va a salir una minoría, por eso lo importante en la formación es que esos jugadores que no llegan al primer equipo hayan disfrutado de ese proceso, que les apetezca ir a San Mamés. Que se sientan parte del club y orgullosos de que ellos han ayudado también a los que han tirado para arriba.
X. A. Tenemos suerte de estar en dos clubes que apuestan por la cantera. Los jugadores lo ven. Es una gran motivación.
D. B. Lo importante es que los jugadores crean en vosotros, que les transmitáis credibilidad. Un entrenador tiene que ser exigente, pero hay que tener cuidado con el que está más desviado. Hay que volcarse con ese.
J. E. Al final, Lezama y Zubieta son centros de alto rendimiento. Necesitamos jugadores competitivos, pero también es importante la estabilidad. Que no se vea en el club que todo el mundo va dando bandazos. No es de un año para otro. Es un proceso largo.
D. B. Quizá sea un asunto un poco lírico, pero tenéis señas de identidad claras de cómo queréis que sean vuestros equipos.
X. A. Para que ellos mejoren y se desarrollen intentamos ser protagonistas. Valientes. Tenemos un espejo muy claro en el primer equipo y es donde nos miramos para mejorar y llegar a esa idea. Dominar los diferentes tiempos, crecer con el balón. No esperar y buscar que te vengan a buscar para encontrar huecos… Ahí no estamos cómodos. Eso es lo que intentamos transmitir y ellos lo sienten así. Y así nos vamos definiendo como equipo. Es la idea que yo siento y la que quiere el club.
J. E. Intento transmitir lo que sentía como futbolista. He conocido entrenadores que decían que ellos como futbolistas no jugarían en sus equipos como entrenador. Como técnico me ratifico en lo que sentía como jugador. En mis equipos es innegociable que sean muy intensos, que el balón vaya muy rápido porque eso te va a permitir ir a más. En lo posible, atacar y defender hacia delante.
X. A. Joseba era delantero, yo era centrocampista y he ido asimilando la experiencia desde mi posición. He ido formándome una personalidad que se plasma en cómo soy como entrenador. Veo el fútbol más desde el control, desde cómo dominar la situación y ver todo lo que pasa a tu alrededor…
J. E. Y yo soy más de vértigo. Lo bueno del fútbol es eso. Caben todos los estilos.
D. B. Le dais muchas vueltas a los partidos, a los entrenamientos. Hay técnicos que, aunque sean muy buenos, son un poco enrevesados. Yo procuré ser lo más simple posible y cuanto más simple, creo que eres más moderno.
J. E. Creo mucho en el entrenamiento. Todo se entrena. El estilo, la mentalidad, la competitividad. Le doy mucha importancia al día a día. Los técnicos tenemos que darle muchas vueltas para que al jugador le llegue simplificado.
X. A. La improvisación ya se ha acabado. Las distintas generaciones que vamos entrando nos vamos quitando las botas, las camisetas… tenemos otras normas. Tengo en cuenta que, al ser jóvenes, además de sus cualidades técnicas y físicas, ellos desarrollan su propio criterio. No es decirles tenéis que hacer esto y ya está. Es mejor que ellos vayan leyendo lo que tienen que hacer, repasen el partido, tengan su propio criterio. No es hacer lo que te diga el entrenador, son ellos los que tienen que jugar y tomar las mejores decisiones. Eso es lo que les hará mejores jugadores.
J. E. Estamos para ayudarles. El fútbol es de los futbolistas. Nosotros tenemos que tener un plan para ayudarles a competir, pero la clave está en la toma de decisión del jugador, aunque tenga una idea, un plan y una marca.
D. B. Siempre he creído mucho en la técnica. A Xabi, que le tenido como jugador, cuando él tocaba el balón, disfrutaba de su toque. Disfrutaban con el balón. En la selección, salían los Xabi, Xavi, Iniesta y se ponían a tocar el balón con el interior y yo escuchaba ese toque y me gustaba. Yo disfrutaba con ese sonido. A algunos nunca los veías en ese grupo y yo pensaba para mí si sería que no les gustaba el fútbol…
X. A. Luis Aragonés decía que el balón tiene música. Cuando él escuchaba los rondos, antes del entrenamiento, siempre decía eso. Tac-tac-tac…
D. B. ¡Qué bueno…!
J. E. La clave del juego es el balón. Nos ha gustado siempre el fútbol desde el balón. En el patio, en el recreo… había un balón.
X. A. Sin técnica no hay táctica. Primero tienes que ser bueno y tienes que saber dominar el balón para que luego pasen cosas. Si el balón no hace lo que tus pies quieren o la cabeza manda… no va a salir todo lo demás.
J. E. Pero, claro, necesitas jugadores técnicamente buenos para que la cabeza vaya mejor.
D. B. El equilibrio entre la técnica, el talento y el orden…
J. E. Si tú quieres jugar rápido y no tienes centrocampistas técnicamente buenos y con clase, es mucho más difícil. Y más ahora que hay tanta igualdad, tanta información, la sala de máquinas del centro del campo es clave. Te ayuda a estar equilibrado, te ayuda a jugar rápido.
D. B. El centrocampista siempre tiene la mentalidad de no estar parado, de aparecer. Cuánta más gente en movimiento tengas en tu equipo, mucho mejor para el poseedor del balón. Si tienes jugadores que juegan andando, muy parados, muy parados, es malo para el equipo.
J. E. De hecho la tendencia del fútbol actual es tener atletas que jueguen bien al fútbol.
X. A. ¿Atletas? No… Hay que tener jugadores que sean muy buenos físicamente, no atletas…
D. B. Hay jugadores delgaditos y pequeñitos que son muy fuertes. Los hemos conocido todos...
J. E. Iniesta es un atleta.
D. B. Es cierto que vuelve una tendencia hacia el físico, pero no hay una receta única de decir este es quien vale y este no.
X. A. Está claro que ahora los grandes equipos poderosos que están dominando más son muy fuertes físicamente.
D. B. El Chelsea barrió físicamente al Atlético. No le dejaron, imposible…
J. E. Es la tendencia. Hay que ser intensos. Sin balón, cuanto menos dejes pensar al rival y más le presiones más tiempo vas a tenerlo tú. Hay que ir a robar o provocar errores. Con el balón, si tienes la capacidad de moverlo de un lado para otro, eso impide muchísimo el plan defensivo del rival.
D. B. Os veo con la decisión e ilusión necesaria para seguir en el fútbol y hacer una carrera larga como entrenadores. El fútbol es para disfrutar, no para sufrir.
J. E. Es un proceso de aprendizaje diario. La clave es disfrutar e intentar ayudar a los jugadores.
X. A. No sé si lo decía Cruyff, lo más bonito del fútbol es jugarlo y lo demás entrenarlo. Cuando jugaba me preguntaba si me gustaría entrenar… y me gusta.
Xabi Alonso y Joseba Etxebarria, dos niños en las últimas victorias coperas de sus equipos
Cuando el Athletic (83-84) y la Real (86-87) ganaron sus últimas finales de Copa, Joseba y Xabi caminaban por los seis años de vida mes arriba, mes abajo. Apenan tienen recuerdos de esos partidos. Xabi tiene grabado en su cabeza un cántico de la afición donostiarra en La Romareda antes de la tanda de penaltis. “Vi años más tarde las imágenes. ‘¡No pasa nada, tenemos a Arconada!’. Surgió una leyenda de aquella final. Como jugador gané cuatro finales. Las dos con el Real Madrid fueron contra el Barça en 2011 y 2014. La primera era el año que el Barça estaba jugando muy bien y nosotros, no tanto. Hablamos y salimos a competir y a jugarles de tú a tú, a nuestra manera. Fue el gol de Cristiano en la prórroga. En 2014 repetimos en Mestalla con el gol de Bale”.
De las ganadas con el Liverpool y el Bayern quedó impresionado por el ambiente. “En Inglaterra, la FA Cup tiene a bien ser la competición más antigua de la historia. La liturgia prepartido y la ceremonia antes de empezar me llamaron especialmente la atención. Muy solemne, muy británica. La final con el Bayern fue contra el Dortmund y parecía una final de la Champions. La mitad de la grada de un color y la otra mitad, de otro”.
Del Bosque recuerda de manera entrañable la final que jugó con el Castellón en 1972. “Fue inesperado y jugamos contra el Athletic, el rey de Copas entonces. Fue un partido emocionante, tremendo para nosotros que éramos chavales de 20 años. Algo inolvidable a pesar de la derrota. Tampoco se me va de la cabeza la derrota del Centenariazo contra el Deportivo en 2002. Fue duro”.
Joseba se contenta con haber jugado una final. “Afortunadamente el Athletic sí ha podido disputar otras finales, ganar dos Supercopas. La sensación es que es algo contagioso. A pesar de perder la final de 2009 contra aquel Barça, que era invencible, todos nos convencimos de que se podían jugar finales y que, a pesar de nuestras limitaciones, por la filosofía de solo jugar con futbolistas de la casa, se podía estar entre los mejores”.
El nuevo formato de competición de la Copa se convierte en tema de conversación. Joseba defiende el partido único y Xabi recuerda que con este modelo el Alcoyano puede derrotar al Madrid. Del Bosque exige un punto más de igualdad: “A pesar de que soy un hombre criado en el fútbol de base, no soy muy partidario de que se tenga que jugar siempre en el campo del rival en teoría más débil. Parto del principio de igualdad y que solo se juegue en un campo no lo contempla en su máxima expresión. En Inglaterra se sortea el campo”.
Xabi apostilla: “Allí es sorteo puro. Juegas donde te toca, pero se reparte el importe de la taquilla entre los dos clubes al 50 por ciento. El Liverpool, normalmente, cuando jugaba contra un equipo de menor categoría renunciaba a su porcentaje para ayudar al otro”.
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