La afición del Athletic reza a San Mamés

Mamés de Cesarea fue un mártir arrojado a los leones del circo romano, que no le atacaron. Uno de ellos se quedó con él como compañero. Eso cuenta la tradición, claro, que suele estar alejada de la realidad. Sin embargo, la leyenda atravesó los tiempos y se instauró en una capilla justo enfrente de San Mamés. De allí sacó en 1923 Tomás Isasi, un periodista del diario bilbaíno El Liberal, y que firmaba sus crónicas como Rolando, el apodo de los jugadores del Athletic. Y en la centenaria historia del club bilbaíno, quien más se ha identificado con el rey de la selva fue Piru Gainza. Su mirada felina, sus movimientos elegantes, su pelo peinado hacia atrás y hasta su nariz chata le daban aspecto de león.

Ahora, con motivo de la final de Copa, los comerciantes del centro de Bilbao han inaugurado una exposición en la que destaca una capilla con la imagen de San Mamés, con el león a sus pies, y la fotografía más icónica de Agustín Gainza, subido a hombros por Eneko Arieta, levantando la Copa de 1956, ganada en el Bernabéu al Atlético de Madrid (2-1), con Arteche sujetando la peana y Daucik, con su sombrero, agarrando la pierna zurda del capitán, como si fuera la toma de tierra del rayo que cae a través del trofeo. Un altar con los símbolos del Athletic.

Lo más significativo del montaje es el reclinatorio, junto a las velas, para rezar por la victoria en la final del sábado contra la Real Sociedad. “Creamos y generamos ambiente ante una oportunidad histórica para ganar un título de nuevo. El Athletic da mucho a la ciudad y a su área comercial y todos los esfuerzos giran en torno a generar ambiente para animar al equipo”, asegura el gerente de Bilbao Centro. Rezar es un plus, según los comerciantes.

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