España acaricia los cuartos del Europeo sub-21 tras empatar con una Italia desquiciada
El equipo de De la Fuente no pasa del 0-0 ante un rival que acabó con dos expulsados por segundo parido consecutivo
España sub-21 se reencontró este sábado con el rival que más problemas suele darle: Italia sub-21. Los italianos necesitaban sumar puntos para no quedar eliminados en la fase de grupos del Europeo que se disputa en Eslovenia. La tensión se reflejó desde el primer minuto. Fue un duelo táctico primero y desesperado después. Lo que parecía una situación controlada por Italia acabó desquiciada con las rojas a a Scamacca y Rovella. Por segundo partido consecutivo Italia terminó con nueve jugadores. España, con diez por expulsión de Mingueza, acorraló a su rival en el último cuarto de hora. Un tiro de Puado que desvió Carnesecchi cuando había transcurrido el tiempo reglamentario, desembocó en el 0-0. El empate obliga al equipo de De la Fuente a conseguir al menos otro empate el próximo martes ante República Checa. Bastará con un punto para situar a España en la fase final del torneo que se dirimirá entre finales de mayo y principios de junio.
Italia impuso sus viejas condiciones. Con cinco defensas de mucho oficio resguardos por tres volantes atentísimos, el campo italiano fue un territorio impracticable en el que España perdió pelotas que rápidamente acabaron en Cutrone y Scamacca. La maniobra se repetía con regularidad y con el mismo efecto inquietante para los defensores. Scamacca, un nueve que es un tallo, recibía el pase largo y se revolvía con agilidad para jugar con Cutrone, que le devolvía la pelota en el área. Guillamón y Cuenca, los centrales españoles, no tuvieron un instante de tregua. Guillamón, con tarjeta amarilla, pareció vulnerable a ojos del seleccionador. De la Fuente lo sustituyó por Mingueza, que debutó con España con una gran actuación hasta que el árbitro lo expulsó por error: pensó que le había dado un cabezazo a Rovella en la trifulca que sucedió a la segunda amarilla de Scamacca, a diez minutos del final.
El juego de Italia fue un ejercicio pesado que amenazó con desgastar la moral de hombres como Villar y Manu García, obligados a vivir sin suministros, sin tiempo, sin espacio, y sin muchas esperanzas de abrir brecha. Estaban desposeídos los centrocampistas de la pelota y atribulados los centrales con tanto mano a mano. En una salida, Cuenca se entendió mal con Guillamón. La pelota acabó en los pies de Frattesi, que puso a pruebe los reflejos del portero. Álvaro Fernández, meta del Huesca, respondió como un gato. Fue en antes del descanso, y fue la ocasión más limpia de Italia.
Italia había sido la única selección que logró ganarle a España en el último Europeo de la categoría, en 2019. Esta vez, durante más de una hora, lo hizo todo bien ante un adversario que no conseguía entrar ni por adentro ni por afuera. A Italia no la sacó de quicio España sino la tentación de especular. Informados de que República Checa y Eslovenia habían empatado (1-1) en el otro encuentro del Grupo, los jugadores procuraron dormir el partido. Rovella, un mediocentro notable, empezó a jugar todas las pelotas con sus centrales. En eso estaban cuando Scamacca se volvió a exceder en el empleo de los brazos y le soltó un manotazo a Mingueza. El árbitro lo expulsó y, por muy poco, Italia no acaba derrotada después de un intenso asedio.
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