Bale brilla contra el Burnley
El galés del Tottenham marca dos goles y da una asistencia, algo que no hacía en un mismo partido desde 2015, en una jornada en la que se frenaron United, Leicester, West Ham y Chelsea, los perseguidores del City
Siete meses han tardado los preparadores físicos del Tottenham en devolver a Gareth Bale a su máximo potencial. El galés posee una complexión física tan robusta y una osamenta tan pesada que a sus entrenadores siempre les resultó complicado ponerle a punto. A los 31 años y tras una temporada prácticamente inactivo entre 2019 y 2020, la dificultad se multiplicó. Ante el Burnley el jugador cedido por el Madrid constató que levanta el vuelo. Hizo dos goles y dio un tercero con un pase largo y preciso a Harry Kane, en la goleada (0-4) de su equipo al 15º clasificado de la Premier. La última vez que Bale hizo dos goles y dio una asistencia fue el 29 de agosto de 2015, en el Bernabéu contra el Betis (5-0).
El regreso de Bale a la plenitud física, si es que finalmente se ha producido, será bienvenido por José Mourinho. El técnico del Tottenham ha visto que en los últimos meses el equipo se le descuelga, presa de un bloqueo general. Ahora es 8º, a cinco puntos del 5º, puerta de entrada a las competiciones europeas, actualmente ocupada por el Chelsea, que empató (0-0) con el United en Stamford Bridge y completó una jornada en la que el Arsenal se impuso al Leicester (1-3) provocando que los cuatro perseguidores del líder perdieran puntos. Atascados United, Leicester, West Ham y Chelsea, la vía del Manchester City hacia su séptima liga está expedita. Con su triunfo sobre el West Ham el sábado (2-1), el equipo de Guardiola sumó su 20ª victoria consecutiva en todos los torneos y ya cuenta con 12 puntos de ventaja sobre el United, el segundo de la tabla.
“Cuando marcas en el minuto dos las cosas se vuelven más fáciles”, dijo Mourinho, en referencia al 1-0 de Bale y cómo permitió a sus jugadores lucirse en el contragolpe. “Gareth es un tío muy experimentado. Conoce su cuerpo mejor que nadie. Sabe que aquí todos estamos para ayudarle a ser un futbolista feliz. Ningún entrenador en el mundo dejaría fuera del equipo a Gareth si estuviera al máximo de su potencial. Ahora su condición física es muy buena. Veremos cómo se siente mañana y pasado mañana, y tomaremos las decisiones partido a partido”.
Dice Graeme Souness que esta es “la temporada más extraña” que recuerda y la suya es una memoria que se proyecta hasta la posguerra. La ausencia de público en los estadios, el calendario sobreexplotado para cumplir con todos los compromisos televisivos postergados, genera distorsiones difícilmente analizables con los parámetros previos a la pandemia. En este fútbol de sucesos inauditos, el Tottenham ha visto cómo paga 10 millones de euros netos por los servicios de un jugador, Bale, que, entre problemas físicos y dudas futbolísticas se quedó sin jugar ni un minuto en 18 de los 30 partidos que ha disputado el equipo este curso en todos los torneos. Ahora, a dos semanas de la entrada de la primavera, el hombre florece con cuatro goles y tres asistencias en los últimos cuatro encuentros: dos partidos de Liga Europa contra el Wolfsberger, y dos de liga, uno contra el West Ham y otro contra el Burnley cuyos highlights le alumbrarán festejando su hazaña gracias a dos asistencias de Heung-min Son.
“Estoy en el nivel que quería estar”, dijo Bale tras el partido. “Me voy acercando. Ha llevado tiempo pero estoy contento. Voy mejorando físicamente y cogiendo confianza. Es lo que se ha podido ver en los últimos partidos”.
Bale devuelve esperanzas a la sufrida afición del Tottenham, que ve que el acceso a la Champions se antoja como la escalada de una pared extraplomada. Más difícil todavía lo tiene el Arsenal de Arteta, que pese a su victoria en Leicester se afinca en el puesto 10º de la clasificación sin que su juego evolucione tan rápido como el tiempo que corre en su contra. Este domingo el Arsenal cedió el 1-0 tras un error de Xhaka y logró remontar a partir de una falta lateral muy bien cabeceada por David Luiz y un penalti ejecutado por Lacazette al filo del descanso.
El espectáculo de Tuchel
En Stamford Bridge el Chelsea de Tuchel volvió a completar un partido sin recibir goles a costa de aburrir a los hinchas que no disfruten de otra cosa que no sea de la presión tras pérdida. Si el espectáculo debe ser el gegenpressing, entonces el Chelsea es un equipo espectacular en el que Kanté impidió que Bruno Fernandes jugara en paz; Azpilicueta sacó de quicio a Rashford; y Mount ahogó a McTominay hasta perpetuar un 0-0 que los libros de historia evocarán como una forma de anulación recíproca asegurada. Como quiera que sin hinchas los futbolistas se muestran más inclinados a obedecer a los entrenadores porque no hay público que los empuje a otra cosa, el resultado encajó a la perfección con los tiempos que corren. Ante la duda, los jugadores emplean su energía en aquello que les parece menos oneroso: se desmarcan menos y presionan más.
El útimo partido de la jornada se disputó en Sheffield. Ganó el Liverpool (0-2) y rompió su mala racha tras cuatro derrotas seguidas en la Premier. La victoria coloca al conjunto de Klopp en 6ª posición, a un punto del Chelsea.
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