La olímpica Seiko Hashimoto acepta presidir los Juegos Olímpicos de Tokio

La presidencia del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio da un giro radical: de un varón octogenario a una mujer de 56 años. Tras la dimisión el pasado viernes de Yoshiro Mori, de 83 años, debido a unos comentarios considerados sexistas, la ministra de los Juegos, Seiko Hashimoto, casi treinta años más joven que él, será quien ocupe el cargo. Hashimoto tendrá apenas cinco meses -los Juegos están previstos entre el 23 de julio y el 8 de agosto- para poner todo a punto y lanzar una competición marcada por el coronavirus y la polémica de su predecesor.

La ministra, una de las dos mujeres responsables de carteras en el gabinete del primer ministro Yoshihide Suga, sonaba la pasada semana como posible candidata. Según la agencia de noticias Kyodo, ya ha aceptado el puesto. Aparte de su carrera política, Hashimoto ha sido olímpica siete veces; cuatro en la categoría de patinaje de velocidad en Juegos de Invierno –ganando la medalla de bronce en Francia en 1992-, y tres en la de ciclismo de pista en los de Verano.

Aunque Hashimoto había dicho en múltiples ocasiones que no estaba interesada en abandonar su actual cargo para reemplazar a Mori, finalmente ha acabado aceptando, publica el diario The Japan Times. Mori, de 83 años, primer ministro de Japón entre 2000 y 2001, realizó unas polémicas declaraciones el pasado 3 de febrero, criticando que las reuniones de ejecutivos con muchas mujeres se demoran demasiado.

“Cuando aumentas el número de mujeres, si su tiempo para hablar no es limitado, tienen dificultad para terminar, lo que es muy molesto. Las juntas se hacen larguísimas. Les encanta competir a una contra otra”, declaró en un encuentro del Comité Olímpico de Japón en el que justamente se debatía aumentar la cuota femenina -solo hay cinco mujeres entre sus 24 miembros; y en la directiva del comité organizador que presidía Mori, solo siete de 36-, lo que provocó un torrente de críticas. Aunque luego se retractó de sus comentarios y se disculpó (“estoy profundamente arrepentido”, dijo), se negó a dimitir inicialmente, para después aumentar la polémica al asegurar que él mismo no habla mucho con las mujeres. “Últimamente no las escucho mucho...”, expresó.

Los comentarios de Mori dispararon las críticas dentro y fuera del país, con empresas como Toyota, patrocinadora de los Juegos, condenando los comentarios del ex primer ministro. Pese a sus reticencias iniciales, Mori acabó dimitiendo el pasado viernes, 12 de febrero. Tras su retirada, un panel formado por miembros del comité organizador comenzó el proceso para buscar candidatos que le sustituyeran, basándose en cinco criterios: que la persona elegida tuviera un profundo conocimiento de los Juegos; que entendiera los principios olímpicos de igualdad de género, inclusión y diversidad; extensa experiencia laboral; conocimiento de los Juegos de Tokio; y habilidades de gestión.

Mori había elegido a Saburo Kawabuchi, exdirector de la Asociación de Fútbol de Japón, de 84 años, como su sucesor, pero el exfutbolista declinó ocupar el cargo el mismo viernes. Su candidatura no contaba con el apoyo de los organizadores al ser el candidato de Mori y repetir el patrón de un varón octogenario para el puesto, apunta el diario The Japan Times.

Después de Kawabuchi, el primer nombre que salió con posibilidades de suceder a Mori fue el de Hashimoto. Otros candidatos eran el ex jugador de judo Yasuhiro Yamashita, presidente del Comité Olímpico de Japón, y Mikako Kotani, medallista olímpica y miembro ejecutivo el organismo organizador de los Juegos.

Con la elección de Hashimoto se espera que la organización de los Juegos, ya demorados desde el pasado año, proceda sin más polémicas que las derivadas de la pandemia de coronavirus. Su celebración este julio se enfrenta a altas cotas de impopularidad en Japón. Según una encuesta de la agencia Kyodo, el 47,1% de los entrevistados cree que se deberían posponer de nuevo debido a la pandemia. El 32,5% cree que se deberían cancelar del todo y solo el 14,5% considera que deberían celebrarse en la fecha prevista.