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Todos a casa o no hay más tenis

Desalojan la central en mitad del Djokovic-Fritz por el confinamiento de Melbourne y el número uno, lesionado, es duda para los octavos

Djokovic sirve frente a la grada vacía de la Rod Laver Arena, este viernes en Melbourne.
Djokovic sirve frente a la grada vacía de la Rod Laver Arena, este viernes en Melbourne.DEAN LEWINS (EFE)
Alejandro Ciriza

“Por favor, les rogamos que desalojen la pista central”.

Son las once de la noche en Melbourne y por la megafonía de la Rod Laver Arena se escucha el mensaje que prende el surrealismo e invita a los espectadores que presencian el duelo entre Novak Djokovic y Taylor Fritz (7-6(1), 6-4, 3-6, 4-6 y 6-2) a que abandonen el complejo y se dirijan a sus casas de inmediato. No hay vuelta de hoja: alarma en la ciudad y, en consecuencia, encierro de cinco días para los ciudadanos porque han saltado 13 positivos con origen en la Terminal 4 del aeropuerto, al parecer.

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“Deben abandonar la pista, o de lo contrario no continuará el encuentro”, refrenda desde lo alto de la silla el juez australiano John Blom. La multitud —unas 5.000 personas, algo menos de la media entrada estipulada por la organización— comienza a abandonar a regañadientes las gradas y se marcha por los vomitorios. Los aficionados disponen de un margen de media hora. Se acabó la fiesta.

“Definitivamente, esta es una de las victorias más especiales de mi carrera”, dice a pie de pista Djokovic, que acaba de vivir un pasaje surrealista y ha pasado las de Caín. En una maniobra al resto, cuando mandaba por dos sets a cero frente al estadounidense, se ha hecho daño en el torso cuando iba a pegar una derecha y de repente se precipita hacia el vacío. Fritz empieza a sacarle partido al contratiempo de su rival y a Nole se le ve visiblemente dolorido, al borde del ko técnico con todavía un mundo por delante. Además, se las ha tenido tiesas con varios espectadores, escocido porque estos querían más tenis y apoyaban de forma descarada al norteamericano.

Con 2-1 a favor de este en el tercer set, el serbio reclama la asistencia médica. Ingiere los antiinflamatorios, pero estos tardan en hacer efecto y Fritz le recorta terreno adjudicándose un primer parcial. Luego llega el anuncio, el esperpento, la gente desfilando hacia sus domicilios. Unos tímidos abucheos porque, al fin y al cabo, han pagado esa entrada y tienen ganas de marcha, ellos que pueden. Ahí, el estadounidense ya dominaba por 3-2, y después de unos minutos en el vestuario para reforzar la amenaza de Blom, regresan ambos y echa más leña al fuego igualando el partido.

Sin embargo, ya se sabe: Djokovic tiene más vidas que un gato.

El número uno, que por algo lleva a la espalda la condición, se retuerce y después se revuelve contra un destino que parecía irremediable. Él, el hombre que más veces ha conquistado el trofeo de Melbourne, no se va a rendir, así que una vez que los fármacos se expanden y alcanzan la zona afectada, llega la reacción, inmensa demostración de que los campeones como él (33 años) están hechos de otra pasta. Set y partido para Nole, citado en las semifinales con el canadiense Milos Raonic (7-6 (2), 5-7, 6-2 y 6-2 a Marton Fucsovics). Su rugido final, claro, se oye por todo el recinto gracias al efecto del vaciado y el consiguiente eco.

“Lograr algo así, con todos estos problemas, es fantástico”, dice aliviado y orgulloso, antes de introducir el matiz que deja su continuidad en el aire. “No estoy seguro de si podré saltar a la pista el próximo día”, advierte en un mensaje que precede a la breve intervención para los medios, ya de madrugada. “Es uno de los partidos más extraños que he jugado, por todas las cosas que han sucedido: la gente abandonando el estadio en mitad del partido, algo que no me había sucedido nunca; todo funcionaba para mí, y en el tercer set he hecho ese movimiento, y enseguida he sentido que ocurría algo; después sentía un enorme dolor hasta que he tomado los antiinflamatorios; y al final, sinceramente, no sé cómo he ganado”, expresa.

Djokovic toma antiinflamatorios mientras es atendido del costado.
Djokovic toma antiinflamatorios mientras es atendido del costado.DPA vía Europa Press (Europa Press)

“Estoy muy orgulloso y, al mismo tiempo, preocupado porque me sucede algo serio y no tengo apenas tiempo para recuperarme de cara al próximo partido. Mañana [por hoy] no entrenaré y veré qué me dicen los doctores y mi equipo médico”, deja en el aire.

Con la victoria, Djokovic ya es, junto a Roger Federer, el jugador que ha logrado más triunfos a cinco sets (30) en los Grand Slams, por delante de su ídolo Pete Sampras (29). Una vez más, el balcánico ha escapado a una situación límite que se ha estirado durante 3h 25m. Otro de los favoritos, Dominic Thiem, también se ha librado de la eliminación porque a Nick Kyrgios le han venido las musas hasta que se le ha terminado la gasolina, así que el austriaco ha conseguido levantar dos sets y sigue en la carrera. Jugará contra Dimitrov.

Mientras tanto, el torneo seguirá pendiente de lo que ordene el gobierno del estado de Victoria —sin público hasta el próximo jueves, como mínimo— e intentando salvar el pescuezo.

Open de Australia: resultados (viernes 12) y orden de juego (sábado 13).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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