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El brote de coronavirus del Sporting, de las fiestas a la crisis sanitaria

Los afectados ascienden ya a más de 150 personas entre positivos y contactos, el club investiga las celebraciones privadas y el asunto se enreda en el ámbito político

Coronavirus Sporting de Gijon
Entrenamiento del Sporting de Gijón de este domingo.Servicio Ilustrado (Automático) (Europa Press)

Lo que parecía un problema más en tiempos de coronavirus, el positivo por covid-19 de nueve jugadores y un auxiliar de la primera plantilla del Sporting, lleva camino de convertirse en una crisis sanitaria para el Gobierno del Principado de Asturias. Según los últimos datos oficiales, el brote vinculado al club gijonés ya afecta a más de 150 personas entre positivos y contactos estrechos, con el agravante de que dos de los casos pueden estar relacionados con la nueva cepa británica del virus, mucho más contagiosa.

El Sporting era uno de los pocos clubes de la Liga de Fútbol Profesional que no había sufrido casos de covid-19 desde que, hace ocho meses, se reanudara la actividad bajo el estricto protocolo de la patronal. Lo más cerca que había estado el virus de la Escuela de Fútbol de Mareo fue por los positivos de dos jugadores que no estaban en ese momento bajo la disciplina del club: Álvaro Traver, tras un viaje desde Valencia para incorporarse a la pretemporada, y Bogdan, durante una concentración con la selección ucrania sub-21.

Pero la vuelta de la semana de las vacaciones navideñas provocó una convulsión en Mareo, cuando los test PCR del pasado lunes detectaron positivos de seis jugadores con ficha profesional, tres del filial en dinámica del primer equipo y un auxiliar. El club se limitó a ofrecer el número de contagiados y, acogiéndose a la Ley de Protección de Datos, no desveló el nombre de los afectados.

Hasta que, tras el último entrenamiento previo al partido de este lunes en Lugo, el técnico David Gallego anunció una convocatoria en la que se echa de menos a cinco titulares habituales (Mariño, Guille Rosas, Pedro Díaz, Manu García y Gragera), así como otros cuatro jugadores fijos en las convocatorias (Pelayo Suárez, Nacho Méndez, Pablo Pérez y Gaspar Campos). Gallego no contestó a las preguntas sobre la crisis sanitaria y el club emitió un comunicado en el que explica su actuación durante la semana y recalca que “el equipo se va de vacaciones el 21 sin enfermedad alguna”.

Ante la expansión de los rumores sobre comportamientos inadecuados, acompañados por fotografías y vídeos, el Sporting investiga una cena, con fiesta posterior, en el domicilio de un jugador en la noche del lunes 21, después del partido frente al Leganés en El Molinón. Al club gijonés también le consta una celebración el jueves 24 en el restaurante Bellavista, donde varios jugadores estaban acompañados por numerosas personas, incumpliendo las recomendaciones sanitarias. Curiosamente, uno de los propietarios del Bellavista es Javier Martínez, vicepresidente del Sporting y de la Asociación Asturiana de Hostelería. El restaurante desmintió que se tratara de una fiesta privada.

Aunque el malestar de los dirigentes del Sporting era evidente, por lo que se intuía como una irresponsabilidad de algunos de los afectados, el problema entró en otra dimensión cuando el diario La Nueva España informó de que el brote de covid afectaba, entre positivos y contactos estrechos, a más de 130 personas. Y, según los datos recogidos por los rastreadores de la Consejería de Salud, la mayor parte de los implicados eran personas jóvenes que mantuvieron contactos durante la semana de Navidad en establecimientos hosteleros y domicilios particulares.

El brote puso en alerta a los servicios de Salud asturianos en plena campaña de prevención de una tercera ola, recién levantadas unas fuertes restricciones para reducir y controlar la segunda. El Principado llevaba varios días por debajo de los cien contagios diarios cuando se detectó el caso del Sporting, que ha provocado el malestar de los técnicos sanitarios por la escasa información de algunos involucrados sobre el origen del contagio y sus contactos estrechos.

El caso del Sporting ha reabierto, además, la guerra de los hosteleros contra el Gobierno del Principado, que decretó el cierre de los establecimientos durante seis semanas en el peor momento de la segunda ola. El presidente de la Asociación de Hostelería, José Luis Álvarez Almeida, ha acusado al Ejecutivo asturiano de “criminalizar” al sector y ha respondido que “los brotes son de las personas, no de los bares”.

La Consejería de Salud ordenó el sábado un gran cribado, con 400 test PCR a futbolistas de todas las categorías del Sporting y a personas de su entorno. Las pruebas que den positivo serán enviadas al Hospital Central de Asturias para averiguar si alguna se corresponde con la llamada cepa británica, que se caracteriza por su alta capacidad contagiosa. En su comunicado, el Sporting señala que los test de la primera plantilla descartan algún caso relacionado con dicha variante.

Mientras, los dirigentes del Sporting y de LaLiga también intentan averiguar el origen de la crisis. El club protege la identidad de los jugadores, aunque con el convencimiento de que todo se debe a conductas irresponsables en un período de descanso. El protocolo de la patronal y el régimen interno del Sporting aconsejan restringir al máximo la interacción social. La plantilla sportinguista tiene una media de edad muy baja tras la incorporación esta temporada de varios jugadores del filial ante la imposibilidad de realizar fichajes por la reducción del límite salarial.

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